Opinión: Xavier Cantera
En democracia es bueno que las escuchemos y las sintamos
Una opinión más | Xavier Cantera
Apreciado amigo, mira mi reflexión de estos días: A ciertas mentalidades les molestan las protestas, pero, en democracia, es bueno que las escuchemos y las sintamos porque vienen a ser como el dolor que nos avisa de que algo, en nuestro organismo, no funciona bien.
Otra cosa es la utilización, demagógica, que se hace cuando se está en la oposición. Se define la demagogia como "el empleo de halagos, falsas promesas que son populares pero difíciles de cumplir y otros procedimientos similares para convencer al pueblo y convertirlo en instrumento de la propia ambición política", pero hay que tener en cuenta, como dice la RAE, que es "una degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de la ciudadanía, tratan de conseguir el poder". Es el arma que se utiliza cuando no se tienen argumentos jurídicos, científicos o simplemente racionales. Suele ir acompañada de cierta exageración del problema y se convierte en la imitación del morbo utilizado en los reality show tan popularizados por algunas cadenas, cambiando, entre la gente sencilla, la ignorancia impuesta desde la dictadura por la falsa cultura sobre la realidad que nos impone el consumismo alienante.
Las protestas constructivas, por el contrario, son inspiradas por el sentido crítico de la ciudadanía y, al mismo tiempo, lo potencia. De esta forma, se señalan aquellas partes del organismo social que funcionan deficitariamente. De ahí, la importancia de salir a los medios a dar explicaciones de cómo está el problema concreto y qué se está haciendo para solucionar la razón de la protesta, por muy sencilla que sea la causa.
La exageración suele ser el aderezo con el que se acompaña la protesta cuando no se tienen otros argumentaos y es normal que la exageración, y su lenguaje de brocha gorda, hagan que lo que es verdad pase a importar poco y el objetivo no sea aportar posibles soluciones sino tumbar al contrario como sucede en esos barracones de feria. Y el colmo de la demagogia antidemocrática es cuando se utiliza en tiempo de desgracia o catástrofe aunque, en ocasiones, también se producen milagros como el del Volcán de La Palma que, cual caballo que derribó a Pablo de Tarso, abrió la mente de Pablo Casado para hacer una oposición educada aunque solo fuera por un día.
Bueno, amigo, espero me des tu opinión sobre esta reflexión, tan necesaria en estos tiempos en los que únicamente se piensa ya en las contiendas electorales que las encuestas, cocinadas por cada grupo editorial, van alimentando a su electorado y manteniendo vivos los votos de sus respectivas parroquias.
Un abrazo, espero tu reflexión.
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Lo bueno de las protestas es que tengan una respuesta. Que no la tienen.
También bueno es que implican que la gente es libre para expresarlas por una vía pacífica. Aunque no todo puede quedar en intenciones. Las facturas matan. El exceso burocrático para pedir ayudas mata.
Por último hechos son amores y no buenas razones. No es progresista que la luz suba por igual a pobres y a ricos. A los ricos puede incordiarles, a los pobres los puede matar. A veces comprendo que el falso progresismo defraude a quienes el verdadero progresismo debería proteger.
¿Cómo llamarías al concejal que se hace autobombo con el dinero de nuestros impuestos o usa términos como "vacuna social " inapropiadamente o de forma estúpida?
¿Callas por que es de los TUYOS o protestas?
Saludos
Xavier, con todos mis respetos, a los fanáticos, en realidad, no les valen para nada las protestas. Tienen su hoja de ruta marcada.
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