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Personajes que dejaron huella en Alzira (21)Salvador Baeza Peris
Desde estas líneas a Salvador Baeza una oración y un recuerdo cariñoso
La popularidad debe alcanzarse por hechos virtuosos. Una de las cosas, dijo a esta sazón don Quijote, que más debe de dar contento a un hombre virtuoso y eminente, es verse, viendo andar con buen nombre por las lenguas de las gentes, impreso y en estampa; dije con buen nombre, porque siendo al contrario, ninguna muerte se le iguala”. —Quijote, parte II; cap. III—
Esta popularidad y virtuosidad se la podíamos aplicar de pleno a un buen alcireño, Salvador Baeza Peris, quien a su avanzada edad, 89 años, disfrutaba recordando los quehaceres, casi todos en beneficio de la ciudad que le vio nacer en la casa de la calle San Juan el 9 de marzo de 1922. Recibió las aguas del bautismo por el venerable sacerdote José María Parra Ballester, en la parroquia de San Juan, cerca de su domicilio, que fue quemada en mayo de 1936. En sus años de adolescencia, como muchos de sus paisanos, pasó por las aulas de las Escuelas Pías, teniendo como maestro al padre Ferragud.
Hacemos un paréntesis para comunicarles que el lunes 5 de marzo fallecía en el Hogar de Ancianos Desamparados “Santa Teresa Jornet” de Alzira, donde residía en los últimos meses bien cuidado por esos ángeles pertenecientes a la institución religiosa que fundara Santa Teresa Jornet. Casa muy querida por los alcireños desde hace más de un siglo que fue abierta en la calle San Roque, frente al Ayuntamiento. Al día siguiente, martes 6 de este mes de septiembre, sus restos fueron trasladados a la parroquia de San Juan donde a las cinco de la tarde se celebró misa de “Córpore Insepulto”. Parroquia a la que sirvió varios años auxiliando en las celebraciones al párroco.
Recordemos que al llegar a la edad de comenzar a “ganarse el pan”, entró a trabajar en el almacén de manipulado de frutas de Francisco Arbona, en la calle Gandía, 15, pasando por los cargos de vigilante, “clavador de taxes” en los cajones de naranjas y, hasta su jubilación en esta misma dedicación, encargado. Era un hombre de plena confianza del señor Arbona.
En 1933 ingresa en la Pontificia Archicofradía Patronal de Sant Bernat i les Germanetes, de la que era presidente Pascual Almiñana. Participó en los extraordinarios actos que se celebraron en las fiestas de julio de 1935, con motivo del XVIII centenario del nacimiento de San Bernardo en Pintarrajes, después mártir de Alcira. Una heroicidad en tiempos difíciles, como era el comienzo de la Guerra Civil, realizó Salvador Baeza a sus recién cumplidos 14 años. Fue la celebración del novenario a los santos patronos en su domicilio acompañado de algunas vecinas. Durante los años 1936, 37 y 38, al llegar el 23 de julio, festividad de nuestros mártires, cargaba con un saco lleno de hierba, asomando una “corbella”: en la hierba escondido, portaba un pequeño grupo escultórico de los patronos. Con el saco al cuello marchaba a la desaparecida iglesia de Santa María, en la barriada del Cristo, desde donde partían las procesiones recorriendo el itinerario de costumbre hasta la puerta de la iglesia de Santa Catalina. Estas pequeñas imágenes, que el escultor Ponsoda diseñó en número de ocho, eran propiedad de Salvador Calot, que Baeza salvó en la fratricida contienda. La conocimos siempre presidiendo la mesa que la junta instala en la parroquia de Santa Catalina durante el novenario. Desapareció un día. Nada se sabía de ella hasta que “apareció” en la capilla que la Virgen de la Murta tiene dedicada en aquel paradisíaco lugar, en la Murta, según manifestaba Baeza.
Nuestro protagonista, desde que nació, perteneció a la congregación de María Inmaculada y San Luís Gonzaga, que presidía José Company. Además, cerraba filas en la Acción Católica Interparroquial cuando la sede se ubicaba en el piso primero del edificio número 17 de la Plaza Mayor, propiedad de Enrique Oria Pelayo, donde en la planta baja estaba la droguería central.
En el quehacer de la parroquia de San Juan Bautista, fue uno de sus más fieles colaboradores. Sirvió con los recordados sacerdotes José María Parra, José Songel, José Primo, Bernardo Blasco, Fernando España, José Granero, Bernardo Pastor, José Descals, Félix Fernández y el actual párroco, Antonio Blasco. El año 2007, con motivo de la fiesta del titular de la parroquia, recibió un homenaje de reconocimiento por sus desvelos. El 15 de septiembre, también del mismo año, la cofradía de la Virgen de Lluch, que cada ejercicio homenajea a una persona mayor de Alzira, dedicó un emotivo acto a Salvador Baeza, que presentó Sonia Ibáñez.
En la parte festiva ciudadana, Salvador Baeza, en la falla de su barriada, San Juan, fue presidente durante 14 años; hasta la fecha de su óbito ostentaba la presidencia de honor. En la hoy reconocida Fiesta de Interés Turístico Nacional, la Semana Santa, Salvador Baeza fue uno de los fundadores de la cofradía del Prendimiento del Señor y Virgen de la Esperanza, junto con otros alcireños que lograron ubicar los pasos de esta cofradía en un amplio local de la calle Alpujarras. Fue durante 18 años presidente de esta cofradía.
Salvador Baeza fue un reconocido artista en la ornamentación de los doseles de Semana Santa. Casi todos pasaron por sus manos. Nos recordaba que en una ocasión el arreglo de Paso de l’Hort, contando con espacio suficiente diseñó lo que verdaderamente parecía un verdadero huerto. Todos los años era el artífice del arreglo de la carroza de los Santos Patronos el día de la procesión.
Salvador Baeza posa, en la foto que acompañamos, en el casalicio de Sant Bernat, en la antigua ubicación. Era el año 2000. Está sobre un pedestal al pie del templete. ¿Adivinan la altura que tenía el casalicio? Ahora, desde la mal diseñada calzada, se pueden casi tocar los pies del santo. ¿No faltará alguna “filá de pedres”? ¡Si las piedras hablaran…!
Desde estas líneas, a Salvador Baeza, una oración y un recuerdo cariñoso.
Alfonso Rovira
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Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Siempre ayudaba a todos y cobrando poco o nada. Gracias Alfonso por mantener vivo su recuerdo.
Mi más sentido pesame a sus familiares , y muy bien ese articulo amigo Rovira a resaltado a Salvador muy bien sencillo, silencioso , humilde, y saber estar haya donde se le requirió.
Siempre estarás en esos Alzireños/as que te quisimos y te valoramos.
Descanse en Paz.
Fijate que yo lo conocí.
Salvador Baesa estaba en la residencia de las Hermantias del Hogar Santa Teresa de Jornet.
Todos los dias iba a iglesia a la celebración de la Santa Misa. Yo como voy todos los dias me encontraba con el. Nunca perdia la sonrisa. Muchas veces le ayudaba a salir de la iglesia para ir al comedor a desayunar, tenia ya dificultad para caminar.
Ha sido un hombre con mucho amor al progimo, por su entrega a Dios. Ayudante en San Juan como sacristán. Adornando doseles de La Semana Santa y de otros santos de barriadas.
Te echameremos de menos
Salvador descanse en paz
Rosa María de Dios
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