Artículo de opinión de Rafael Clari
“Como sociedad tenemos que convencer a nuestros hijos y alumnos que estudiar es garantía de futuro”
Para poder entender las principales causas hemos de preguntarnos el motivo por el cual estudiábamos nosotros y lo hacíamos con interés.
El primer motivo es la garantía que teníamos de estar asegurándonos un futuro. Un médico, un ingeniero, un biólogo, un filólogo o un farmacéutico tenían asegurado un puesto de trabajo, un buen sueldo, una posición en la sociedad y un prestigio.
Hemos asistido a una época de abandono escolar importante
¿Qué ha sucedido con el paso de los años? Bien, todo esto ha desaparecido. La gente observa que muchos titulados permanecen en el desempleo durante años. Para postre están peor remunerados que el empleo de un conductor de camión o un obrero de la construcción, por citar algunos. La inversión de tiempo, dinero y esfuerzo en el estudio de una carrera o un ciclo formativo ha pasado de ser una garantía a una opción exenta en primera instancia de rentabilidad. Hemos asistido a una época de abandono escolar importante motivada por sectores emergentes que absorbían mucha mano de obra con salarios muy por encima de lo asumible. Este hecho ha desmotivado mucho a nuestros alumnos que, comprensiblemente, se han visto tentados por vías profesionales más cortas y más rentables en el corto plazo.
Un segundo problema han sido las reformas educativas sucesivas
En el ámbito de humanizar la enseñanza, -buena idea donde las haya- se ha ido rebajando el nivel de exigencia académico introduciéndose diferentes vías alternativas más sencillas y adaptadas, diversificación, PQPI, etc. Otra cuestión como la promoción automática por edad, ha ido degenerando en un sinsentido.
Si a un alumno que repite curso le decimos que al año siguiente promocionará, pasará de curso sin dar, como se dice, “palo al agua”, sucede lo siguiente. El primer año se caracteriza por el poco esfuerzo. El segundo, el que repite, no le apetece estudiar; por ello se dedica, ya que pasará de curso sí o sí, a hacer la vida imposible a cualquiera que intervenga en su educación. No entiende la materia y por ello se aburre; el primer par de horas aguanta el chaparrón de educadores que le repiten lo que ya el año anterior no entendía. También le reclaman los deberes que no suele hacer por su falta de hábito en el trabajo. Tras ese par de horas, el incauto profesor que entre por la puerta puede tener problemas de disciplina con el alumno.
El resultado es que, a partir de un determinado momento, se dedica a incordiar; en parte para que lo saquen del aula y ver que hay más allá de su pupitre.
Puede ser expulsado y con ello volverá al centro como un rebelde, con menos miedo y respeto hacia la institución y sus profesores. O bien será restituido a su grupo, sin que tenga otras consecuencias para él. La conclusión es que ha logrado hacer que el grupo de compañeros pierda clase y el sistema educativo se resienta.
Las soluciones
Hemos de prestigiar nuestros profesionales para generar el deseo de tener una titulación o una formación técnica o profesional de calidad. Para ello, hay que reformar nuestro sistema productivo y económico. En caso contrario, no tendrá sentido formar profesionales que no tengan salida ni desde el punto de vista académico ni práctico.
En segundo lugar, hay que valorar la disciplina y el esfuerzo como herramientas necesarias en la superación académica y personal.
Es cierto que la formación desde la infancia en hábitos saludables de lectura y de conocimiento por parte de los padres es importante. También es importante mejorar la exigencia al profesional de la educación para que motive a sus alumnos. Pero, para que esto suceda es necesario que el aprendizaje tenga un sentido y ese sentido es la finalidad y el reconocimiento del esfuerzo. Sin ellos, los padres están desarmados y los docentes son únicamente una barrera en el camino.
Cuando convenzamos como sociedad a nuestros hijos y alumnos que estudiar es garantía de futuro, en ese momento será más sencillo para todos ayudar en el proceso de formación a cuantos lo deseen.
Rafael Clari Casterá
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Antes de escribir lo que pienso me gustaría saber cual es la parte de culpa, por el fracaso escolar, que el autor del artículo le atribuye al docente. Gracias.
A todo esto deberiamos añadir, un poco de azúcar...
Pensar, que mis hijos ''por ejemplo'' como cualquier hijo de alguna familia, pasán al instituto muy pero que muy pequeños, con ello empiezan a juntarse con gente de 16,17,18 y en algún caso 19 años. Entre tantos estan sometidos a un mundo, donde veran peleas, faltas de educación...
Ya para dar el remate, y asegurar que van a meter gol, ''estamos en una de las generaciones, que van a sufrir de pleno la crisis'' , estudiar en más de un caso, no les va a servir, ya que posiblemente , no tengan plaza de trabajo, no estaran bien pagados...etc
Los docentes, somos una familia muy amplia.
Tampoco pretendo eludir la parte de culpa que se nos puede atribuir. Quizás deberíamos ser más exigentes con los políticos cuando se nos recortan recursos.
Este curso que viene, posiblemente nos aumenten el número de alumnos por aula. Se debería exigir más calidad en la educación empezando por nuestro colectivo, pero claro, frente a la crisis es difícil que se nos haga caso.
En otras ocasiones nos vemos atrapados por un programa y unos objetivos que son difíciles de adaptar a los alumnos. ¿Qué haces con ese alumno que no es capaz de entender tu materia de ninguna forma? ¿Cómo te adaptas a el?¿Cómo motivas a ese otro que pasa de todo y te lo dice?. El fracaso de tus alumnos te duele, no quizás como al alumno pero desde luego no te deja indiferente. No te puede dejar indiferente si realmente crees en lo que haces.
En respuesta a la sombra, tiene Ud toda la razón.
Entran muy pequeños y vulnerables. Para ello los Institutos tienen programas de acogida, alumnos tutores, programas de mediación, para ayudar a la integración. Pero no olvidemos que los adolescentes en ocasiones pueden ser desconsiderados con los nuevos. Por ello es importante la disciplina y la atención educativa. Peor lo tienen los que no dominan nuestro idioma. Nuestra labor es integrarlos a todos y conseguir que se sientan bien, educando en conocimientos y valores.
En cuanto al futuro, lamentablemente pienso que es la principal causa del problema. Si una persona con estudios, en nuestro país tiene más dificultades de encontrar empleo de lo que ha estudiado, que otra sin estudios algo ha fallado. Si nuestros titulados deben salir del país para ser reconocidos, en algo estamos fallando, y ese problema no surge de las aulas.
Esperemos que la situación mejore y sepamos entender que nuestro futuro está en profesionales preparados a los que debemos saber valorar y que la educación y la sanidad son inversiones que no deben ser recortadas.
Saludos.
Algunos que hemos sido alumnos, sabemos que es difícil trabajar con nosotros y más cuando éramos adolescentes.
No obstante es una profesión bien remunerada y segura.
Por lo que cobrais yo esperaría más ganas y mejor atención a los alumnos, que hay profesores que lo único que piensan es en suspender al alumno.
Cuando un alumno suspende se le cierran muchas puertas ¿ no habeis pensado en ello?.
Los que abandonamos en su momento los estudios, no sabíamos lo que nos esperaba. Ahora con familia, volver a la clase...
Ánimo profesores, sois la caña.
Yo también quisiera ser profesora. Me encantan los niños y los adolescentes, disfruto muchísimo con ellos y creo que podría disfrutar enseñando.
¿Es dificil ser profesor? ¿Se gana mucho dinero?
Lo más chulo son las vacaciones que teneis, que pasada¡¡¡¡¡¡.
¿Qué podríamos hacer los padres para que mejorase la calidad educativa de nuestros hijos?.
¿Cómo podemos participar más activamente?
¿Cómo se detecta que un adolescente está consumiendo o que sus amigos no le convienen? ¿qué puedo hacer como padre?
Muchísimas gracias.
En cuanto a ser profesor, no es el mejor momento, dado que no se convocan oposiciones y tardarán un tiempo. No obstante te animo a que lo intentes, dado que hacen falta buenos profesores y viendo tus ganas seguro que lo consigues.
El sueldo es más bajo de lo que la gente cree y más tras los sucesivos recortes.
Las vacaciones también son un poco un mito, dado que el mes de julio estas sin alumnos pero trabajando y el 1 de septiembre comienzas, pero bueno peor está otros profesionales desde luego.
Saludos.
Los padres son fundamentales en la educación, y más los que como tu os preocupais por la educación de calidad.
La implicación participando de cuantas actividades realiza el centro es fundamental.
Si los padres se implican, la educación de sus hijos es más eficaz y la comunicación con las familias funciona mejor.
Todos los Institutos tienen sistemas de participación para los padres y se suele informar a principio de curso sobre las actividades propuestas.
Con la crisis las actividades se han resentido un poco, pero con buena voluntad se pueden acoplar a los menguados presupuestos familiares.
La detección de los problemas en la adolescencia parten de la comunicación paterno filial. Habla con tus hijos y sobre todo ESCUCHA lo que te cuentan.
No hay que perder el papel de padre, amigos hay muchos, pero padres solo un par. No permitamos que pierdan un padre por tener un amigo más. Hay que imponer disciplina y ser padres, pero también hay que saber escuchar que es más difícil si cabe.
Ánimo, un padre preocupado por sus hijos es, hoy por hoy, una garantía de éxito educativo.
Bien, al menos ya puedo dar mi opinión en base a lo que piensa un profesional de la enseñanza.
La educación tiene que ser algo vocacional, no algo donde uno se meta por tener un sueldo fácil, 5 horas de trabajo a casa y vacaciones 2 ó 3 meses al año.
Evidentemente que el sistema educativo falla pero el profesorado también forma parte de esa maquinaria imperfecta y si bien es cierto que el sistema no ayuda demasiado, como dice Clari, los docentes también tiene que exigir pero, al mismo tiempo esforzarse más en su trabajo y con esto no estoy particularizando.
Voy a contar un caso en concreto. Un amigo ve que su hija de 6 años tiene en la libreta del colegio, en días pasados supuestamente ya corregido, faltas de ortografía aberrantes. Va a hablar con la profesora y la respuesta es que tiene muchos niños y que no tiempo para dedicarles a todos. Ante eso habría que preguntarse, ¿significa eso que los profesores eligen aleatoriamente a quien dedicarle tiempo y a quién no? ¿Por qué no reciben todos los niños un trato por igual?
Por no hablar de que para las tutorías solamente pueden ser en el horario que dicte el profesor, sin tener en cuenta si los padres por distintos motivos pueden o no asistir. Hablo de este tipo de casos en concreto.
Coincido en que el sistema educativo falla pero también pienso que el nivel de profesores deja bastante que desear. No hay, o son los menos, los profesores vocacionales, que realmente sientan la pasión de enseñar. Quizá yo tenga una idea romántica de lo que tendría que ser la educación pero profesores como el que interpretaba Fernando Fernán Gómez en La lengua de las mariposas no existen, no hay, son una especie extinguida… y eso no es culpa del sistema.
Estudiar és garantia de futur???
U té més opcions amb títols davall el braç, però en absolut és garantia de res. Primer perquè no hi ha cap futur garantit i segon per que dependrà molt moltíssim de l'actitud de l'individu per desenvolupar-se en la professió per a la qual s'hagi format.
Pense que l'empresa educativa d'aquest sistema deixa molt a desitjar, per abandonament, per les contínues reformes estèrils i cada vegada més protocolàries, que lluny d'apropar l'alumne creen distància i desmotiven tant al professorat com l'alumnat.
No hem d'oblidar la instrumentalització de l'educació en relació amb la formació dels "recursos humans", prioritzant les necessitats materials en relació amb el treball i món empresarial. Deixant en un segon pla els drets polítics, socials i culturals, d'una formació integral de l'individu per al desenvolupament d'una atutonomia racional i llibertat intel.lectual.
En molts casos són els mateixos docents els que provoquen resistència al canvi o assimilen mecànicament vells models de comportament.
No hem de perdre de vista el fet que les primeres víctimes són els alumnes, desgraciadament per prejudicis o ignorància, entre els professionals i les famílies la comunicació és inexistent, en altres casos com he dit abans, la fórmula adoptada pel docent és inservible.
No em dedico a l'educació, però si conec el món de la sanitat que encara que no tenen res a veure hi ha un punt en comú que és la falta de vocació entre el funcionariat (per molt que em pese), és així. Al final del dia el que compta és el treball que fas amb esforç per un bé aliè però comú, al marge d'institucions, buròcrates, etc.
SORT i ho dic amb majúscules, que hi ha gent immensament competent i humana que es dedica a l'ensenyament tot i els problemes que això els comporta.
Salutacions.
Completamente de acuerdo con Ud Sr Benito.
La educación es algo vocacional. También coincido en la cuestión de la masificación en la Enseñanza.
En cuanto a la dedicación de un profesor a un alumno más que a otro en eso me gustaría concretar. Los profesores procuramos atender a todos los alumnos por igual.
Está claro que lo que Ud comenta parece una injusticia, y uno como padre debe coger el montante, se planta en el centro y tras escuchar lo que alega el profesional de la enseñanza, a ser posible delante del chaval/a, aclara la situación. El profesional encuentra interés en la familia y la familia puede confiar en el trabajo del centro.
Pero lo que suele suceder es lo siguiente.
A principio de curso realizamos una reunión de padres y a mitad otra.
Lo apabullante del tema, es que a dicha reunión no acuden todos los padres.
La experiencia me dice que los padres que acuden no suelen tener problemas, al contrario, sus hijos suelen ser brillantes.Créame la primera reunión, para conocer al responsable de lo más valioso durante un curso entero como es la formación y educación de un hijo, hay padres que no acuden. A otros, los citas para hablar con ellos por falta de rendimiento académico y alegan que mientras no haya problemas disciplinarios, es un asunto menor.
Pienso que hay que mejorar esa relación. Me emocionan los padres que vienen a hablar conmigo como profesor o como tutor, no porque su hijo tenga problemas, sino porque desean conocer de primera mano a los responsables de la educación de sus hijos, o compartir peculiaridades del alumno que ayudan en su trato en el centro.
En el aspecto docente somos plenamente responsables de sus hijos y eso nos gusta y nos obliga. La comunicación con las familias es la base de una educación responsable compartida y eficaz.
Por otra parte la masificación en las aulas es un problema que se ha agravado con la crisis y los recortes.
¿Podremos atender adecuadamente a más alumnos en unas aulas limitadas con la misma eficacia? Yo opino que no, pero esto me afecta más que como profesor como padre de una alumna. En este caso reclamaré una educación de calidad y preferiré que se recorte en otras partidas que me parecen menos interesantes y que no vienen al cuento.
Saludos.
Completamente de acuerdo en casi todo.
Cuando alega "En molts casos són els mateixos docents els que provoquen resistència al canvi o assimilen mecànicament vells models de comportament", me gustaria puntualizar mi discrepancia con un ejemplo. Algunos docentes hemos hecho cursos de actualización como el Moodle. Con él, pensábamos mejorar nuestra capacidad de trabajo. Pues bien, la administración a través de sus CEFIRES a los que nos interesamos no nos facilitó el espacio en red necesario para la aplicación de un programa que ellos mismos nos sugirieron cursar.
Si yo, Administración, me comprometo y no cumplo una y otra vez, genero un problema que consiste en la desconfianza y el síndrome del profesor quemado.
"Trabaje y fórmese Ud. que luego ya veremos" ¿Ya veremos?. Hagamos todos el esfuerzo o no lograremos nada.
Supongo que en sanidad donde Ud trabaja sucederá algo similar.
Por ello le deseo a Ud suerte también, pues trabaja en un sector donde es importantísima la calidad, dado que hablamos de personas en el momento más vulnerable, aquel en que nos falla la salud.
Ánimo y continúen realizando su trabajo con la misma excelencia con que lo hacen, aunque no todo el mundo sepa valorarlo.
Un saludo.
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