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Estampas y recuerdos de Alzira (122)Más de 30 años de docencia real
En marzo de 1963 se inauguró el Instituto Rey don Jaime de Alzira
Discurría el año 1950, cuando en Alzira se recibía la grata noticia de la concesión de un Instituto de Enseñanza Media y Profesional, gracias a las gestiones realizadas por el que era alcalde de la población, Carlos Llinares Ariño.
Los alcireños no comprendieron en aquel momento la trascendencia que iba tener para el futuro la creación de este centro de enseñanza superior. Sentían los habitantes de esta ciudad, la ausencia de la Orden Calasancia que rigiera durante muchos años la formación estudiantil. Los jóvenes estaban defraudados porque latía la esperanza de que fueran bachilleres en aquellas mismas aulas de las Escuelas Pías los estudiantes esparcidos en diversos colegios de la capital de provincia.
Pero todo cambió cuando se puso en marcha. Llegó el que había de ser el primer director, Antonio Tormo García, y poco a poco los alcireños le fueron franqueando las puertas, dispuestos a prestar su colaboración para esta empresa que no hacía más que comenzar. Juan Ortega Vicente, director de Radio Alzira, le ofreció el pequeño estudio de programas Cara al público para que fueran instaladas unas oficinas provisionales donde recoger y formalizar las matriculas de los primeros alumnos. Así, bajo la dirección del ya nombrado Antonio Tormo, con los profesores de Enseñanza Laboral, Carlos Cebrián, Manuel Gallego, Ignacio Docavo Alberti y Emilio Ferrero, comenzaron las clases.
Las generaciones de estudiantes que han pasado por las aulas del Instituto Laboral de Alzira, que desde el primer instante se denominó Rey Don Jaime, recordarán los nombres de Antonio Vila Montesinos, José Pellicer Magraner, Antonio Sánchis Castellano, María Plasencia, la entrañable Consuelo Aranda Palacios... y muchísimos más que ejercieron dignamente el magisterio de la enseñanza en aquellos años, ya casi transcurrida media centuria. Casi seguro que los alumnos, hoy ya mayores, memorizarán los nombres de los profesores de Educación Física y del Espíritu Nacional, que lo fueron Rafael Rodrigo Bigné y Juan Antonio Mini de Leyva y a los administrativos Ángel Ares Álvarez y José Martínez Mateo y al bedel Pascual Bernabeu.
La apertura de las primeras clases tuvieron lugar el 8 de octubre de 1951, siendo 66 alumnos los matriculados en aquel curso, con asistencia al acto inaugural de Carlos María Rodríguez de Valcárcel, Director General de Enseñanza Laboral.
Pasó una década en el antiguo edificio de las Escuelas Pías, donde en el transcurso de estos años el propio centro editaba una revista que llevaba el nombre de “Murta”, donde se recogían las actividades desarrolladas en el instituto y por otra parte el habitáculo iba quedándose pequeño para albergar a tanto alumnado, por lo que se iniciaron gestiones para trasladarse a otro lugar más amplio que fue en la carretera de Gandía, en la partida de Fracá, cercano al casco urbano en aquella época -hace treinta años-.
El nuevo edificio construido fue ocupado en el mes de marzo de 1963, pero la inauguración oficial sería en octubre del año siguiente, acto al que asistió el Ministro de Educación, Manuel Lora Tamayo. Aquel día de la inauguración las lluvias que habían descargado en la comarca inundaron la zona que, como saben es de los niveles más bajos de la población, por lo que el ministro tuvo que acercarse a los escalones de acceso el edificio con el automóvil para poder llegar al centro.
La empresa constructora del nuevo instituto fue la de los alcireños Alós-Benedito. El señor Benedito, en una entrevista que realizábamos en aquella época para Radio Alzira, nos informaba de los pormenores de la construcción. El área de superficie del edificio eran 1.419 metros cuadrados la planta baja; 889 la primera planta; 100 para un garaje de bicicletas y 350 para el gimnasio. Fueron arquitectos los madrileños Alfonso Funguiriño Nebot y Juan Castañón de Mena. La construcción del edificio duró poco más de un año.
Pasó el tiempo y nuevas obras de ampliación de llevaron a cabo. La Pantanada de 82, como a muchas instalaciones de la ciudad, el Rey don Jaime también las sufrió en sus carnes y entre sus consecuencias los problemas de energía eléctrica, la humedad, calefacción... poco a poco se fueron solucionando. El que fue director del Centro, Bernardo Montagud Piera, personalmente se ocupó de dotar en el centro de las instalaciones un precioso y digno jardín adornándolo con la estatua del Rey don Jaime, obra del escultor alcireño Casterá Masiá, quien esta guarecida esta esfinge por las viejas piedras sillares del destruido Puente de San Bernardo. Hay que lamentar, por otra parte, la desaparición del edificio contiguo al instituto, del Campo de Experiencias Agrícolas y la estación meteorológica de la que era observador Ángel Ares. De los que comenzaron la andadura, allá por el principio de los años 50, solo queda, como una institución en el Centro, Antonio Gálvez Sánchez, que tomó posesión del cargo de capataz del campo de prácticas el 18 de abril de 1959.
Alfonso Rovira 04.11.1994
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Cultura : Historia, Patrimonio, Costumbrismo y Pasado,
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Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Gracias D.Alfonso, yo estudie en el Instituto durante siete años y estoy muy orgulloso de haberlo hecho.
De nuevo gracias por el estupendo reportaje y saludos a todos mis compañeros que estuvieron estudiando desde 1965 hasta 1972.
Tras más de diez años y por casualidad he leído éste reportaje. Espero que el Sr Rovira siga vivo. Cuando yo era niño éramos amígos a través de mi padre, el mecánico de Telefónica en Alzira.
Muchos recuerdos en una única fotografía del lugar donde cursé mis dos últimos años de bachiller laboral (los cinco primeros en las Escuelas Pías de la Gallera) Siempre he agradecido la formación que allí racibí, fue una suerte. Un abrazo para toda esa generación que ya nos están jubilando
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