Por: José Luis Pérez
Las naves del descubrimiento del Nuevo Mundo
Pasión por el modelismo naval
José Luis Pérez
Estimados lectores de El Seis Doble, una vez más con vosotros para presentaros uno de los tres barcos más famosos del mundo: la carabela La Niña que, junto a La Pinta y a la Santa María consiguieron la hazaña más importante de los últimos 500 años pues, a partir de 1492 empieza una nueva era para el Viejo Continente y, sobre todo, para España que, cincuenta años más tarde, había creado y conseguido el imperio más grande en todo el mundo gracias, en gran parte, a estas tres insignificantes y pequeñas naves. De la más pequeña de las tres nos ocuparemos hoy dejando las otras dos para siguientes artículos.
Breve historia de la carabela La Niña
Una de las dos carabelas que utilizó Cristóbal Colón en el descubrimiento de América, en 1492, fue La Niña. La otra carabela era La Pinta. La tercera embarcación, la Santa María, nombrada almiranta, era una “nao” o “carraca”, embarcaciones éstas de mayor porte. Se construyó en los astilleros del puerto de la Ribera de Moguer entre 1487 y 1490. La nave recibió el nombre de “Santa Clara”, aunque pasaría a la historia con el nombre de su propietario, Juan Niño. Construida con maderas de pino y encina tenía una eslora de 21,40 metros. Sus primeras velas eran latinas y fue transformado a velas cuadras en la primera escala que la flota realizó en las Canarias y ya en la isla de La Española, actual Santo Domingo, se le instaló junto a sus palos de trinquete, mayor y contramesana, un nuevo palo de mesana. Las jarcias que sostenían los palos estaban enganchadas en los costados del buque. La carabela carecía de castillo de proa y el alcázar era de dimensiones muy reducidas.
La Niña atravesó el Atlántico capitaneada por Vicente Yáñez Pinzón, con Juan Niño como maestre y pilotada por Sancho Ruíz de Gama, con una tripulación de dieciocho hombres. Ya en La Española, y tras el hundimiento de la nao Santa María, se convirtió en la nave capitana de la expedición. Al mando de la carabela La Niña iba Cristóbal Colón y al de la carabela La Pinta iba Martín Alonso.
El 14 de febrero de 1493, en el viaje de regreso a España, a la altura de las Islas Terceras, se encontraron con un fuerte temporal que estuvo a punto de hacer naufragar a las dos embarcaciones. Con el pasar de las horas la violencia de la tempestad provocó la pérdida de avistamiento entre las dos carabelas y en la tripulación de La Niña empezaron a temerse lo peor. Tras arribar al puerto de Palos (Huelva) el 15 de marzo de 1493, La Pinta lo hizo al puerto de Baiona (Pontevedra) el día 1 de marzo de 1493 arrastrada por el temporal pues el destino de ambas era llegar a Palos.
El 25 de septiembre del mismo año formó parte de la flota del segundo viaje del Almirante Cristóbal Colón. Ya por entonces propiedad de la Corona llegó la noticia desde el puerto de Haití que un ciclón hundió en el verano de 1495 a todos los barcos amarrados a puerto, excepto a esta carabela. Fue el único navío que no naufragó.
Por este motivo, de mantenerse a flote durante este fuerte ciclón La Niña sirvió de modelo al primer barco construido en el Nuevo Mundo: la carabela Santa Cruz, también llamada La India.
El último viaje de La Niña fue una expedición a Haití, después de que el navío fuese reparado en Palos, con un coste de 34.000 maravedíes.
Apenas 35 días después de su partida, La Niña arribó a Haití en uno de los más rápidos viajes trasatlánticos de la historia y, a partir de este viaje, no se sabe la suerte que corrió la pequeña descubridora.
La maqueta
Esta construida a partir de los planos originales del buque; a escala 1/100; en madera de distintas clases y de forma tradicional con falsa quilla y cuadernas para después proceder al traqueado del casco y forrado de cubiertas; el montaje de los mástiles, los pertrechos y cabuyería de cubierta, la confección de las velas, etc. nos dan como resultado este bonito modelo histórico.
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