Por: Benito Hernándiz / NCS Informática
Convivimos en la actualidad con bastantes objetos que ya “hablan” por sí mismos y que están conectados al mundo
La primera vez que escuché este concepto me hizo gracia porque normalmente utilizamos el término “cosa” como la generalización máxima posible. Esa cosa, me da cosa, recoge las cosas, tener que hacer una cosa y un sinfín de cosas más. Por lo tanto, ¿significa este concepto la posibilidad de que todo va a estar conectado a internet? Suena a ciencia ficción, pero realmente es algo más habitual de lo que pudiéramos pensar. De hecho convivimos en la actualidad con bastantes objetos que ya “hablan” por sí mismos y que están conectados al mundo.
Se trata de la tecnología RFID o identificación por radiofrecuencia y lo podemos ver en aplicaciones tan cotidianas como las alarmas en las tiendas, la Vía T de las autopistas, los chips de identificación animal, identificación de pacientes en hospitales, etc.
Aunque parezca algo novedoso, la tecnología RFID tiene casi 100 años de historia y fue utilizada por los aliados en la II Guerra Mundial para distinguir los aviones amigos de los enemigos. Lo que todavía se encuentra en estado embrionario son las aplicaciones desarrolladas utilizando esta tecnología cuyas posibilidades son prácticamente infinitas.
El desarrollo de software es fundamental para la implantación definitiva del RFID y, en consecuencia, para poner en práctica el internet de las cosas.
Con las aplicaciones adecuadas podemos hacer que las “cosas” hablen entre sí como, por ejemplo, que la ropa hable con la lavadora y de esta forma evitar tener que estudiar complejos programas de lavado o obtener resultados indeseados, pagar el ticket del aparcamiento con el móvil, comprobar el estado de los alimentos de nuestro frigorífico a través de nuestro Smartphone, control de stocks en tiempo real y así cualquier cosa que se nos pueda ocurrir.
Y todo esto con la participación de la red de redes, internet, que gracias al nuevo protocolo IPv6 nos permitirá millones y millones de posibles direcciones IP que podrán ser asignadas a un número enorme de objetos.
No debemos olvidar que en este mundo que se nos presenta siempre hay una oportunidad de emprededurismo. Imaginar ideas para que puedan ser desarrolladas es un buen comienzo para continuar con su comercialización y posterior aplicación.
Algunos ya han empezado. Tikitag, una empresa que propone asociar aplicaciones mediante un objeto que gestiona etiquetas electrónicas; Mir:ror el dispositivo de Violet que detecta objetos; Pachube, un servicio para etiquetar y compartir datos en tiempo real de los objetos, artefactos, edificios y entornos de todo el mundo y algunas más cercanas como Infoself.
En resumen, el código de barras ha muerto, viva el RFID.
Benito Hernándiz / NCS Informática
Añadir un comentario