“Un hombre bueno que ha conseguido glorias deportivas por todo el mundo para nuestra ciudad”
Hace unos días, el 2 de abril, Julián Perea recibió un merecido homenaje en la Federación Nacional de Halterofilia, en Madrid, representando al Club de Halterofilia de Alzira -el suyo, el que fundó- y representando a la Comunidad Valenciana.
El 6 de enero de 1996 escribíamos de él y de su bien hacer en el deporte local estas líneas.
El ejercicio de levantamiento de pesos y halteras, que antiguamente se incluía en la gimnasia, constituyen en la actualidad un deporte independiente, la halterofilia. Los movimientos oficialmente reconocidos son desarrollo o levantamiento a fuerza con dos brazos, levantamiento de arrancada con dos brazos y levantamiento a dos tiempos con dos brazos.
Los ejercicios se realizan sobre una tarima de cuatro metros de lado y el material empleado consiste en una barra metálica con discos, asimismo, de metal acoplados en sus extremos, cuyo peso se va incrementando. El concursante tiene derecho a efectuar tres levantamientos o ensayos para cada movimiento.
El deporte de la halterofilia no es un deporte de masas, pero en Alzira tiene muchos seguidores gracias a Julián Perea, un hombre callado, bueno, servicial, que nunca ha querido ser protagonista de su buen hacer; que desde su puesto, amando su deporte preferido, la halterofilia, ha conseguido glorias deportivas para nuestra ciudad y que su nombre sea conocido en toda Europa y en este recién estrenado 1996 salte el océano y se sepa quiénes somos en la costa este de los Estados Unidos de América, donde participará el alcireño Lorenzo Carrió, en los campeonatos olímpicos que tendrán lugar en Atlanta.
Julián Perea Mañas llega a Alzira en 1958 y cuatro años después, con unos amigos, Francisco Masiá, Vicente Lloret y Rafael Gómez, fundan lo que más tarde sería el Club Halterofilia Alzira, en un pequeño local junto a la antigua y desaparecida ermita de la Sagrada Familia, en l'Alquerieta, con unos equipos rudimentarios que ellos mismos fabricaban con botes vacíos de aceitunas que rellenaban de cemento, construyendo de varios tamaños y pesos.
En aquellos años del inicio, Julián, con su motocicleta Torrot se desplazaba a Gandía para seguir unos cursillos de esta especialidad deportiva, ya que la ciudad ducal también existía gran ambiente y aficionados a este deporte.
De este gimnasio de la Sagrada Familia saldría campeón regional Vicente Calatayud. De l'Alquerieta pasarían al gimnasio del Instituto Rey Don Jaime, en el Cami Nou de Gandía, donde el director del centro les cedería uno de los gimnasios con la condición de que los gastos de luz y agua -unas 4.500 pesetas al mes- estuvieran a su cargo. Como quiera que la economía del club no era muy boyante solicitaron ayuda del industrial alcireño Luis Suñer, quien les solventó el problema.
En 1966 Perea participa en un cursillo para entrenadores de halterofilia y musculación en Madrid, organizados por la Federación Española, obteniendo el título de entrenador, haciéndose cargo del Club Halterofilia Alzira. Un año después, en 1967, gracias a su tesón, los alcireños obtienen dos títulos de campeones regionales y otros dos nacionales. Campeonatos que se celebraron en el invierno de aquel año en Ponferrada, en la provincia de León, a donde llegaron salvando medio metro de nieve. Vicente Calatayud y Salvador Amat, fueron los participantes.
En aquel año, el Club Halterofilia Alzira se clasifica por vez primera en los campeonatos nacionales, por clubs, Copa Generalísimo, quedando en cuarto lugar de los ocho equipos participantes. Desde entonces, hasta nuestros días, han conseguido 40 títulos nacionales; 30 récords de la misma categoría más el de campeona de Europa que consiguió Estefanía Juan Tello en Grecia y el mundial por Mónica Carrió, en Dinamarca.
En 1982, tras la pantanada, trasladan las instalaciones a las dependencias del polideportivo Fontana Mogort, gracias a las gestiones realizadas por Ramón Méndez, concejal que fue del Consistorio alcireño, denominándose desde entonces Escola Municipal d'Halterofilia, donde la enseñanza es gratuita, siendo costeado el mantenimiento por el ayuntamiento alcireño y la Federación Regional.
El 17 de diciembre de 1994, el Ayuntamiento de Alzira celebra un Pleno extraordinario en el que se rinde homenaje al “Club Halterofilia Alzira” por la obtención del XXXVIII Campeonato de España de Halterofilia, copa de su Majestad el Rey. En el transcurso de la sesión el alcalde, don Pedro Grande impone la insignia de oro de la ciudad de Alzira a Julián Perea Mañas por los méritos alcanzados en la promoción y fomento del citado deporte de la ciudad.
En la actualidad 80 atletas son el número que alcanza su matrícula, siendo a ambos sexos, ya que antaño se suponía que era un deporte solamente para hombres y donde hoy existe mucha participación femenina.
En la foto que acompañamos, tomada en 1967, figuran de pie, de izquierda a derecha, Vicente Calatayud, Bernardo Fernández, Tomás Sarrión, Francisco Llinares y Salvador Amat y agachado el entrenador Julián Perea.
Julián, un fuerte abrazo del que suscribe, tu amigo y de muchos más que disfrutas en esta ciudad que, como yo, fuimos bien acogidos a nuestra llegada.
Alfonso Rovira
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Julian Perea, gran home.
Se lo merece. Hay muy pocas personas que dan tanto por tan poco.
Un saludo a todos.
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