Bernardo Carreres Oliver
Un sacerdote que ejerció durante sesenta años
El sacerdote alcireño don Bernardo Carreres Oliver, nació el 11 de diciembre de 1915 en el seno de una familia cristiana siendo así que a la temprana edad de 11 años ingresa, en 1926, como becario del Colegio del Patriarca en la capital de provincia, para cursar estudios de sacerdote. El comienzo de la más incivil de las guerras le sorprende en la isla de Mallorca donde sigue sus estudios, no pudiéndose ordenar sacerdote hasta 1939 en que canta la primera misa en la Basílica de Nuestra Señora del Pilar en Zaragoza, el 30 de junio de aquel año. Poco tiempo después el misacantano celebraría oficial y familiarmente en el Colegio del Corpus Christi, donde había cursado sus estudios para sacerdote. En aquella ocasión fueron padrinos de la ceremonia el excelentísimo señor don Tomás Trénor de Azcarraga, II marqués del Turia y doña Mercedes Trénor. A continuación fue nombrado por el ordinario del lugar -el arzobispo- vicario de la parroquia de San Lorenzo mártir de Alberic, pasando después por Simat de la Valldigna, donde permaneció hasta 1951 en que fue destinado a Benaguasil donde estuvo hasta que le alcanzó la jubilación regresando a su pueblo natal, Alzira. Aquí ejerció como profesor de religión en el Instituto José María Parra y al mismo tiempo capellán del Colegio Santos Patronos -Beneficencia- y dentro de sus posibilidades auxiliaba en los quehaceres en la parroquia de Santa Catalina.
Después de sesenta años ejerciendo su ministerio sacerdotal, sufrió una grave enfermedad y nos dejó nuestro paisano y venerable sacerdote don Bernardo Carreres Oliver. El féretro, que fue conducido el 17 de julio de 1999 al pie del altar mayor de la parroquia de Santa Catalina, estaba cubierto con una casulla morada y una estola del mismo color; sobre estas sagradas vestiduras descansaba, abierto, un libro de los evangelios.
Treinta y dos sacerdotes llegados de la capital de provincia y de otras poblaciones cercanas, algunos paisanos y otros que habían compartido el ministerio sacerdotal con el anciano sacerdote, concelebraron la misa de “corpore insepulto” que presidió el obispo auxiliar de la diócesis don Jesús Murgui, cantándose la misa de réquiem que acompañó al órgano el sacerdote don Ernesto Colomer. Fieles de Alberic, Simat y Benaguasil, localidad última donde don Bernardo habían permanecido catorce años, pueblos donde el buen sacerdote había ejercido su ministerio.
“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. El que cree en mi, aunque haya muerto, vivirá”. Fueron las palabras del celebrante, el obispo auxiliar don Jesús Murgui, en la homilía de la misa del obitus del entierro de don Bernardo Carreres. No busquéis a los muertos al que vive; no está aquí. Ha resucitado.
Alfonso Rovira
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