Artículo de opinión de “Sierra”
Un bien público, como su mismo nombre indica, no puede ser excluido a ningún ciudadano
Encontramos un gran número de definiciones para este término.
Como bien público entendemos todos aquellos bienes o servicios que no pueden ser disfrutados por un individuo sin que otros también tengan acceso a ellos. O también lo podemos definir como aquel que pertenece o es proveído por el Estado a cualquier nivel.
Dentro de bienes públicos podemos diferenciar entre los bienes opcionales o no opcionales. Un ejemplo de bien opcional sería la sintonización del TDT por parte del consumidor. En contra, un bien no opcional sería la defensa nacional, ya que inevitablemente se les proporciona la misma cantidad de ella a todos los ciudadanos de un país, independientemente de sea cual sea su interés en ser defendidos.
Algunos tipos de bienes públicos pueden ser considerados impuros, como por ejemplo la educación, ya que la sociedad se beneficia de las mejoras en el sistema educativo y del aumento de la cualificación de los profesionales del país; algunos individuos se benefician más que otros: los propios receptores de la educación, sus familiares y sus empleadores.
Un bien público, como su mismo nombre indica, no puede ser excluido a ningún ciudadano, por ello, todos estamos en pleno derecho de su uso, en el momento en los que los necesitemos. El ejemplo más claro de bien público lo encontramos en la justicia, puesto que todos tenemos derecho y la obligación a disponer de un abogado de oficio, independientemente del delito que hayamos cometido.
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