EL SEIS DOBLE
miércoles, 19 de julio de 2023
La politiquería mina la esencia de la democracia
Opinión: JAGS
Opinión: JAGS
La política local no debe ser un juego de tronos donde unos pocos actores determinan el futuro de una ciudad, mientras que la mayoría de la población observa desde la distancia
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La participación ciudadana es un elemento clave para el desarrollo de una sociedad democrática que responda a las necesidades y demandas de la población. Sin embargo, muchas veces se utiliza como una herramienta para legitimar decisiones que ya están tomadas de antemano, o para eludir responsabilidades que corresponden a quienes gobiernan. Cuando se produce esta manipulación, se está produciendo una injustica ya que el interés común debe estar por encima del interés político, más si cabe cuando vemos lo que supone para el presupuesto del ayuntamiento, cuando vemos que asignación acuerdan entre ellos, por hacer su trabajo, por gestionar para todas y todos, no para figurar, y que el pueblo le haga el trabajo. ¿Qué pasaría si se hiciera una consulta de participación ciudadana al respecto de la asignación que deben tener como ediles?
La política local es el ámbito donde la participación ciudadana puede tener un mayor impacto, ya que se trata de los asuntos que afectan directamente a nuestro entorno más cercano. Cuando nos involucran activamente en la toma de decisiones que nos afectan de una manera tan próxima, se fortalecen los lazos cívicos y se garantiza una gobernanza más transparente y efectiva. Lamentablemente, el mal uso de esta práctica, que podemos denominar “politiquería” acaban generando una apatía ciudadana, y minando de esta manera la esencia misma de la democracia representativa.
La política local no debe ser un juego de tronos donde unos pocos actores determinan el futuro de una ciudad, mientras que la mayoría de la población observa desde la distancia, o participa en los plenos, con sus preguntas y reivindicaciones pero con respuestas ambiguas o con un “tomamos nota” que se queda en el papel, en el diario de sesiones y por lo general en el olvido, acabando de un plumazo con la esencia de la verdadera democracia, en la que todas las partes actuantes se nutren del diálogo inclusivo, donde todas las voces importan y son tomadas en cuenta. Es imperativo que los ciudadanos nos empoderemos, nos informemos y participemos activamente en los asuntos públicos que nos afectan directamente, pero es obligación de los gobernantes, no mirar para otro lado, tomar nota y analizar cada cuestión que se plantee y justificar cada medida que se tome y aquellas que no se tengan en consideración también deben tener su argumentación pública.
Como ciudadanos debemos saber que nuestra participación abarca una amplia gama de actividades, desde acudir a las urnas en cada proceso electoral hasta involucrarse en audiencias públicas, foros de debate y grupos de trabajo, etc. Los grupos políticos por medio de sus representantes en los ayuntamientos deberían tener en cuenta que cuando los ciudadanos estamos dispuestos a contribuir con nuestras ideas y perspectivas, la calidad de las decisiones políticas mejora significativamente.
Debemos entre todas y todos rechazar y eliminar la politiquería, que lo único que busca es obviar las necesidades de la localidad y perpetuar su statu quo, sirviendo a intereses particulares o partidistas en detrimento del bienestar común.
Fomentar la participación ciudadana es una responsabilidad compartida entre los ciudadanos, los líderes políticos y las instituciones públicas. Los ayuntamientos deben garantizar espacios de participación efectiva, asegurando que la información sea accesible y que las decisiones se tomen de manera transparente. A su vez, los ciudadanos deben estar dispuestos a comprometerse activamente con el bienestar de su comunidad y demandar una mayor apertura y rendición de cuentas. Es más fácil que cumplan su cometido los ciudadanos que los políticos, pero aun así debemos insistir y no bajar los brazos.
Superar la politiquería y la apatía requiere un esfuerzo colectivo para promover una cultura cívica participativa y responsable. Solo así podremos consolidar una política local que refleje verdaderamente los intereses y valores de toda la comunidad.
JAGS
El Seis Doble no corrige los escritos que recibe. La reproducción de este texto es literal; fiel a las palabras, redacción, ortografía y sentido del autor/es.
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