Artículo de opinión de “Sierra”
Durante décadas, los países han adoptado la devaluación de la moneda como una forma para salir de las crisis internas
Gracias a que el sistema financiero se haya convertido en un caos tras el fallo sistémico que ha sacudido las bases de un modelo económico basado en la deuda, sin tomar en cuenta “la maldición del dinero fiduciario” (del que hablamos la semana pasada), muchos países (EEUU, Reino Unido, Japón, Tailandia...), viendo agotadas las vías para reactivar sus economías, se han lanzado a aumentar su competitividad mediante la devaluación de sus monedas, para aumentar sus exportaciones y aportar un empuje al crecimiento económico.
Durante décadas, los países han adoptado la devaluación de la moneda como una forma para salir de las crisis internas. Esta fue la receta que recomendó el Fondo Monetario Internacional, a instancias de Washington, ya que ante una moneda débil, los dólares adquirían más poder y podían comprar industrias y empresas a precios a veces irrisorios. Esta recomendación se aplicó en los setenta y ochenta en Asia y Latinoamérica y, aunque funcionó en casos aislados, siempre empobreció a los países que la adoptaban.
Ahora, esta recomendación se está aplicando a gran escala, por lo que no tendrá ningún efecto significativo, aparte de empobrecer más a occidente, ya que esta guerra comercial es producto de la debilidad de la demanda.
La parte principal del problema está relacionado con el origen de la crisis financiera en la cual se transfirió el poder a una moneda fiduciaria sin ningún respaldo real, perdiéndose la honestidad del sistema y alentando a la usura y al fraude.
Desde las guerras napoleónicas, hasta las guerras mundiales del siglo 20, el sistema financiero estaba respaldado por el oro. Aquí no se podía devaluar ni manipular al antojo las monedas. Nadie podía hacerse más competitivo porque sí, ni tampoco enriquecerse más allá de los límites.
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
No es tan malo devaluar, ójala ahora pudiéramos devaluar la peseta como hicimos en los setenta y los ochenta, de la noche a la mañana éramos mas competitivos respecto a Europa y USA, aumentábamos nuestras exportaciones , reducíamos nuestras importaciones y éramos mas atractivos para el turismo internacional.
Ahora nos esperan largos años de deflación y recortes en el empleo.
Otro punto de vista
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