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Volvamos a la buena políticaOpinión: Xavier Cantera
'Dios es el gran silencio del Universo, y el ser humano el grito que da sentido a ese silencio'
Una opinión más | Xavier Cantera
Aunque es cierto que no la he abandonado en ninguna de mis colaboraciones anteriores ya que, como dice Esther Fragoso Fernández, Docente Investigadora en Universidad La Salle Pachuca, México, "envuelve actividades esencialmente humanas que competen a todas las personas en cuanto seres que conforman una sociedad, es una actividad inherente a la naturaleza humana, es lo común a un pueblo, es orden público, es diálogo, es una propuesta de solución a los conflictos sociales, es búsqueda del bien común…." Así entendida, es como el aire que respira la persona y la sociedad democrática, aunque algunos medios se empeñen en contaminarlo para hacerlo irrespirable y que la gente salga corriendo de ella, dejando las manos y los espacios libres a quienes dominan el "libre mercado" que tiene de todo menos precios justos para el productor y para el consumidor y sí mucha libertad para ganar "subiendo los precios una burrada".
Y nos viene bien, en estos tiempos de guerra en Ucrania y contra el Papa Francisco en el Vaticano, esta vuelta a la buena política de la mano de la experiencia cristiana, ya que estamos cerca de la Semana Santa, de tanta tradición en nuestra ciudad, al ser la semana más política de la vida de Jesús de Galilea. En realidad, es el resumen de su corta vida pública y no podía calificarse mejor, dados los acontecimientos narrados por los evangelistas. Hubo toda muestra posible de la mala política: traición de uno de los suyos por un sobre con dinero, abandono de sus incondicionales y negaciones del cabeza de cuadrilla hasta tres veces por miedo, detención del inocente con nocturnidad, acusaciones falsas, lavado de manos por parte de la autoridad romana, referendo a gritos para elegir entre Jesús o Barrabás, petición de muerte, como en una cruzada, en nombre del Dios de Israel, para terminar con una sentencia de pena de muerte lenta y horrible para escarmiento público hasta quedar en silencio.
Para comprender un poco más esta dimensión política sólo falta fijarnos que es la autoridad religiosa del Sanedrín quien ejerce la acusación particular y la autoridad político-militar de Pilatos, la acusación pública sin existir acusación popular ya que hacía unos días las gentes de bien recibían a Jesús con ramas de olivo y palmas como a su Mesías. Vaya, las autoridades consideraron a Jesús como lo que hoy se calificaría de subversivo, de anti-sistema y promotor de una organización ilegal y peligrosa para el Imperio. Es historia, pero por desgracia, se ha repetido y se repite hoy desde Nicaragua hasta en cualquier país donde se ahogan los gritos humanos ante las injusticias. Pero este silencio necesita de nuestro compromiso, como dijo José Saramago: "Dios es el gran silencio del Universo, y el ser humano el grito que da sentido a ese silencio". Hagámonos eco con la buena política y la solidaridad de los gritos de las gentes y los pueblos que sufren.
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Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
¿"Volvamos a la buena política"?
"los espacios libres a quienes dominan el "libre mercado" que tiene de todo menos precios justos para el productor y para el consumidor y sí mucha libertad para ganar "subiendo los precios una burrada"."
Usted olvida a los intermediarios. Es lamentable.
El productor vive en la miseria. El consumidor es barrido por los precios y sobrevive como puede. Esa pieza obviada es la responsable de la usura, de la falta de ética y de la falta de humanidad.
Hace poco el señor Juan Roig, propietario de Mercadona, intentaba acusar a los productores como causa de la subida de precio, cuando los productores siguen cerrando empresas o abandonando cultivos mientras Juan Roig sigue aumentando sus beneficios en cuestión de subir los márgenes.
Y en ello nada nuevo. Ni conservadores, ni progresistas, ni el Papa Francisco, ni nadie en el Vaticano, han hecho otra cosa que no sea hablar, mientras la miseria cada día es mayor.
No es que los precios suban, es que el dinero para comprarlos tiene menos valor. Si no vamos a la raíz del problema difícilmente lo podremos solucionar.
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