Las palabras clave del año pasado fueron “inflación” y “tipo de cambio”. En 2023 todo indica que seguirán estando en boca de todos.
El banco holandés ING cree que las políticas restrictivas de los bancos centrales respaldarán al dólar por más tiempo de lo esperado.
Los bancos centrales utilizan políticas monetarias restrictivas para frenar el crecimiento económico y, en consecuencia, la inflación. El término “restrictivo” se refiere a restringir la liquidez, reduciendo la cantidad de dinero disponible para que los bancos presten.
Es posible que no se materialice una caída más pronunciada hasta la segunda mitad del año. El euro puede resultar difícil de apreciar.
También según la institución, las monedas europeas enfrentarán dificultades en medio de la reorientación de la economía alemana. Se cree que el par dólar/yen operará muy por debajo de 130 a fines de 2023. ING estima un rendimiento mejor al esperado para el franco suizo y el florín húngaro y un rendimiento inferior al esperado para la libra esterlina y el zloty polaco. La institución es optimista con respecto al won surcoreano y el peso mexicano.
La alta inflación fue un problema económico importante causado por la crisis de Covid, a pesar de que economistas influyentes descartaron el riesgo en 2021.
La inflación provoca incertidumbre y restringe el poder adquisitivo. Específicamente, la inflación de los alimentos golpea duramente a las poblaciones de bajos ingresos, porque a menudo representa la mayor parte de sus gastos.
El revolucionario economista inglés John Maynard Keynes se interesó por la macroeconomía después de la Gran Depresión de 1929. En su libro Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero, Keynes apoyó la intervención estatal en la economía para combatir la recesión y promover el bienestar de la población.
La macroeconomía estudia la inflación, el PIB y el tipo de cambio, entre otras variables.
El tipo de cambio define el valor de una moneda extranjera en relación con la moneda nacional. Repercute directamente sobre los precios porque impone el costo de los bienes importados, así como el de los productos nacionales vendidos en el exterior. Si el tipo de cambio euro/dólar es 1,10, entonces un euro cuesta 1,10 dólares.
En la práctica, la inflación obliga a las personas a gastar más para comprar la misma cantidad de bienes y servicios. Cuando en un mes determinado se compra un producto a 100 euros y al mes siguiente cuesta 110 euros, la inflación en el periodo fue de un 10%.
Hay cinco factores principales que elevan los costos: la tasa de interés, el tipo de cambio, los precios extranjeros, el costo de la mano de obra y los impuestos.
Para este año, JP Morgan espera un crecimiento del PIB del 0,2% en la eurozona, del 1,0% en EE.UU. y del 4,0% en China.
También según el banco, el índice mundial de precios al consumidor debería desacelerarse al 3,5% a principios de 2023, ya que alcanzó el 10% en la segunda mitad del año pasado.
Como las tasas de interés de los Estados Unidos aumentaron siete veces en 2022, se espera que la Reserva Federal disminuya el ritmo de las alzas. Las divisas de menor rentabilidad como el euro deberían estar más protegidas por las pausas en las subidas de tipos y la intención de paliar la ralentización del crecimiento.
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