Aquellas relaciones de pareja que son tóxicas son aquellas en las que ambas partes son impotentes para evitar que ocurra un daño por alguna razón. Es posible hablar tanto de la relación de pareja como de la amistad, las relaciones profesionales e incluso las relaciones familiares. En Love My Senses podrás ver algunos tips adicionales importantes.
La frecuente naturaleza indirecta y subjetiva de las señales de advertencia en las relaciones tóxicas dificulta que las víctimas abandonen las relaciones tóxicas antes de que sea demasiado tarde.
Sin embargo, se aconseja prestar atención ante una dolencia vaga e indescriptible, cuando cambia el comportamiento, por ejemplo, pasando de extrovertido a retraído, o cuando uno se siente desorientado sin poder admitirlo; en este punto, es crucial reflexionar sobre lo que ha sucedido. Esta no es una tarea fácil porque la sociedad en la que vivimos realmente no nos anima a prestar atención a nuestros sentimientos y lo que nos sucede.
Es importante preguntarse si estás en una relación tóxica y buscar una salida si la relación te está haciendo sentir mal de alguna manera, como cuando te sientes juzgado, devaluado, manipulado, amenazado, acosado, maltratado o tener una sensación general de vacío después de estar con la persona tóxica.
Características de las relaciones tóxicas
En general, las relaciones tóxicas se pueden definir como aquellas en las que ambas partes no pueden llegar a un acuerdo de igualdad de trato. Cuando una de las partes se “aprovecha” de la otra, cuando parece que sólo uno de los dos se beneficia, la relación se torna tóxica.
Por ejemplo, una persona que solo actúa en beneficio propio, alguien que quiere manipular y controlar a los demás, o alguien que solo quiere enriquecerse rápidamente. La necesidad de tener un control completo y un dominio total sobre la relación es lo que impulsa a alguien a involucrarse en un comportamiento tóxico.
En una relación tóxica, el poder no se comparte. La persona tóxica, por otro lado, es aquella que trata de negarle a otra persona incluso la más mínima cantidad de poder. La misma toxicidad, de hecho, implica implementar dinámicas que conducen a una disparidad entre los dos, donde el poder se distribuye para favorecer a uno y perjudicar al otro.
Aunque las luchas de poder son comunes en todas las relaciones, especialmente en los primeros años del matrimonio, las relaciones tóxicas se caracterizan por la insistencia continua e inquebrantable de uno de los cónyuges en estar al mando.
Tipos de relaciones toxicas
Menosprecio y denigración
En una relación tóxica, una persona puede tener una tendencia a denigrar y subestimar constantemente a la persona con la que está, ya sea una pareja, un amigo o incluso un miembro de la familia. La falta de respeto se puede mostrar a través de la comedia o el bromance, juzgando las habilidades, rasgos o personalidad de la otra persona, o se puede hacer con insultos directos que implican todo lo que la otra persona dice, incluidos sus pensamientos, creencias y aspiraciones.
Control e intimidación a través del "mal carácter"
En una relación tóxica, una persona puede enfurecerse por críticas menores o porque no está de acuerdo con algún aspecto de su pareja y puede seguir siendo acosada durante días. Este es un método para controlar emocionalmente y cantar. Nunca se sabe qué puede hacer que alguien pierda el control y se enfurezca.
Inducción de la culpa
En una relación tóxica, una de las partes puede señalar con el dedo a la otra e intentar ejercer el control como resultado. Cada vez que haga algo para lastimar a otra persona, intentará que se sienta culpable por la circunstancia y por cómo la hizo sentir.
Esto puede suceder en las relaciones amorosas, pero también ocurre con frecuencia en la relación entre padres e hijos adultos. Con el fin de hacer que su hijo se sienta más culpable, los padres frecuentemente tratan de colocar a un niño de su lado. Esto podría suceder, por ejemplo, cuando un padre llama a un niño para expresarle lo molesta que está su madre por perderse la reunión familiar.
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