EL SEIS DOBLE
domingo, 14 de agosto de 2022
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El tiempo del relato
La aventura de escribir | Juan Pablo Giner
El tiempo del relato | Juan Pablo Giner
Se pueden contar historias de muchas maneras. Generalmente se recurre a un narrador que va desgranando los hechos que les ocurren a los protagonistas de sus obras, sus pensamientos o emociones, describiendo los entornos en los que sucede la acción o cualquier otra circunstancia que sea de interés para el relato. También se utilizan diálogos entre los personajes, al modo del teatro, que aportan más agilidad a la exposición de la historia que se quiere contar. En este caso, son los personajes quienes se convierten en narradores.
Pues bien, tradicionalmente las narraciones se refieren a hechos, reales o ficticios, que han sucedido en el pasado, lo cual justifica que puedan ser contados. De ahí que se emplee el tiempo pasado como fundamental en la novela tradicional. Pero hoy en día son el cine, y sobre todo la televisión, los vehículos principales para compartir la ficción, así que no es de extrañar que las novelas, imitando guiones cinematográficos, se relaten en tiempo presente.
Es como si los autores concibiésemos nuestras historias como si estuviéramos viéndolas en una pantalla. A mí me pasa mucho. Necesito “ver” en mi mente lo que cuento y, casi sin darme cuenta, me pongo a escribir en tiempo presente. El personaje llega, se va, piensa, siente, hace… Hay capítulos en mis novelas que los he empezado a escribir en pasado y por una jugarreta de mi pensamiento los acabo en presente, lo cual es algo que trato de corregir de inmediato. No obstante lo cual, hay en mis novelas una abundante presencia de episodios narrados en tiempo presente porque creo que tienen más posibilidad de atraer la atención del lector.
Otra particularidad de la utilización del tiempo en el relato, aunque nada tiene que ver con lo que acabo de exponer, es la utilización de historias que suceden en épocas distintas cuya narración se va alternando de manera aparentemente arbitraria, pero cuyos contenidos acaban confluyendo para justificar determinados hechos. A mí esta técnica narrativa me parece muy interesante, por lo que la he utilizado bastante en mis novelas. Creo que ayuda a mantener la curiosidad del lector que lee aguardando encontrar aquello que justifique las dos historias aparentemente inconexas, pero tengo que reconocer que a los lectores menos avezados, a veces les puede confundir e incluso desanimar a seguir con la lectura.
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El Seis Doble no corrige los escritos que recibe. La reproducción de este texto es literal; fiel a las palabras, redacción, ortografía y sentido del autor/es.