La aventura de escribir | Juan Pablo Giner
La aventura de escribir | Juan Pablo Giner
Generalmente no es este un elemento esencial en una novela, como son los personajes, tal como tratábamos en el artículo anterior. El Quijote sería igualmente genial si se desarrollase en cualquier otro lugar de España o del mundo. Sin embargo quiero traer a comentario este aspecto de la novela porque a mí, como escritor, me importa bastante.
Quiero pensar que la gente lee mis novelas porque les gusta la trama, porque consigo captar su interés y les hago pasar un buen rato con mis invenciones. Quiero pensar, repito. Pero cuando alguien que me ha leído tiene a bien transmitirme algún comentario suele destacar que les encanta que la trama se desarrolle en lugares que conocen perfectamente, porque la mayoría de las historias que me invento suceden en Alzira. ¿Por qué lo hago así?
En primer lugar me fastidia un poco que la mayoría de las historias de ficción que nos llegan a través de novelas, películas o series de televisión, suceden en grandes ciudades, dando a entender de una manera subliminal que solo allí puedan darse historias interesantes. Camila Läckberg, popular escritora sueca de novelas policíacas, sitúa sus obras en Fjällbacka, una pequeña ciudad donde reside. Me gustó ese planteamiento y trato de aplicarlo también a mis novelas.
En segundo lugar, necesito visualizar en mi mente lugares en los que situar la acción. Me resulta muy cómodo describir lugares que conozco perfectamente. Si eso resulta grato a mis lectores de Alzira, miel sobre hojuelas.
Por último, y esto es lo más importante, porque quiero rendir un humilde homenaje a la ciudad que me acogió a mis catorce años y que se ha convertido en el hogar en el que quiero pasar el resto de mis días.
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Totalmente de acuerdo.
Es agradable y divertido reconocer los lugares dónde transcurre la acción.
Y no es necesario irse lejos, a Suecia, para encontrar autores así, ya Blasco Ibañez hacía que la mayoría de sus novelas transcurrieran en Valencia y alrededores.
Pero creo que el mejor ejemplo es Stephen King, super ventas mundial, hace que sus historias de terror fantásticas sucedan en el estado de Maine, dónde él nació y conoce de sobra, en pueblos pequeños y corrientes, nada excitantes en apariencia.
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