

Opinión: Alfonso Rovira
Una pintura al óleo, obra de Joan Gascó, sargento del parque de Alzira, decora como homenaje al patrón del gremio
Hoy, 8 de marzo, la iglesia católica celebra la festividad de San Juan de Dios. Patrón de los bomberos. Al mismo tiempo, el que suscribe cumple cuarenta años de que en tan señalado día el que que fue jefe del parque de Alzira, Bernardo Mascarell me concede el título de “bombero honorífico”. En la actualidad en este año 2022, a mis recién cumplidos 91 años, sigo actuando, ataviado con el unífugo uniforme, en la “cremá”” de las fallas de Alzira, como uno más del equipo de profesionales. No está comprobado, pero creo que soy el único “bombero honorífico” que existe en cualquier parque de España.
El portugués Juan de Dios Ciudad Duarte, nació el 8 de marzo de 1495. Enfermero y fundador de la ´Órden Hospitalaria San Juan de Dios, ambién conocido “Juan de los Enfermos”.
A la edad de 27 años (1523) se alistó en las tropas del capitán de Infantería Jyuan Ferruz, quien a su vez estaba al servicion del Emperador Carlos I, en la defensa de Fuenterrabía contra las tropas francesas. Fue para para él una dura experiencia, siendon expulsado por negligemcia en el cuidado de las ganancias sde su compañía. A pesar de ello, volvió a combatir con las tropas del conde de Oropesa en 1532, en el auxilio de Carlos V en Viena.
En 1538 llega a Granada y abre una pequeña librería en la Puerta de Elvira.esta tienda le permite entrar en contacto con la literatura de tipo doctrinal y religioso.
El 20 de enero de 1539 se produce un hecho trascendental. Oyendo un sermón predicado por San Juan de Ávila, tienen lugar su conversión. Las palabras del santo abulense producen en él una conmoción tal que le lleva destruir los libros que vendía; vaga desnudo por la ciudad; los niños le apedrean y todos se burlan den él. Su comportamiento es el de un loco y, como tal, es encerrado en el Hospital Real. Allin trata con los enfermos y los mendigos y va ordenando sus ideas en una profunda reflexión.
Juan de Ávila apacigua su joven e impaciente espíritu u se dirige en peregrinación al monasterio de Guadalupe, en Extremadura. Allí madura su propósito y a los pies de la Virgen promete entregarse a los pobres, a los enfermos y a todos los desfavoridos del mundo. Juan vuelve a Granada y, en un principio utiliza las casas de sus bienhechores para proteger a enfermos y desfavorecidos, pero tiene que alquilar una casa donde instala su primer hospital. Rápidamente crece su fama y el obispo le pone el nombre de Juan de Dios.
En los siguientes diez años crece su obra y abre otro hospital en la Cuesta de Gomérez. Sus obras se multiplican y crece el número de sus discípulos entre los que destaca Antón Martín, creador del Hospital de la Orden de Madrid. El 8 de marzo de 1550, a los 55 años, moría en Granada, víctima de un pulmonía a consecuencia de haberse arrojado al Genil para salvar a un joven. Lógico final para una vida totalmente entregada los demás. Fue beatificado por el Papa Urbano VIII en 1690. Fue nombrado patrón de los hospitales y enfermos y enterrado en el Convento de la Victoria de Granada en 1550. Sus restos permanecieron allí hasta eln28 de noviembre de 1664, cuando los Hermanos de su Orden los trasladaron a la iglesia del Hospital de San Juan de Dios. En 1757 tuvo lugar un nuevo trasladado al ser construida la Basílica que lleva su nombre,
Por salvar en un incendio a enfermos del hospital, es patrón de los bomberos desde 1953. Cuentan que se inició el fuego en Hospital Real de Granada por un asado que hicieron para la dama principal. Las llamas que se extendieron, amenazaban con quemar a los dementes y sin importarle el riesgo, a todos socorrió presto en en ese trance fatal. Granada le dio por muerto, para después admirar que estaba sano y sereno. Por este motivo, el Cuerpo de Bomberos lo eligió su patrón. ¡Muchas felicidades, compañeros, en el día de vuestro patrón!
Alfonso Rovira, bombero honorífico
._000590VD
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Alfonso Rovira, siempre al pie de la noticia. Inogatoble este reportero octogenario. Imprescindible para recuperar la crónica ciudadana.
Añadir un comentario