Opinión: Xavier Cantera
Hay que destruir los privilegios sacros poniendo todo en manos de la justicia democrática para que investigue, sancione, repare y recupere la vida de todas las víctimas
Una opinión más | Xavier Cantera
Desde la plaza oval cerrada por los pórticos semicirculares de la columnata de Bernini hasta las plazas parroquiales de muchos pueblos, desde los más severos conventos hasta los antinaturales internados de los seminarios, desde los palacios arzobispales o cardenalicios hasta las soledades empobrecidas de los ministros rurales, en muchos, en demasiados lugares, han aparecido lo que ellos llaman "unas manchas" pero que son restos de un chapapote espermático del color de los hábitos talares y sotanas. Lo triste y horroroso es que contienen trozos de carnes blancas, inocentes, que aún van dejando salir la infección por una cicatriz que no se cierra porque el poder mitrado no ha permitido curar, que ha remendado con trozos de tela de los mismos hábitos faldilargos, tapaderas de celibatos inmaduros por obligatorios, cambiando de residencia a los culpables e imponiendo un silencio cómplice justificado con el sigilo sacramental.
Comenzaron poniendo un cartel muy luminoso que decía: "Dejad que las criaturas se acerquen a mí" y han terminado criando una especie de anti-seres pederastas que atacan a inocentes, en su etapa evolutiva más delicada, porque no les han enseñado que las niñas y niños no son "criaturas angelicales" sino personas humanas con su dignidad y sus derechos. Se obsesionaron en regular y controlar la vida sexual de la gente normal con la moral del sexto para imponer su dominio sobre las conciencias y se olvidaron de ayudar a madurar a sus pastores como personas normales y a educarlos en la justicia.
Llenaron sus estructuras de hombres solos y de solo hombres y se olvidaron de empoderar a las mujeres, de liberarlas de su castigo de esclavas dejándolas entrar y mandar, en plano de igualdad, a todos los niveles. Con las estructuras llenas de mujeres que tienen la manía de abrir puertas y ventanas, impidiendo así las zonas oscuras, con la sororidad (Relación de solidaridad entre las mujeres) en los equipos educativos, como ahora, no habrían salido tantas manchas de chapapote inhumano y a las criaturas no las hubiera tocado ningún indeseable. Hay que destruir los privilegios sacros poniendo todo en manos de la justicia democrática para que investigue, sancione, repare, recupere la vida de todas las víctimas y las dignifique para lo que les quede de vida, sacando de las arcas diocesanas o vaticanas y de la casilla de la declaración de la renta los fondos que hagan falta.
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Que se investigue a fondo, pero que se investigue TODO y que se depuren responsabilidades. Desde curas a docentes, desde monitores a dirigentes de organizaciones juveniles y deportivas. Que se investigue TODO.
Ya basta de traslados sospechosos, de corporativismos, de silencios vergonzantes y del miedo al escándalo; que se investigue TODO. Y sobre todo que se asuman las responsabilidades .
Saludos
Totalmente de acuerdo con viejo, sin olvidar a los responsables de los centros de menores tutelados donde ha habido casos de abusos, sea en la Com. Autónoma que sea. Y, añadiendo, cadena perpetua para los que se demuestre su culpabilidad.
Saludos.
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