Opinión: Xavier Cantera
Se debe afianzar la promoción de la paz en el mundo, el desarrollo sostenible y la unión de esfuerzos de la comunidad internacional
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Una opinión más | Xavier Cantera
Hace mucho tiempo que la Aldea Global se partió o se separó en dos, al principio, por una especie de grieta glaciar de diferentes dimensiones según los tramos geográficos y humanos, que apareció en la misma calle Mayor de la aldea. Después, se fue convirtiendo, por los acontecimientos humanos, en una sima enorme, en una cavidad grande y muy profunda que se adentraba en el interior de la tierra e imposibilitaba el paso de una parte a otra.
No se trataba de una simple raya continua de carretera que prohíbe adelantar ni de un muro berlinés que nos avergüenza pero se puede derribar ni de una pintura 3D en una calle que, a primera vista, no nos atrevemos a pisar por miedo a caer. Es algo mucho más serio porque recoge todas las dimensiones humanas que nos separan a unas personas de otras, que resume toda la maldad de las fronteras creadas por las guerras, por las injusticias y que obligan a las comunidades perdedoras y empobrecidas a dar eternamente vueltas y vueltas alrededor de las alambradas sin esperanza de cruzarlas y de ser acogidas..
Al contrario que todas las fronteras, muros y barreras, esta sima se adentra hasta lo más profundo de la tierra y por ende, hasta lo más íntimo de las conciencias humanas y no serviría de nada que todas las maquinarias existentes para mover toneladas de tierra se dedicaran durante años y años a rellenar esa grieta. No se trata tampoco, para ocultar u olvidar esta sima, decir simplistamente que siempre han existido ricos y pobres, rojos y azules, buenos y malos o con suerte y desgraciados. Han habido varias instituciones mundiales que han fracasado y fracasan en su intento de rellenar la grieta e incluso han conducido a muchas personas inocentes a hundirse en la sima al intentar cruzar por puentes pintados magistralmente, haciéndoles creer que eran firmes, seguros y resistentes.
No estoy seguro del éxito conseguido hasta ahora, por institucionalizar el 4 de febrero como Día Internacional de la Fraternidad Universal, para eliminar esta sima que, si fuéramos realmente humanos, no nos dejaría vivir tranquilos porque, "con la promulgación de este día se debe afianzar la promoción de la paz en el mundo, el desarrollo sostenible y la unión de esfuerzos de la comunidad internacional para incentivar la tolerancia, la inclusión, el respeto a la diversidad y la solidaridad entre las naciones del mundo y de las personas". Tengo que reconocer que si no fuera por las miles y miles de organizaciones solidarias que trabajan por esta causa aún estaríamos peor. ¿Son muchos más quienes trabajan en contra? Si no son muchos más, sí son mucho más poderosos. Comencemos por ir quitándoles poder como está haciendo el movimiento ciudadano de personas mayores con los bancos.
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