Opinión: Xavier Cantera
Expresión acertada ante la aprobación por el "Consejo Progresista de Ministros" del anteproyecto de reforma del artículo 49 de nuestra Constitución para eliminar el término "disminuido"
Una opinión más
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Xavier Cantera
Preparando esta colaboración, no he podido encontrar una frase más acertada para expresar el verdadero sentido de mi satisfacción, ante la aprobación por el Consejo Progresista de Ministros del anteproyecto de reforma del artículo 49 de nuestra Constitución para eliminar el término "disminuido" y sustituirlo por el de "persona con discapacidad", como la escritora Irene Vallejo dice: "Para que la democracia sea saludable también tienen que serlo las palabras"; y yo añado, sobre todo, las que utilizamos para referirnos a estas personas, ya que "las palabras indican la esencia de la persona". La esencia es que son personas, la circunstancia es que tienen alguna diferencia. Se ha tardado mucho tiempo en cambiar esta expresión para referirnos a las personas con diferencias o diversidades funcionales por lo inamovibles que son los términos jurídicos, clínicos u oficiales aunque no sean ni respetuosos con las personas ni expresen bien aquello que se quiere decir. Ni los tiempos pasados ni sus expresiones, nunca fueron mejores.
Menos mal que las ciencias y sus buenos prácticas "avanzan que es una barbaridad" y nos ayudan a pasar de las expresiones más ofensivas y denigrantes como imbécil, loco, imposibilitado, inválido, deficiente, subnormal, incapacitado, deficiente, minusválido y disminuido a las más respetuosas como son la de "persona con discapacidad" del Consejo de Ministros o la de "persona con diversidad funcional" de nuestro Gobierno Autonómico. Y esto, porque son más acertadas científicamente y, sobre todo, porque son más respetuosas con la dignidad de la persona, que no se nos olvide, con todos su derechos. Estas personas no son discapacitadas sino que tienen alguna discapacidad o mejor, alguna diversidad o diferencia funcional, ante la cual, la sociedad, que la rodea, tiene que dotarse de todos los apoyos necesarios para tratarla con equidad y así que desarrolle sus capacidades y su proyecto vital.
Y no es solo cuestión de cambiar la expresión sino que, el hecho de nombrar a estas personas como se merecen, nos obliga a aceptarlas como son, a no excluirlas porque no sean tan rentables como impone nuestra sociedad de "lo útil" para el beneficio, a respetarlas en su integridad y a organizar nuestra sociedad teniendo en cuenta sus derechos que son también inalienables, desde su cuna hasta su tumba. Vaya, unas personas ciudadanas como todas. Su discapacidad o diferencia nos debe recordar a los demás lo incompleta, injusta e inhumana que puede ser nuestra sociedad si, en ella, no caben todas las personas sin distinción.
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
No somos personas discapacitadas, sino personas con capacidades diferentes.
La pérdida de un sentido agudiza el resto. Y una persona con menor movilidad no significa que no tenga la capacidad de ser madre o padre. O un buen médico o ingeniero. Todos somos diferentes. Cada cual es único. No etiquetemos.
Capacidades diferentes sr Cantera.
¿Entonces Indisnado quitamos las subvenciones?
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