Opinión: Xavier Cantera
Es cierto que nosotros también tenemos depresiones sociales y humanitarias pero no por eso debemos dejar de sentirnos parte de esa humanidad que sufre
Una opinión más
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Xavier Cantera
No me refiero a ningún informe que diga: "uno de cada cinco españoles presenta síntomas “significativos” de depresión durante la actual crisis del coronavirus, explicada "como el hecho de sentirse triste, melancólico, infeliz, abatido o derrumbado", que exigirá la incorporación de más profesionales de la psicología y de la psiquiatría al sistema público de salud. Tampoco me refiero a la depresión económica, aunque estoy seguro que también esta influye en la anterior, al vivir un periodo de grave decrecimiento de la actividad económica como la que estamos pasando, además de arrastrar secuelas de la anterior, marcando así una etapa de economía insegura que repercute en nuestra calidad de vida y en el reparto equitativo de los recursos, lo cual exigirá políticas menos neoliberales y más redistributivas .
Quiero utilizar la figura de la depresión geográfica, "una zona del relieve terrestre situada a una altura inferior que las regiones circundantes", parar reflexionar sobre los desniveles que sitúan a millones de personas a una altura muy inferior a la que gozan los países del Primer Mundo y que la podemos calificar como una verdadera "depresión social" que hunde, cada día más, a la mayoría de la humanidad mientras otra pequeña parte crece y se alza sobre las ruinas de la guerra, las enfermedades, las tumbas en el mar y la miseria de los países pobres. Y lo malo es que existen unas fuerzas que siguen, sin parar, socavando los desniveles y aumentando las depresiones de muchos miles de personas humanas mediante la conculcación de los Derechos Humanos, el colonialismo explotador de algunos países ricos, el dominio exclusivo sobre las patentes de los medicamentos, la venta de armas para que luchen entre clanes, el negocio de la droga, la utilización de los niños soldados, la venta de órganos y la explotación sexual de la infancia y de mujeres pobres, el mal reparto de los alimentos, el dominio y la especulación del agua y de las riquezas que tienen esos países pobres en sus subsuelos y un largo etcétera que deprime al más animoso.
Es cierto que nosotros también tenemos depresiones sociales y humanitarias pero, no por eso, debemos dejar de sentirnos parte de esa humanidad que sufre y, por tanto, debemos universalizar nuestra conciencia solidaria y valorar nuestra interdependencia global respaldando la cooperación internacional con nuestros impuestos o colaborando con el trabajo de las ONG, laicas o confesionales, que, en primera línea, se esfuerzan por nivelar las depresiones de todo tipo que sufren las personas humanas en los países pobres. Cuando colaboramos con las causas internacionales estamos denunciando nuestras propias desigualdades, tomamos conciencia de ellas y hacemos realidad aquella frase de León Tolstoi: "He comprendido que mi bienestar sólo es posible cuando reconozco mi unidad con todas las personas del mundo, sin excepción”. El 31 es el día del comportamiento humano pero, con humanidad: que es la "capacidad para sentir afecto, comprensión o solidaridad hacia las demás personas". Nuestra Humanidad.
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Me gustaria comentar dos cosas, la redistribución de los recursos, cuando estos no existen es una redistribución de la miseria, así de simple.
Lo siguiente estoy estoy totalmente de acuerdo con la colaboración Internacional para intentar llevar recursos allí donde se necesite, pero esto debe hacerse de forma coherente por los organismos tanto públicos, como privados competentes.
Un ayuntamiento no creo que tenga ningún tipo de competencia a nivel internacional, con lo cual lo normal es que gestione sus competencias de forma efectiva, y no atribuirse competencias que no son suyas.
Estoy completamente de acuerdo con usted. Existen muchas ONGES por todo el mundo. Conozco a mucha gente que está en ellas, pero es voluntad y no imposición lo de ayudar. Pero estos gobernantes municipales , si mirasemos en el fondo de su corazón, veríamos las ganas de reconocimiento y medallas que alberga ese trasfondo. ( Con dineros de gente pobre ) un saludo.
A toda esta tropa les encanta ser generosos y caritativos con el dinero de los demás.
En cuanto a todas estás grandes palabras en las que se escudan, basta con decirles que ayudando a tus vecinos se ayuda a la HUMANIDAD. Lo que ocurre es que ayudar a Centroamérica lleva consigo viajes, estancias y copas DE GORRA para ellos.
saludos
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