Opinión: Xavier Cantera
Parece ser que ningún rincón del mundo está exento de situaciones de explotación y de esclavitud
Una opinión más
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Xavier Cantera
El día 23 de agosto está declarado Día Internacional para la memoria del comercio de personas esclavas y su abolición, con la intención de recordar la sublevación que tuvo lugar en Santo Domingo, hoy en día conocido como Haití, en el año 1791 y también para demostrar la importancia que tiene el respeto a los Derechos Humanos en el mundo. La propia OIT considera dos formas actuales de sometimiento: el trabajo forzoso y los matrimonios forzados. Casi 40 millones de seres humanos son víctimas del trabajo impuesto por personas o entidades públicas y privadas. ¿Qué es la llamada esclavitud moderna? "Es un término que incluye las situaciones en las que a una persona, mediante amenazas, violencia, coacción, abuso de poder o engaño, se le priva de su libertad para controlar su cuerpo, elegir o rechazar un empleo o dejar de trabajar". Parece ser que ningún rincón del mundo está exento de situaciones de explotación y de esclavitud. ¿Entre nuestras comunidades también?
La triste realidad es que, entre nuestras sociedades, un 71% de las víctimas de esclavitud son mujeres, según la OIT, las mujeres y las niñas representan el 99% de quienes sufren trabajo forzoso en la industria del comercio sexual, y llegan hasta el 84% las que son obligadas a casarse, mientras que la explotación estrictamente laboral afecta a un 80% de hombres y niños. En España, por ejemplo, la esclavitud moderna también es un hecho que afecta a unas 105.000 personas, según el Índice Global de Esclavitud. Desde enero de 2019, la Guardia Civil inspeccionó hasta 952 locales donde pudo producirse explotación laboral. También liberó a 68 víctimas y detuvo a 38 delincuentes, como, por ejemplo: "Detenidos 14 empresarios agrícolas en Granada acusados de explotar a sus trabajadores".
Los expertos consideran que la sociedad civil podemos actuar eficazmente en el día a día contra la esclavitud del siglo XXI. Lo más sencillo, dicen, es intentar conocer de dónde vienen los productos que consumimos y con más riesgo de haber sido producidos en situaciones de esclavitud como son los ordenadores y móviles, ropa, pescado, cacao y caña de azúcar y no comprarlos. También podemos hacernos activistas de Amnistía Internacional para la defensa de los derechos humanos. Tomemos conciencia de lo que dijo el periodista y escritor uruguayo, Eduardo Galeano: “Ya los barcos negreros no cruzan el océano, ahora hay trabajos con salarios africanos y precios europeos". Denunciemos cada situación de esclavitud que conozcamos a nuestro alrededor como por ejemplo la que viven personas trabajadoras con diferencias funcionales en sus puestos de trabajo, el cual les es necesario, como el pan y el agua, para su inclusión en nuestra sociedad.
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Cuidado con el CORONAVIRUS porque está sirviendo de excusa para otras exclavitudes mas sutiles
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