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Artículo de opinión de Xavier Cantera
“Los buenos gobiernos se conocen cuando lo que hacen vale más que lo que sus opositores dicen"
Una opinión más
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Xavier Cantera
Y sin contemplaciones que una tibia y silenciosa. Además de que será la prueba de que hacemos las cosas bien según el programa pactado, progresista y respondiendo a las necesidades de la mayoría de las personas sin seguir los mandatos del neoliberalismo, querrá decir también que vamos en el buen camino y en la buena dirección de la izquierda mayoritaria en este Estado. Puede ser que algunas personas progresistas se sientan incomodas ante tantas diatribas y descalificaciones, que se sientan molestas ante tanto uso de las hemerotecas para recordarnos contradicciones e incumplimientos. Ante lo cual, es mejor no hacer mucho caso porque, en primer lugar, los archivos periodísticos también están llenos de todos los avances progresistas de los que hoy disfrutamos y en segundo lugar, porque nada de lo que nos puedan recordar tiene el marchamo de haber sido acordado por una coalición de gobierno progresista de dos partidos que sin ser iguales tienen y defienden muchos puntos en común, que han pactado y se han marcado objetivos comunes. Somos titulares de la primera coalición de gobierno progresista en nuestra democracia y para un Estado social y de derecho. Y no es fácil, porque como dijo Guy Mollet: "La coalición es el arte de llevar el zapato derecho en el pie izquierdo sin que salgan callos". Esto lo ha conseguido la Izquierda en el Estado y en la Generalitat Valenciana.. El mérito es nuestro y tenemos que hacernos merecedores del reconocimiento de quienes no piensan igual haciendo la cosas bien, siguiendo a Antonio Gala:"“Los buenos gobiernos se conocen cuando lo que hacen vale más que lo que sus opositores dicen". Me preocupa mucho más la contestación, no manipulada, de la calle, los gritos sinceros de las mareas ante los incumplimientos del programa acordado, las críticas ante las soluciones no progresistas a los problemas y las debilidades ante las amenazas neoliberales del capital o de las grandes corporaciones especulativas financieras. Ante todo esto, prefiero un gobierno que hable claro señalando de donde vienen los ataques, que pida la opinión del electorado y que no rescate bancos y autopistas empobreciendo a la clase media y trabajadora. Prefiero un gobierno que dialogue hasta la extenuación y que ponga las urnas ante que las porras. Prefiero una oposición dura como resultante del poder del electorado, ya que igual que exigimos al gobierno que cumpla el programa pactado también podemos pedir a la oposición que realice su función con objetividad, contundencia, con crítica y no con mentiras ni exageraciones ni extremismos verbales. Es decir, con ética, como decía José Luis Aranguren: " La moral se esgrime cuando se está en la oposición; la política, cuando se ha obtenido el poder". "Para Aranguren el fundamento de la democracia es la democracia como moral, entendida en el sentido de compromiso sin reserva, de responsabilidad ante la sociedad". Y más si se quiere colaborar con el establecimiento de un clima tolerante, de contrastes pero pacífico.
N.B. Esto también puede servir para quienes gastan su tiempo en comentar mis artículos, cosa que agradezco.
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