El buen humor, la calma y la paciencia serán nuestras mejores armas
Con el Alzheimer la habilidad para comunicarse disminuye de forma progresiva pero imparable y esto origina uno de los problemas más frustrante y complicado a los que se enfrentan los familiares y las personas que cuidan esos enfermos.
Según avanza la enfermedad, la pérdida de lenguaje junto con la dificultad para concentrarse hacen que el discurso del enfermo sea cada vez más inconexo y en muchas ocasiones vacío de contenido.
En su fase leve, el enfermo empieza a tener dificultades para encontrar algunas palabras o recordar el nombre de algunas personas.
En la fase moderada, la alteración del lenguaje ya se hace más evidente y se traduce en una mayor pobreza en el vocabulario y en la velocidad de dicción. Poco a poco el enfermo irá perdiendo la iniciativa a la hora de hablar.
En la fase grave, el lenguaje se reduce a unas pocas palabras, llegando hasta la pérdida total del habla.
Además, el deterioro del habla en esos enfermos va casi siempre unido al menoscabo de la capacidad de comprender lo que se les dice y todo ello hace que la comunicación se vuelva cada vez más dificultosa. Sin embargo, existen pautas sencillas de seguir que nos ayudarán a mantener contacto con ellos, siempre desde la comprensión, la empatía y sobre todo el cariño.
Para comunicarnos bien con un enfermo de alzhéimer primero tenemos que cuidar el contexto de la comunicación. Tenemos que escucharle con atención, manteniendo el contacto visual y siendo paciente. Crear el ambiente adecuado requiere tranquilidad, es mucho mejor que no haya ruidos ambientales como radio o televisión, es preferible también estar cerca físicamente de la persona y no moverse mientras hablamos. Transmitir tranquilidad y seguridad con nuestro lenguaje corporal es esencial. Aumentaremos el uso de los gestos, las expresiones faciales y el tono de voz.
Es importante que iniciemos nosotros la conversación, hablando despacio y vocalizando bien.
Reformularemos las preguntas si no han entendido bien el mensaje, modulando el tono de nuestra voz y riéndonos juntos de los malentendidos.
El buen humor, la calma y la paciencia serán nuestras mejores armas.
Nunca debemos reñirles, gritar o infantilizarles porque no comprenden lo que estamos diciendo.
Nuestros mensajes tienen que ser caros, sencillos y cortos.
Eso quiere decir que las frases nuestras no deben contener muchas informaciones. Por ejemplo, es contraproducente decirles:
“Después de merendar iremos a dar un paseo por la calle aprovechando que hoy ha salido el sol.”
Es mucho mejor decir:
“Ahora vamos a merendar”, después “Ponte el abrigo” y “Vamos a pasear”
De igual modo, tenemos que hacer preguntas concretas y no abiertas. Si le decimos ¿Qué te pasa? ¿Qué quieres hacer? O ¿Te apetece beber algo?, es muy posible que no sea capaz de contestarnos.
¿Estas bien?, ¿Quieres ver la tele? O ¿Quieres un zumo? Son preguntas sencillas de entender y al que podrá contestar con un simple si o no.
Si hacernos entender es importante, no lo es menos ayudarles a expresarse.
Para ello tenemos que escucharlos con atención, darles pistas cuando no encuentran la palabra adecuada, sin hablar por ellos, ni corregirles. Sólo les ayudaremos cuando se quedan bloqueados. Tienen que sentir que intentamos entender lo que quieren decir con paciencia y cariño.
Tampoco es bueno que hablemos de ellos como si no estuvieran presente, lo perciben y eso les provoca frustración y desconfianza.
A menudo tampoco sabemos muy bien cómo reaccionar cuando lo que nos dicen carece de sentido o repiten de manera incesante la misma frase o pregunta. Lo primero es no recalcar sus errores, discutir y perder la paciencia, no son conscientes de lo que dicen o de sus repeticiones. Debemos intentar distraerles o desviar su atención introduciendo otro tema de conversación, cambiando de actividad o su entorno físico, sentarnos si estamos de pie, cambiar de habitación...
Sabemos que comunicarnos con un enfermo de alzhéimer casi siempre va a ser difícil en las fases avanzadas de la enfermedad, pero en Edades Alzira esperemos que esa pequeña guía les sea de utilidad.
Edades Alzira
El Seis Doble no corrige los escritos que recibe. La reproducción de este texto es literal; fiel a las palabras, redacción, ortografía y sentido del autor/es.
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Muchísimas gracias por estas útiles puntualizaciones. Es bueno saberlas, estudiarlas, y recordarlas porque no sabemos en qué momento las podemos necesitar o ayudar a alguien. Gracias, de nuevo.
La vida es como un tapiz, se teje con recuerdos de personas y acontecimientos. Tu tapiz único te recuerda quién eres, dónde has estado y qué has hecho.
Gracias por la información.
Me sucedió todo esto exactamente hace 20 años, cuando yo tenia treinta años. Mi padre, mi héroe, mi Superman mi ídolo, mi guía en la vida, Mi todo. Me costo mucho tolerar y aceptar los cambios en mi padre. A veces prefería no verlo.. triste realidad, yo pase de ser hijo a ¨Papa¨¨ ¿Papa paso a ser mi hijo?.. ¿Duros momentos? ¿Dura experiencia en la vida eran los principios de esta enfermedad 1999 había poca información por instituciones publicas o asociaciones. Para que dieran algo de ayuda, trabajadores sociales tardaban en darte cita más de un mes, solo para hablar con ellos, valoraciones del enfermo.
En mi caso tardaron 7 meses en valorarla y en 10 todavía no tenia el resultado. Necesitaba ayuda, no sabia como afrontar la situación? ¿Fueron unos comienzos de esta enfermedad muy duros?
Es una desgracia esta enfermedad, es horrible ver como tu ser querido se va desmoronando ante tus ojos, muy triste de ver el progresivo deterioro mental.
Una vez mi Papa me dijo: “Yo no sé quien es usted, pero cuando está conmigo siento mucha paz”.
¿Gracias a todas las entidades, voluntari@s profesionales que estáis luchando con esta enfermedad día a día sin ánimo de lucro.
¿Mucha fuerza, animo y cariño para enfermos y familiares?
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