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EL SEIS DOBLE
sábado, 12 de junio de 2010
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 Alzira restaura una custodia procesional de 1649

La pieza, firmada por de Diego de Toledo, es la segunda más antigua de las de tipo sol de la Comunitat


Desde antiguo, la festividad del Corpus Christi constituyó una excelsa y colectiva manifestación de religiosidad popular, en la que se vinculan y convergen multitud de elementos profanos y religiosos y cuyos ejemplos llegan hasta la actualidad en capitales como Toledo, Sevilla, Granada o Valencia.

Originariamente la celebración del Corpus fue establecida en el jueves siguiente a la octava de Pentecostés. Era, por tanto, una fiesta móvil dependiente de la Pascua

Las primeras manifestaciones del culto eucarístico surgieron en la diócesis de Lieja en el año 1246 al calor del movimiento de renovación espiritual protagonizado por los laicos y, especialmente, por las mujeres, denominadas entonces beatas o beguinas.

Fue, precisamente una de estas religiosas, Juliana de  Monte Cornillón la que consiguió del arcediano de Lieja, Jacques Pantaleón, la aprobación litúrgica del Corpus como celebración de carácter local. Dicho arcediano ascendería al solio pontificio en  1263 con el nombre de Urbano IV y mediante la bula Transiturus de hoc mundi otorgaría a la festividad del Corpus Christi carácter universal para toda la iglesia.

Con sucesivos impulsos de los Papas Clemente V (en 1311) y Juan XXII (1317), ayudados por la obra difusora de las órdenes religiosas de cistercienses y dominicos, la fiesta, especialmente en su carácter procesional, fue implantándose de manera progresiva y adquiriendo una fisonomía particular que  conservó y acrecentó durante los siglos posteriores.

En Valencia se celebró por vez primera la procesión del Corpus en 1355 y tuvo carácter parroquial con sistema rotativo (cada año la organizaba una). Esto duró hasta 1372 en la que se instituye por las autoridades municipales, instadas por el obispo Jaime de Aragón la celebración de una procesión única y solemne.

La historia de las custodias comienza en la primera mitad del siglo XIV, cuando se introduce la costumbre de exponer a la vista de los fieles la Hostia Consagrada. Para este fin de requería un vaso litúrgico provisto de cristal. Es probable que en principio sirviese para eso el mismo copón, aplicándole una copa de cristal cilíndrico. Pero muy pronto se sintió la necesidad de construir vasos a propósito. Las primeras custodias parecen haber surgido en Alemania oriental. Según las vemos reflejado en el libro de la Vida de la Beata Dorotea de Prusia (fallecida en 1394), es en la población alemana de Danzig donde encontramos las primeras noticias de una exposición del Santísimo Sacramento en una custodia transparente. Hacia finales del Siglo XIV abundan los testimonios de este tipo. Entre las más antiguas hallamos las custodias de estilo gótico, en forma de torre poligonal, con viriles de vidrios policromos, como la custodia de la catedral de Bari y la de Molferrata (Italia). Estas custodias se emplearon también para las procesiones, ya que, en un principio, el Cuerpo de Cristo era transportado por un sacerdote dentro de una cápsula o píxide cerrada y cubierta por un paño., que, como hemos indicado, llevaban realizándose desde la primera mitad del siglo XIV De finales del Cuatrocientos, o de comienzos del siglo siguiente, encontramos un magnífico ejemplo en el Reino de Valencia en la custodia de la Colegiata de Xàtiva,  una obra maestra de la platería valenciana de todos los tiempos. Un poco posterior pertenecía la desaparecida custodia de la Catedral de Valencia. (h.1442) obra del platero Joan Castellnou. A la tipología de la custodia setabense corresponden las custodias de la parroquia de San Jaime, de Vila-real (1480), la de la parroquia del Salvador, de Burriana y la magnífica custodia de la parroquia de San Agustín, de Valencia.

El Concilio ecuménico de Trento (1545-1583) tuvo no poco que ver en la ratificación de la doctrina eucarística emanada en la fase bajomedieval. La denominada Contrarreforma constituirá el paso definitivo que consolide el culto al Santísimo, gracias a la estima creciente de la Exposición Solemne y de la procesión por las calles de las ciudades, que constituyó un extraordinario impulso en la construcción y ornamentación de custodias. Es el siglo XVII el que nos ha legado las más espléndidas creaciones de las denominadas “custodias de asiento” o procesionales, cuyo antecedente más significativo en el Levante español lo hallamos en la custodia de la Catedral de Tortosa, obra de Eloi Camanyes y Agustí Roda (1626-1638) que marcará un modelo a seguir en las creaciones posteriores. Esta tipología se extenderá por todo el Reino de Aragón  hasta bien entrado el siglo XVII y consiste en un a base de formas diversas, superpuestas (cuadradas, onduladas…) sobre las que se sitúa un pequeño cuerpo cúbico de donde arranca el astil. En medio del astil aparece el nudo, primero en forma de jarrón, que puede presentar decoración con esmaltes y, más tardíamente, de forma ovoide o de diferentes formas. El remate lo constituirá un viril rodeado de una ráfaga circular que presenta rayos flamígeros y rectos, alternativamente rematados con estrellas.

Esta es la tipología que triunfará en este siglo, siendo muchas las parroquias y conventos valencianos que las encargan para su ajuar litúrgico, algunas de las cuales, con o sin modificaciones, han llegado felizmente a nuestros días. La más antigua de las conservadas es la de la parroquia de san Martín OBISPO Y San Antonio Abad, de Valencia (entre 1624 y 1625). A esta le siguen las custodias de la parroquia de Santa Catalina, de Alzira (1649), que analizaremos más adelante, la de la parroquia de Ntra. Sra. de los Ángeles, de El Toro (1664), la de la Catedral de Segorbe (1666), la de la parroquia de san Nicolás de Valencia (1669), la de la parroquia de San Nicolás, de Requena (1680),  las de las parroquias de Ntra. Sra. de los Ángeles, de Chulilla y de Ntra. Sra. de los Ángeles, de Chelva, (ambas de 1684). Sin datación exacta, pero de la misma centuria e idéntica fisonomía son las custodias de la parroquia castrense de Sto. Domingo y la de la parroquia de San Valero, ambas de Valencia, la de la parroquia de Santa María, de Villena y la de la parroquia de Santa Águeda, de Jérica.

 El modelo  de custodia con astil en forma de candelabro y viril en forma de sol pervivirá, casi inalterable, hasta el siglo XVIII, como la de  la parroquia de San Esteban, de Valencia (hacia 1700), la custodia de la parroquia de San Antonio Abad, de Alcublas (1712) la de la parroquia de los Santos Juanes, de Catral (1723) e incluso encontramos reminiscencias de esta tipología de custodia ya en pleno siglo XIX,  existiendo una segunda pieza en la parroquia valenciana de San Esteban, datable hacia 1850.

Alzira, como Villa  importante desde la reconquista por el rey Jaime I de Aragón, también trató de distinguirse desde siempre en sus manifestaciones de culto y fervor religioso, según costumbre imperante en la época.

Es más que probable que  los diferentes monasterios que se ubicaban en la ciudad constituyesen un hito de gran importancia en la configuración y sacralización del espacio urbano. No olvidemos que desde el medioevo, benedictinos y dominicos habían colaborado incansablemente a la propagación del culto al Santísimo Sacramento por la Cristiandad. En los albores de la Edad Moderna, se incorporarán con gran fuerza y éxito a este torneo de fervores eucarísticos las Órdenes Franciscana y Jerónima.

 No es de extrañar, por tanto, que toda esta devoción se materializase en lucidas  ceremonias de Exposiciones Mayores y Procesiones del Corpus Christi, para lo cual fue necesario encargar  a los orfebres de renombre (si la economía lo permitía) algunas de las preciosas custodias que hoy conservamos.

Conocemos la existencia de una custodia (hoy perdida) en el mismo monasterio de la Murta que era, según comenta el jerónimo Juan Bautista Morera, en su Historia de la fundación del monasterio del valle de Miralles y hallazgo y maravillas de la santísima imagen de nuestra señora de La Murta, de Juan Bautista Morera (Año 1773), “…de plata sobredorada, cercada de perlas y piedras preciosas para el Stmo. Sacramento, se tiene por obra de la Comunidad”.

Igualmente la parroquia alcireña de San Juan Bautista conserva una interesante pieza del siglo XVII, una custodia “de sol”, sin marca ni punzón, aunque para sus celebraciones ha venido utilizando una de factura más moderna.

Pero la pieza más interesante de este tipo que hoy conservamos en Alzira  y que es la que nos ocupa es la custodia de la parroquia de Santa Catalina Vg. y Mr..

Se trata de una custodia de las denominadas “de sol”, realizada en metal dorado, cuya parte original la constituyen la base y el astil, siendo la ráfaga y el viril  de época reciente. La altura del astil desde la base es de 51 cm., siendo la altura total de la custodia de  90 cm.  La base, en la que se superponen elementos circulares y cuadrangulares, presenta cuatro lados redondeados con otras tantas arandelas para fijarla a las andas procesionales. La decoración está compuesta a base de pequeños cabujones plateados en forma ovoide plateados, algunos de los cuales presentan esmaltes y cuatro escudos de la ciudad de Alzira. Por su parte, el astil presenta un primer cuerpo cúbico, también decorado con cabujones cuadrangulares plateados, siendo el resto del astil de tipo abalaustrado con anillos o macollas que en ocasiones presentan pequeñas ménsulas en tipo de “ces” o asas  y cabujones romboidales plateados con esmalte.

El interior de la base presenta la inscripción: DI(da)CO DE  TO(le)DO ME  FESIT. ANO 1649, es decir: Diego de Toledo me hizo. Año 1649.

 Poseemos noticias muy interesantes sobre esta importante familia de orfebres, los Toledo, aportadas por el especialista en orfebrería Francisco Cots Morató. El patriarca fundador fue Simón de Toledo (1604-1647), cuya labor continuaron sus hijos Vicente (1637-1666) y Diego (1643-1682). Las fechas corresponden al período de su actividad, desde que aprueban el examen de ingreso en el Gremio de Plateros. Contrariamente a lo que pueda pensarse, Simón de Toledo era natural del Reino de Valencia y sus hijos, más que probablemente nacieron en la capital del Reino. Los tres tuvieron taller independiente y tuvieron una vida corporativa destacada, trabajando juntos en la catedral de Valencia. Toda la labor artística de Diego la poseemos precisamente en la ciudad del Turia y su hermano Simón también trabajará para la iglesia de San Martín (para la que realiza su magnífica Custodia), para la ermita del Lledó, en Castellón y para las iglesias de Carcaixent (cruz parroquial), Jérica y Vinarós.

Tanto el viril como la ráfaga o aureola que lo circunda son modernos, pues el antiguo se perdió durante la guerra civil. Es obra del orfebre valenciano Agustín Devesa Olmos, en 1943, a tenor de la inscripción que aparece en la base de la custodia: SOL NUEVO DE 1943 POR DEVESA. 1943. Este viril tiene una circunferencia de 7 cm., enmarcado por una aureola de rayos flamígeros de 17 cm. que, a su vez, está rodeado de una gran aureola con arranque en forma de franja calada de roleos donde se sitúan  4 cabezas de querubines. De esta franja arrancan los rayos, alternando flamígeros y rectos, estos últimos rematados por  26 estrellas de 11 puntas. Corona el conjunto una elaborada cruz, en cuya cruceta se engarza un diamante.

Del autor de la aureola y el viril, Agustín Devesa, sabemos que de su importante taller valenciano salieron réplicas de piezas perdidas tras la guerra civil española y también piezas que copiaban modelos antiguos, labor en la que, al parecer, se especializó. Como obras suyas podemos destacar: la imagen de plata de la Purísima, patrona de Ontinyent (1940), que vino a sustituir a la desparecida en la guerra civil, que databa de 1667; la custodia procesional del Colegio de Ntra. Sra. de los Dolores (Fundación Aynat), de Villena (1945), inspirada igualmente en modelos barrocos; Réplica del Santo Cáliz que procesiona en Semana Santa Marinera de Valencia (1947); Representación de la Giralda y la peana que  sostiene las imágenes de las Santas Justa y Rufina, de la parroquia de San Juan Bautista, de Manises; Sagrario de la Capilla de la Comunión de la parroquia de los Santos Juanes, de Cullera.

La  custodia de la parroquia de Santa Catalina, de Alzira procesionó por última vez por las calles de la ciudad en 1985, al cumplirse el XXV Aniversario de la Adoración Nocturna Femenina de la localidad. Lo hizo sobre el paso del Ecce-Homo y cobijado bajo el palio de terciopelo rojo de Ntra. Sra. de la Murta. En Mayo del año anterior, portada bajo palio por el sacerdote D. Francisco Albiol, había servido para trasladar en procesión claustral el Santísimo Sacramento, junto con la imagen de la Virgen de la Murta, a la recién restaurada Capilla de la Comunión del templo parroquial.

Desde esa fecha, la pieza pasó a guardarse en lugar seguro, donde se perdió su memoria, ya que fue sustituida en las celebraciones eucarísticas de la parroquia por otras custodias de factura seriada.

Con motivo de la celebración en nuestra ciudad, en junio de 2010, del LXXV Aniversario de la Adoración Nocturna Femenina, se planteó recuperar esta pieza. El joyero alcireño Bernardo Cano, de forma completamente altruista, ha llevado a cabo la magnífica labor de restauración de la custodia, entre los meses de abril-mayo de 2010.

Por lo tanto, en la Solemnidad del Corpus Christi de este año 2010, Año del Congreso Eucarístico Nacional, celebrado en Toledo, los alcireños hemos disfrutado de la deslumbrante custodia seiscentista de la parroquia de Santa Catalina, una pieza única de incalculable valor sentimental y artístico, que permanece unida, a pesar de 26 años de olvido, a la historia de la parroquia y a la memoria colectiva de todos los alcireños.

Juanjo Sanz Maseres

Licenciado en Historia del Arte

 

Foto: Vicente Vidallach


 

 

 

El Seis Doble no corrige los escritos que recibe. La reproducción de este texto es literal; fiel a las palabras, redacción, ortografía y sentido del autor/es.

Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia

Benito - 12/06/2010
"Que permanece unida, a pesar de 26 años de olvido, a la historia de la parroquia y a la memoria colectiva de todos los alcireños".
¿Han preguntado a "todos" los alzireños si conocían esta pieza? Porque a mí no lo han hecho. Yo no sabía ni que existía por lo tanto no puedo considerarme partícipe de esa memoria colectiva.
pedro benedito - 12/06/2010
Hola a tots,
Felicitarte Juanjo, por el artículo.
Benito, no cal preguntar a cadascú, donat que al ser una peça de tant valor, va estar resenyada al magnífic llibre:
La plateria valentina. Art religios a la Ribera. Rvdo. Andres de Sales Ferri Chulio. Edita Vicaria Episcopal La Ribera, 1992.
La memòria no cal limitar-la al que puga recordar la gent, i este llibre ho es, per mereixement propi, i trascendir al temps, malgrat la seua curta tirada.
Una salutació.
Mas - 13/06/2010
El articulo me pareció interesante, de verdad, hay cosas de mi alzira, que no conozco o no recuerdo. Me gusto mucho, sobretodo lo bien sustentado que está, es posible que en alguna ocasión la haya visto pasar frente a mí en aquellas largasssssss procesiones de los años 50. Pero no la recordaba y bonita, está bonita-
Un devoto alzireño - 15/06/2010
Felicidades señor Juanjo, por su estupenda información, aunque le quiero hacer una pregunta, ¿La custodia de la que usted habla salió en la pasada procesión del Corpus? o, ¿en la procesión nocturna del sábado día 12?. Porque yo participé en las dos procesiones y no recuerdo haber visto esa custodia.
Señor Benito, con lo que a usted le gusta opinar, deberia estar más al tanto de las cosas de Alzira.
Benito - 16/06/2010
Señor Un devoto alzireño, mi tiempo lo empleo en cosas importantes, o bien, que yo considere que merecen la pena.
pedro benedito - 16/06/2010
Hola de nou,
perdoneu per intervindre en una pregunta que va dirigida a altra persona, però per aclarir-ho, sols dir que la custòdia si es la de ambdues processons, el Corpus i els 75 anys de l'Adoració Nocturna Femenina a Alzira.
Una cordial salutació.
Un devoto alzireño. - 18/06/2010
Sr Pedro Benedito, según tengo entendido la custodia del siglo XVII, restaurada recientemente mide 0'95 cm. y la que llevaba el sacerdote bajo palio el día de Corpus, no se si llegaría a los 50 cm. Y en la procesión de la Adoración Nocturna "idem" de lo mismo. ¡Ah!, un detalle, el palio de la Virgen de la Murta es de color verde.
Sr Benito, me parece muy bien que ocupe su tiempo en lo que mejor le parezca. Pero me llamó la atención que culpara a los demás de su falta de información.
Benito - 18/06/2010
Sr Un devoto alzireño, precisamente es de la falta de información de los otros de lo que me quejo. "Todos" es un complemento circunstancial de cantidad que nos mete en el mismo saco, sin comerlo ni beberlo, ¿o "todos" los alzireños somos del PSOE, PP o de...? Bastante me costó hacerme apóstata como para que ahora me incluyan, o me relacionen, con la Iglesia sin comerlo ni beberlo.
pedro benedito - 18/06/2010
Cert que la custòdia completa es major, però per poder-la utilitzar no es una unitat; una vegada tret el viril del peu, queda molt menys alta, i al cas del dissabte, fou necessari donat que la alçada de la carrossa del Sant Calçe sols pot acollir 80 cm, i te una estructura que no coincidia amb la del peu de la custòdia, pel que este no va eixir, permetent així que el viril s'incrustara a la peana del templet, que es com la vegerem tots -els que la vegerem, que no tots,tots- (mira, si hi ha altra manera de utilitzar la paraula "tots"). Tanmateix cal dir del dia del Corpus, que es va processonar també sense peu -llaugerint el seu pes-, i parcialment coberta per l’humeral –pany de muscles-.
Una cordial salutació.

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