Que un chorizo no arruine tus vacaciones
Los rateros se ríen de todos porque sus penas no son ajustadas por el delito en sí del hurto
En lo mejor de lo peor...
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Cada día se denuncian en nuestro país miles de hurtos y apropiaciones indebidas de poca monta. Sus autores, los denominados rateros; las víctimas, ciudadanos como usted o como yo. Las aglomeraciones en transportes públicos, espectáculos o mercadillos son el hábitat natural de esta gran red de ladrones y amantes de lo ajeno que se ríen de todos por una ley que considera que tomar para sí lo del otro es un “delito leve de hurto” sin pena de prisión si no excede su valor de 400 euros. Tan sólo se le impondrá una pena de multa.
Un ladrón sustrae un bolso con 399 euros y otro ladrón se apodera de otro bolso con 2 euros más. Ambos, si son cogidos por la policía, tendrán penas distintas. ¿No es esto absurdo?
Los rateros, como decía, se ríen de todos porque sus penas no son ajustadas por el delito en sí del hurto, sino por la cantidad de lo que consiguen. Lo tienen muy claro y emplean sus estratagemas, que no vienen al caso, para no superar nunca los 400 euros.
¿Ponemos a debate qué hacer con estas mafias? ¿Está claro que el resultado masivo sería que no se quiere que estos chorizos campen a sus anchas y reincidan con total desfachatez?
Es desesperante que un chorizo te arruine las vacaciones o te deje sin blanca por un descuido, es desesperante ver como la policía atrapa a esta chusma sin poder hacer nada más que perder el tiempo rellenando diligencias que se duermen en los archivos. Es desesperante que un poder legislativo, un poder judicial, unos políticos…, tanto monta, monta tanto, no se impliquen en cambiar unas leyes blandas por otras duras basadas en la neutralidad de sospesar lo que una mayoría quiere.
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