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Artículo de opinión de Xavier Cantera
"Me duele tanta traición al Evangelio por tanta violencia ejercida sobre las criaturas más inocentes e indefensas en todos los sentidos"
Una opinión más
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Xavier Cantera
Ante los casos de pederastia (abuso sexual que se comete sobre criaturas infantiles), agresiones y violaciones sobre personas inocentes que se están destapando entre las distintas organizaciones y niveles jerárquicos de las Congregaciones Religiosas en la Iglesia Católica, necesito explicarme, en voz alta, por qué ha pasado toda esta serie de acciones inhumanas precisamente sobre aquellas criaturas de quienes el Maestro del Evangelio decía: "Dejad que la infancia se acerque a mí porque de ella es el Reino de los Cielos", "Quien no se haga como una de estas criaturas pequeñas, no entrará en el Reino de los cielos", "El que recibe a una de estas criaturas a mí me recibe". Además de condenar el delito de encubrimiento por parte de las jerarquías responsables, quiero denunciar los vicios, las deformaciones y las conductas perversas por haberse basado la educación de los agresores en el miedo al infierno, solo en la inmadurez de no cometer pecados, en el engaño interesado de que la confesión lo solucionaba todo, en una castidad-sexualidad basada en la separación aberrante, antropológicamente hablando, de cuerpo y espíritu, en la confianza de que su Institución o estructura eclesiástica nunca denunciaría ante la autoridad civil a sus hijos "predilectos" a no ser que fueran "comunistas" defensores de los pobres.
Digo que necesito explicarme estas conductas denigrantes sobre seres inocentes de quienes han utilizado y abusado de su autoridad, superioridad y dominio "espiritual" que nos hacían creer procedía de Dios.
La Jerarquía y la Institución tienen toda la responsabilidad porque, además de ocultarlas, ellas imponían la castidad absoluta desde la infancia a sus seminaristas, porque, como no han creído nunca en la ciencia, no aplicaban la psicología ni la pedagogía infantil y juvenil en el proceso evolutivo del alumnado en sus internados, porque como consideraban suficientes las enseñanzas de la biblia, de los santos padres, del derecho canónico y de las encíclicas vaticanas para educar, no obligan a los educadores y formadores a estudiar de forma permanente otras ciencias modernas, porque como siguen defendiendo el celibato obligatorio, porque como desde antiguo, la mujer era considerada como algo malo y pecaminoso que "no era imagen de Dios" y como se han valorado las clausuras, los internados y la lejanía del mundo como algo necesario para estar más cerca de Dios, todo esto y muchas más explicaciones que los expertos aportan en sus estudios sobre este tema, nos indican que estamos ante una estructura y un funcionamiento institucional antidemocráticos, anticientíficos, antievangélicos y antihumanos por el comportamiento enfermizo en algunos casos o revolcado en el vicio en otros, pero en todos, encubierto por una Jerarquía que permitía una organización dominada por un clima oscurantista y opaco para que no se conocieran los vicios y los delitos de sus representantes y así, no dejar de ser o más bien de parecer "una, santa, católica..." aunque las víctimas sufrieran profundamente y durante muchos años.
Los únicos que sobrábamos en ella éramos los "comunistas" que defendíamos a la clase trabajadora y a las personas empobrecidas. Aunque ya no tenga nada que ver con esta institución que perseguía obsesivamente con su moral la sexualidad de los laicos pero no vigilaba ni denunciaba los vicios y los delitos de sus clérigos, me duele tanta traición al Evangelio por tanta violencia ejercida sobre las criaturas más inocentes e indefensas en todos los sentidos. Espero que el Papa Francisco gane la partida por el bien de las víctimas.
El Seis Doble no corrige los escritos que recibe. La reproducción de este texto es literal; fiel a las palabras, redacción, ortografía y sentido del autor/es.
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