Artículo de opinión de Xavier Sierra
J.J. Cale se equivocaba en la letra
Alude el título del presente artículo a uno de los más exitosos temas del músico J.J. Cale. Original de Oklahoma (EEUU), nacido en 1938. Empezó a ser conocido al inicio de los años 70, gracias al álbum “Naturally”. En él se incluían algunos de sus clásicos, como “Call Me The Breeze”, “After Midnight” o “Crazy Mama”; su estilo es una extraña, innovadora y personalísima mezcla de blues, country y rock and roll. Cale se caracteriza por una voz suave y sugerente, y una manera de tocar la guitarra que ha influenciado claramente a otros grandes guitarristas como Mark Knopfler, de Dire Straits; o Eric Clapton. Este último, Clapton, lleva desde 1970 interpretando canciones de Cale en muchos de sus discos.
La más conocida de todas las versiones que ha hecho ha sido, por supuesto, “Cocaine”.
Esta canción, viene a ser un canto a las supuestas bondades de la cocaína. Ella no miente, dice reiteradamente su estribillo.
Al tal señor y tal compra, tal honor
Carlos Pérez estaba eufórico, había realizado su primera gran venta. Su cerebro, a su aire, solo hacía que calcular una y otra vez el montante de las comisiones que le reportaría la operación.
Era un disciplinado y buen vendedor que cotizaba al alza en la empresa. Esta última operación le consagraría, pensaba él.
Siguiendo instrucciones de la Alta Dirección de la compañía donde trabajaba, obsequió al cliente con una opípara cena en uno de los mejores restaurantes de la ciudad. Aconsejado por el maître y el sommelier, la cena fue un excelente maridaje de buenos caldos y, si cabe, mejores manjares. El trasiego de caldos mejoró sus cualidades comunicativas y, lo que le parecía mejor, las de su cliente. A los postres, el café y su correspondiente copa de brandy, Carlos y José, que así se llamaba el Jefe de Compras de una afamada multinacional, ya eran íntimos amigos. Habían llegado a la fase de exaltación de la amistad, previa a los cantos regionales.
Poco tardó José en solicitarle ir a un club a “tomar la última copa”. Nada le había dicho al respecto la Alta Dirección, no tenía instrucciones. Al tal señor, y tal compra, tal honor, pensó. A los sones de “Cocaine” de J. J. Cale, entraron en el Riviera.
A la vista del éxito obtenido, Carlos siguió el camino que comenzó una noche de marcha mientras J. J. Cale cantaba y se estrenaba con las rayas. Cada vez la frecuencia era mayor, siempre tenía la misma auto escusa: él controlaba. Primero fue la tarjeta de crédito, después un pequeño cobro a un cliente de confianza fue a parar a su cuenta para hacer frente al roto producido por la tarjeta. Después ya fue la tarjeta de la empresa, cheques y talones cobrados e ingresados en su cuenta. Al final, el departamento de contabilidad se dio cuenta y pasó el correspondiente aviso a la Alta Dirección. Los buenos oficios de su padre, amigo del gerente, permitieron que se arreglase el tema internamente. Se salvó de ir a la cárcel. Carlos lo perdió todo, empleo, familia, dinero, salud, etc. Como Anakin Skywalker, el padre de Luke, pasó al Lado Oscuro. J.J. Cale se equivocaba en la letra. Ella si miente.
Xavier Sierra
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Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Lo que son las cosas. Un buen artículo y ningún comentario. Sr. Sierra... si es que hay que hablar de política que es lo que quiere el pueblo. Que pena.
Estoy de acuerdo con Apolo. Este artículo es de lo más sensato que se puede leer en este diario.
No sé si será un cuento, una historieta o una ficción, pero yo he pasado por ahí, no en la droga pero si en otras obligaciones comerciales impuestas y la verdad es que resulta desagradable
Sr. Sierra: la droga es una lacra terrible en la sociedad en la que vivimos. Deberia haber una gran alianza para erradicarla. No tiene nada bueno y si destroza magnificos profesionales y arruina familias. Es una pena como los consumidores se autoengañan, Sin hablar de los efectos medicos perniciosos asociados, Felicidades por el artículo.
Sr. Sierra, seguro que habrá oido hablar alguna vez de los sobornos o gratificaciones extras en las empresas. Sería un tema interesante para otro artículo.
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