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Oliendo azaharesPensamiento de Isabel Sifre Puig
“Así fui creciendo entre olores blancos, porque al poco llegaron los jazmines a ilustrar mi vida y allí se quedaron para siempre”
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Hay una luz de azahares
Isabel Sifre Puig
Hay dos aromas capaces de cambiarme el mundo. Fundirme con ellos es como haber bebido el mágico elixir que te transporta a un lugar pintado de colores cálidos donde baila la luz casi en silencio y las únicas voces que se escuchan son acordes perfectamente armonizados.
Subir a esos parajes es como transitar una ciudad de calles sin malicia, sin gases, sin estruendo; tan blanca y tan tersa como son los pétalos de la flor de azahar porque aún no os he dicho de qué aromas se nutre esta ¿maligna? inclinación mía.
Bajé como una exhalación desde la tierra -entonces lluviosa- de Cantabria y me instalaron aquí en este trozo de sabor mediterráneo donde crece la flor del limonero y se bebe el vino del naranjo. Y me dejaron justamente cuando los campos estaban nevados de azahares. En abril.
Así fui creciendo entre olores blancos, porque al poco llegaron los jazmines a ilustrar mi vida y allí se quedaron para siempre.
Recuerdo que mi madre me decía: “El mundo no te tomará en serio porque eres demasiado ingenua. Más bien si han de tomarte algo, te tomarán el pelo”. Seguramente muy en serio nunca me tomó el mundo de color dinero y poderío.
No sé muy bien si de serie llevaba ya pegados casi todos los goces sensoriales, pero es cierto que en ellos me he ido perdiendo demasiadas veces cual mujer somnolienta caminando bajo la fina lluvia que la empapa mientras cavila.
Han mimado mis ojos los paisajes de esta tierra de luz en la que vivo. He crecido con música de rojos que ha matado la niebla muchas veces con algunos matices disonantes. Mi boca ha disfrutado las viandas que a manos llenas regala este pedazo de mundo en el que me dejaron. Me sumergí en el mar que me rodea y mis manos jugaron alegres con las olas.
De los aromas ya os hablé. Me llevan a lugares que no existen y por eso tal vez son atractivos.
Vine vestida con los cinco sentidos y he vivido con ellos momentos placenteros.
Tal vez me entretuve demasiado en los sueños. Es posible.
Las madres saben mucho.
Hay mujeres ingenuas.
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Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
¡Qué maravilla Isabel! Me encanta la primavera por el perfume de azahar que hay en nuestras calles y que viene de los campos que nos rodean. Mejor que el jazmín, no crees
Siempre me han influido los aromas, me transportan a otros momentos, me relajan, me enamoran... Naci en el mediterraneo y creci junto a el, junto a sus olores, sus sabores, sus brisas y rodeada de sol y flores.
Isa que casualidad, siempre hemos tenido cosas en común quizas entre ellas ser mujeres ingenuas, pero hay mas una inclinación de las mias tambien son las flores blancas, me encantan la flor de azahar y el jazmin, me pasaria horas oliendolas y perdiendome en mis sueños, me gusta tambien la dama de noche y la magnolia y de las rosas mi preferida es la blanca, pero sin duda el jazmin me enloquece. te sigo queriendo y te tomo en serio-
Me ha encantado este relato.Estoy bajo un naranjo respirandos tus aromas.Magnifico
Me parece estar bajo un naranjo oliendo los aromas que tan bien describes.Magnifico
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