Poema de María Fernández
Lugar de encuentro
Por: María Fernández
¡Oh dulce, hermana agua,
tan preciosa y preciada!
¡cómo esperamos todos
tu piadosa mirada…
mirada bondadosa,
nunca, nunca enojada…!
Perdona si algún día
te hemos menospreciado,
si necios e inconscientes
no te hemos cuidado,
si insensibles y pródigos,
te hemos derrochado.
Eres un gran regalo
de la Naturaleza;
¿quién se para a admirarte?
¿quién loa tu belleza,
tu rostro refrescante,
y tu limpia pureza?
¿Quién mancha tu semblante
y enturbia tu pureza,
sembrando suciedades
en tu limpia belleza?
¿Quién desgarra a girones
tu vestido de fiesta
y quién mata la vida
que tu seno se gesta?
Agua, que nos das vida
¿por qué te maltratamos?
porque te nos das pródiga,
¿es que te malgastamos?
¡Qué inconscientes,
qué torpes y qué ciegos estamos!
Agua, bendita agua,
ven, te necesitamos.
Rora sobre las flores,
los ríos y los prados,
que sin tu beso fresco
se mueren agostados.
Despierta, si es que duerme,
la luz de la conciencia,
y haz que te respetemos,
que obremos con prudencia
y nos hagamos dignos
de tu benevolencia.
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Bonito poema, como siempre nos haces reflexionar sobre el poco valor que algunos damos a ese elemento indispensable para la vida. Gracias mil
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