El doctor Miguel Rodríguez de Arellano
Llegó a Alzira a principios del año 1941. En su haber se halla, entre otras cosas, la detección y diagnóstico de dos brotes epidemiológicos de tifus y cólera en nuestra ciudad
Médico titular de asistencia pública domiciliaria; jefe local de sanidad, de beneficencia, director facultativo del hospital municipal Santa Lucía y presidente de la Asamblea Local de Cruz Roja. Toda una vida dedicada a servir a sus convecinos, hoy disfruta de una merecida y bien ganada jubilación.
El doctor Miguel Rodríguez de Arellano —el metge Arellano, como se le conoce—, un joven médico que llegó a Alzira a principios del año 1941 por oposición a médicos titulares a través de la convocatoria llevada a cabo en Madrid, a la que se presentaron 3.000 aspirantes, obteniendo el número tres de su promoción.
Persona muy activa, lo testimonia su historia a lo largo de los últimos cincuenta años viviendo en esta ribereña ciudada. En 1954 fue designado jefe local de sanidad, cargo que ejerció durante siete años. En junio de 1966 es nombrado director facultativo del Hospital Municipal Santa Lucía y durante su mandato concertó con la Seguridad Social los servicios de maternidad, traumatología y cirugía digestiva. Puso en funcionamiento la farmacia en este centro, mandó construir el segundo piso y de cincuenta camas que había disponibles consiguió que se llegara a 106. Jubiló el antiguo aparato de radiología, instalando otro con los adelantos más modernos, que está aún prestando servicio. Fue ponente, por otra parte, en los coloquios sobre hospitales en 1972.
En su haber se halla, entre otras cosas, la detección y diagnóstico de dos brotes epidemiológicos de tifus y cólera, que cortó rápidamente. El primero lo localizó en la calle Gandía; el segundo, más grave, el de cólera, en el Hogar Teresa Jornet, donde ejercía de médico de beneficencia.
Erradicación del virus
En ambos casos supo reaccionar con una profesionalidad digna de su persona, para no alarmar a la población. Con ayuda del veterinario alcireño Joaquín Comíns y el jefe del servicio de aguas potables, Joaquín María Reig Feliu, se localizó el motivo por el cual habían enfermado personas de aquella zona de la ciudad, entre ellos un compañero médico, que residía en La Torre. Se hicieron análisis de aguas y se cloró la misma, erradicando el virus de referencia.
A principios de los años 70, la hermana que regía la enfermería en el Hogar Teresa Jornet, Sor Alicia, comunicó al doctor Arellano ciertos síntomas en una enfermera residente, diagnosticando tan rápidamente que, en pocas horas con asistencia de la Jefatura Provincial de Sanidad que desplazó un equipo a Alzira, presentándose en el centro de ancianos con toda clase de adelantos, trasladaron a la enferma a Valencia, no llegando a trascender a la calle esta operación.
El 25 de noviembre de 1975 fue nombrado presidente de la Asamblea Local de Cruz Roja, fundando al mismo tiempo la Asamblea de Señoras, primera en España, siendo la primera presidenta su esposa, María Plasencia, que por otra parte estuvo siempre a su lado en los largos ocho años que estuvo en el cargo de presidente. En este tiempo, el doctor Arellano consiguió poner en funcionamiento tres ambulancias para el servicio en Alzira, propias de la Asamblea; creó la Escuela de Enfermeras de Cruz Roja, siendo la admiración de la princesa de Baviera, de la marquesa de Santa Cruz y de la delegada nacional de enfermeras de Cruz Roja, Conchita Bermejo, todas pertenecientes a esta institución en su visita a Alzira por el funcionamiento de la misma.
La Asamblea contaba con una directiva bien conjuntada; en ella, el vicepresidente, Rafael Presencia. Era tradicional que el cargo de tesorero lo ejerciera el director de la Caja de Ahorros, y así pasaron por este cargo Pascual Cubells, Eugenio Giner y Ricardo Boix; vocales eran Alberto Rubio, Miguel Blasco, Ismael Mascarell, José Furnells —que aún sigue en la asamblea— y el que suscribe, entre otros muchos. También formaban parte del equipo directivo varios médicos, entre los que se encontraba el doctor David Cuesta, que le sucedió en el cargo de presidente. En febrero de 1975, Radio Alzira le concede título de "Alcireño del Año", por su labor social. El 3 de abril de 1981, el doctor Arellano recibe un homenaje con motivo de su jubilación. Al acto asistió el homenajeado con su esposa, autoridades y compañeros de la clase médica y de la asamblea. El doctor José Luis Aguilar glosó sobre su persona, del ejercicio de su profesión en Alzira y del aprecio de sus ciudadanos por la bondad que le caracterizaba. El doctor Carlos Martínez le impuso la Medalla de Oro como miembro perpetuo de la medicina rural y el entonces alcalde, Francisco Blasco, le obsequió con un escudo heráldico de la ciudad en cerámica.
Homenaje en su jubilación
De su haber personal cabe destacar la fundación de la Escuela de Propagandistas de Acción Católica, la rama de hombres de la misma asociación religiosa de Santa Catalina, habiendo sido, además, vicepresidente de la cofradía de la Virgen del Lluch.
Al doctor Arellano, como a todos, le llegó el momento del relevo. El 29 de septiembre de 1982, en un acto celebrado en Valencia, con la asistencia de autoridades provinciales, el presidente de la Asamblea Suprema y Mundial le impuso la Medalla de Oro de Cruz Roja, momento que recoge la foto. De izquierda a derecha, el presidente de la Asamblea Provincial, doctor Vicente Miravet; el homenajeado, pronunciando unas palabras de agradecimiento; el que suscribe, tomando una grabación y el presidente de la Asamblea Suprema y Mundial, Enrique de la Mata Gorostizábal.
El doctor Miguel Rodríguez de Arellano es un ejemplo de trabajo y dedicación a tener en cuenta en esta última media centuria en nuestra Alzira.
Alfonso Rovira, 05.12.1993
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Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Don Miguel fue muy buen médico y mejor persona, muy preocupado siempre por los demás. No hace mucho el ayuntamiento de Alcira a propuesta del cronista Aureliano Lairón le ha dedicado una calle en Tulell.
Don Miguel fué mi médico allá por los años 50. Era un gran médico y excelente persona...ahora mismo agradezco la oportunidad de poderlo expresar . El me atendió en mis años infantiles. También agradecer el pequeño recuerdo/(nostalgico) que me hace sentir el paso del tiempo. Gracias . Rosa
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