

Artículo de opinión de Xavier Cantera
Esta teoría "opta por el Dios de la vida frente a los ídolos de muerte de la religión del mercado, y se traduce en una ética compasiva y solidaria"
Una opinión más
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Por la calidad del artículo y por la oportunidad de su difusión en el entorno de "la semana sobre economía y ética empresarial" , he preferido copiar esta página de Juan José Tamayo de su libro "Teologías del Sur", cuya opinión comparto y por lo tanto también es "una opinión más". Los paréntesis son míos.
"La teología económica de la liberación se ocupa de las relaciones entre las prácticas y los discursos teológicos y las prácticas y los discursos económicos, y constata que la economía neoliberal opera como un sistema de creencias y posee unos presupuestos teológicos. Conforme a este planteamiento, critica la religión económica del mercado, que se rige por la ideología neoliberal, se orienta a la búsqueda del lucro y es ajena a la creación de condiciones de vida dignas para todos los seres humanos, y cuestiona su lógica idolátrica, que exige el sacrificio de vidas humanas y el holocausto de la naturaleza". (Pobreza, explotación, salarios y pensiones de miseria, esclavitud y destrucción de la naturaleza)
"Elemento fundamental de la teología económica de la liberación es la crítica a la racionalidad económica. Esta se sustenta en la eficiencia y la competitividad, que se convierten en valores supremos y criterios decisivos para juzgar sobre la validez del resto de los valores. La argumentación es la siguiente: lo que es eficiente y competitivo se considera bueno, necesario y útil; de la eficiencia se pasa a la bondad, de la bondad a la necesidad y de la necesidad a la utilidad, que se constituye en exigencia ética última". (A partir de esto, todo está justificado aunque se destruyan vidas humanas y la riqueza de la Tierra)
"El lugar de encuentro entre economía y teología y su principio fundamental y fundacional es el Dios de la vida, conforme a la afirmación de Ireneo de Lyon: "La gloria de Dios es la vida del ser humano", que monseñor Romero, arzobispo mártir de San Salvador, traducía así: "la gloria de Dios es la vida de los pobres". Pero no el Dios de la vida eterna ajeno a la vida humana en la historia, ni la vida que se ocupa solo del espíritu desencarnado, como defienden las teologías ahistóricas, sino la vida humana en su plenitud y la vida de la naturaleza en su integridad. El Dios de la vida remite a la opción por los pobres. Pero esta no puede quedarse en el simple consuelo espiritual, en llamadas a la resignación o apelación a la contingencia y vulnerabilidad inherente a la existencia humana, sino que ha de atender a las condiciones materiales de la vida".
"La economía es precisamente el ámbito de la producción y reproducción de los elementos materiales de la vida humana y por lo tanto, la economía, en el horizonte de la opción por los pobres, es inherente a la experiencia religiosa y a la fe en el Dios de los pobres. La teología económica de liberación opta por el Dios de la vida frente a los ídolos de muerte de la religión del mercado, y se traduce en una ética compasiva y solidaria en convergencia con la ética contrahegemónica de los movimientos sociales y alterglobalizadores" de (otro mundo mejor es posible si queremos). (Con estas ideas y su práctica, la religión ya no es "el opio de los pobres" ni la justificación de los explotadores).
El Seis Doble no corrige los escritos que recibe. La reproducción de este texto es literal; fiel a las palabras, redacción, ortografía y sentido del autor/es.
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