Más del 70% de los perros desarrollan alguna enfermedad dental y/o bucal a partir de los 3 años de edad
La higiene bucodental del perro es esencial para su salud y bienestar ya que podemos prevenir a largo tiempo, enfermedades tanto de la boca como secundarias producidas por las bacterias que se alojan junto al sarro.
El cepillado de los dientes, el uso de juguetes o huesos dentales contribuyen a una mejora de dicha higiene. Es por esto que conlleva implicación tanto de propietarios como de mascotas.
El cuidado de la higiene bucal del perro es muy importante, ya que más del 70% de los perros desarrollan alguna enfermedad dental y/o bucal a partir de los 3 años de edad.
Una posible señal de ello es el mal aliento. Todos los perros tienden a tener cierto olor peculiar en la boca. Sin embargo, si el perro tuviese un mal aliento excesivo, es importante llevarlo al veterinario para asegurarse de que no existe ningún problema mayor.
El proceso de higiene buco-dental del perro debe comenzar cuando aún es un cachorro. Aunque no sea necesario cepillar mucho sus dientes en esta etapa, es importante que se acostumbre a esta práctica, ya que es mucho más fácil preparar a un cachorro que a un perro adulto.
A pesar de que se realice esta tarea en casa, los dientes de un perro deben ser revisados por un profesional cada seis meses o una vez al año. Un mantenimiento dental adecuado puede mejorar tanto la salud como la calidad de vida en el tiempo.
Aquí os dejamos algunos consejos para el cepillado:
1. Es importante que el perro perciba que cepillarse los dientes es un momento positivo y agradable. Así que debe premiarse siempre con afecto y/o alguna golosina durante el proceso, siempre que se esté comportando bien.
2. Hay que tener paciencia. Hay que ir despacio y respetar sus límites, no forzarle y estimularle para que coopere.
3. El sabor de la pasta de dientes es también un sabor nuevo para el perro. Un consejo sencillo es empezar aplicando la pasta en el dedo y ofrecérsela. Inmediatamente después, es recomendable acariciarle o incluso darle algún premio, para que asocie ese momento con algo positivo y alegre. Hay que repetir este proceso varias veces, para que entienda que al ver la pasta va a tener una experiencia positiva.
4. Una vez que se haya acostumbrado a la pasta de dientes, se puede masajear la pasta en los dientes y las encías con el dedo. Pero como hemos dicho, con cada paso hay que tener paciencia e ir poco a poco. Y si se va portando bien, premiar con algún snack o afecto.
5. Y tras esto, ya sería el momento de emplear un cepillo. El cepillado se realizaría poco a poco y premiándole. Puede que se deje cepillar todos los dientes pero si no fuera el caso podemos ir aumentando gradualmente el número de dientes cepillados. Si rechazara el cepillo volvemos con el dedo.
6. Una vez hayamos conseguido que el perro tolere cepillar los dientes, haremos especial hincapié en el cepillado entre el límite de la encía y el diente. Esto es debido porque en esta zona es donde se suele acumular el sarro, por lo que cepillando esta zona evitaremos su acumulación.
Con todo ello esperamos que sean de utilidad estos consejos y contribuyamos a que nuestros peludines tengan una mejor higiene bucodental.
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