Disparan contra una torre de comunicaciones para hacerse con los paneles
La colocación de un artefacto explosivo casero junto a la estación de bombeo de la Masía del Pozo no es el único asunto que la policía investiga en la Garrofera ya que, apenas cinco días antes de este incidente, agentes de la policía científica se desplazaron a esta partida del término municipal de Alzira próxima a Tous para inspeccionar el terreno tras un espectacular robo -por el método empleado- en una torre de comunicaciones de otra comunidad de regantes en el que los autores tirotearon los equipos wi-fi que distribuyen la señal a la red de riego en un sistema automatizado.
Los regantes alertaron a la policía tras comprobar que la torre, de catorce metros de altura, había sido derribada tras cortar el poste principal con una sierra radial para robar las placas solares de la instalación, y fueron los agentes los que al inspeccionar las cajas del distribuidor de la señal wi-fi comprobaron que habían tres impactos de bala y que, incluso, en una de ellas se había quedado incrustado un proyectil.
La policía sospecha que los autores del robo confundieron las luces intermitentes de los routers con la alarma de la torre y trataron de inutilizarla disparando contra ella, según explicó el presidente de la SAT Los Tollos, José Martorell, una comunidad de regantes situada en la margen izquierda del Canal Júcar-Turia que aglutina a 160 propietarios y que, pese a la similitud en el nombre, no tiene ninguna relación con la del Sector I Los Tollos, propietaria de la estación de bombeo donde el lunes apareció un bidón cargado con entre 150 y 200 kilos de un explosivo casero formado por nitrato amónico y gasoil.
Este repetidor de señal, aunque visible por su altura para transmitir las órdenes del sistema automático de riego a todo el sector, se encuentra en un montículo al que se accede por un camino muy deteriorado en la partida de Mariano Sanz, en la Garrofera de Alzira. Los autores del robo no sólo se llevaron cuatro de las cinco placas solares -la otra la abandonaron rota- sino también las dos baterías con que está equipada esta estación y el pequeño transformador para convertir la energía solar en eléctrica, a la vez que destrozaron la alarma, que no llegó a saltar en la empresa de seguridad a la que está conectada. Los daños se han estimado en unos 12.000 euros.
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