En Navidad, sí a la paridad, pero no a las paridas
El circo político siempre viene cargado de despropósitos
Siempre las fiestas navideñas traen consigo el circo, y no sólo vienen los trapecistas, sino también los que todos sabemos. Pasen y vean señores, pasen y vean el gran circo. Primero vinieron las reinas magas en un intento de acabar con las tradiciones cristianas. Después se pretendía cambiar el nombre de la Semana Santa por el de semana de festividades con el mismo fin. Esta obsesión con las fiestas católicas ya se pudo comprobar las pasadas navidades con una cabalgata de Reyes muy criticada y con la aprobación de los Presupuestos. El pleno aprobó entre otras medias, destinar la misma cantidad de dinero a la Semana Santa madrileña, el Ramadán y el Año Nuevo chino con una partida de 150.000 euros a cada una. En mi tierra se dice: “forasters vindràn que de casa mos tiraràn”. Pero bueno, seguimos con el circo. Ahora en vez de niño Jesús tenemos a una niña Jesusita. ¡Hay que joderse! Pues como alguien muy acertadamente dijo: "Sí a la paridad, pero no a las paridas". Pero aún no hemos acabado. Ahora pretenden que caminen todos en una misma dirección por aquello de que no haya atascos humanos en las calles con más aglomeración de gente. Pronto nos harán un itinerario para decirnos por dónde hemos de pasar y qué tenemos que comprar.
Ayer me enteré de que no dejaron pasar a una señora con problemas de salud a unos metros de donde estaba su hotel y cito literalmente un fragmento de una noticia en un medio: “Esto es lo que le ocurrió a una señora con movilidad reducida que iba a su hotel situado sólo a algunos metros de la prohibición decretada por el Ayuntamiento para obligar a que los peatones circulen en un sólo sentido. Los policías municipales situados para impedir circular a los ciudadanos se negaron a dejarla acceder pese a que vieron que caminaba con muletas y pese a que la señora se lo suplicó. Al contrario, lo que hicieron fue obligarla a dar la vuelta por la otra calle para luego subir por la que estaba establecida. Esta ciudadana, que no tuvo más remedio que dar la vuelta, ha dado a conocer el hecho y también su indignación, tanto la suya como la de la gente que presenció los hechos. “En ninguna parte del mundo he visto yo esto - reprochó la señora- Esto es incomprensible, no lo entiendo”. Ni lo verá señora, ni lo verá. Aquí cuelan un mosquito y se tragan un camello.
En fin, veremos que nos depara el próximo año porque es seguro que el circo vendrá cargado de despropósitos.
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