

Artículo de opinión de Xavier Cantera
Unamuno: "A veces, el silencio es la peor mentira"
Una opinión más
----------------------------------------------
¡Cómo han cambiado los tiempos! Menos mal. Hace unos cuantos años, recordarán las personas mayores, durante la Semana Santa se imponía un silencio, casi sepulcral, en calles y plazas e incluso, dentro de las casas, evitando poner la radio con un volumen que pudiera oírse desde el exterior. En la actualidad, solo en el ámbito de la prensa de papel, notamos un cierto silencio informativo durante algún día, pero más para dar vacaciones a los periodistas que por las antiguas razones silenciadoras impuestas por el nacional catolicismo, gracias a la democracia, a vivir en una sociedad secularizada, más plural y en un estado aconfesional. Pero, también es cierto que ahora, el silencio de las agencias informativas y la mudez de los parlamentos y de los organismos internacionales no significan que se trabaje por la paz y la fraternidad universal. Por lo que vemos, gracias a la prensa más crítica, sucede todo lo contrario.
En nuestro entorno más cercano, vivimos libremente algún silencio procesional, la quietud de los doseles tradicionales y un silencio urbano causado por la diáspora de quienes pueden utilizar estos días para disfrutar de unos días de descanso en contacto con la naturaleza. Es cierto que el silencio informativo oficial está compensado con el gran "volumen" de noticias que nos llegan al ordenador o al móvil, sin molestar el silencio de nadie y, sin embargo, conectándonos con muchísima más gente que antes mediante las redes sociales. Esta gran audiencia silenciosa nos puede ayudar a tomar conciencia de que debemos utilizarla para denunciar las injusticias que se siguen cometiendo aunque estemos en estos día, para unos, santos, pero para otros, muy útiles para matar, gasear, perseguir, expulsar y condenar a muchas personas, sobre todo niñ@s, a la muerte, a la hambruna o a una discapacidad segura. Cada paso procesional y cada estruendo de los tambores pueden ser gritos de denuncia de las injusticias de aquel Viernes y de las de hoy mismo. Hace unos días, escuché al teólogo vasco Jesús Martínez Gordo, en el "Fórum Cristianisme i Món d'Avui", reflexionar sobre cómo molesta el silencio del Sábado, hoy ocupado por las agencias de viajes, hasta tal punto que, la misma liturgia tradicional de la Iglesia Católica, no sabe qué hacer con este día, cuando, en realidad, este silencio sabático es una gran ocasión para denunciar la injusticia, el abandono y la muerte que se acababa de perpetrar el día anterior y que siguen causándose todos los días, junto a nosotros, ante quienes decimos que creemos en un Dios de vivos y para los vivos pues, en las personas, en los seres humanos, deberíamos encontrar su rostro como nos recuerda el Jueves.
Y como puede suceder aquello que decía Unamuno: "A veces, el silencio es la peor mentira", es preciso que sigamos gritando, denunciando y, sobre todo, eliminando las causas de tanta injusticia, desigualdad y marginación impulsados por la esperanza del Domingo, de que otro mundo mejor es posible, pero que no cambiará por si solo ni de forma milagrosa o mágica. Bones pasques i gaudiu de la mona!
El Seis Doble no corrige los escritos que recibe. La reproducción de este texto es literal; fiel a las palabras, redacción, ortografía y sentido del autor/es.
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Totalmente de acuerdo Xavi..
Tus artículos son para meditar....y ponerlos cada uno de nosotros en práctica en la medida de nuestras posibilidades..que son muchas !!!
Cierto es que mientras en este lado del mundo nos enfervorizamos con la pasión y las imágenes religiosas, en otros lugares, esas imágenes no dejan de ser una realidad a la que el ser humano tiene que enfrentarse. Quiero decir que mientras en este lado del mundo rico, planeamos comilonas, vacaciones y ágapes en nombre del crucificado hace 2000 años, en otros lugares la gente, mayores y menores, padece guerras, hambrunas y miserias, ajenas a nuestro regocijo, ahora. El silencio es un mal aliado, e ignorar la verdad, toda una desvergüenza. Me alío , con estos medios que el nuevo planteamiento mundial nos ofrece, para pedir, una vez mas, que pensemos en los más desfavorecidos.
Añadir un comentario