Artículo de opinión de Marino Baler
“Yo me siento alzireño igualmente tomándome un café en el forn de Carrascosa que mirando la torre Eiffel; mi sentimiento de alzireño es el mismo en ambos sentidos y, casualmente, en ambos lugares tengo que pagar. ¿Será cuestión de banderas? ¿Darán un carnet a los verdaderos alzireños y no me habré enterado?”
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Pensamientos y más cosas
Marino Baler
Imaginemos una playa. En ella observamos dos barcas que están en la arena, a pocos metros de la orilla del mar, y sentados en ellas dos hombres. Uno de ellos se quita el sombrero y lo sujeta con una mano sobre su rodilla, mientras que la otra reposa en un bastón. Hace viento y éste agita el mar en amenazantes olas. Al cabo de un rato, el hombre que hemos descrito, observa unas casitas de pescadores que están cerca del mar, y tras unos segundos le dice a su acompañante: “Quién pudiera vivir ahí tras una de esas ventanas, libre ya de toda preocupación”. Después, ambos se levantan con gran esfuerzo y caminando lentamente sobre la arena emprenden el regreso en silencio.
Esto anterior está basado en un hecho real. Ocurrió, aproximadamente, un 18 ó 19 de febrero de 1939, en el pueblecito francés de Colliure. El hombre del bastón y sombrero es Antonio Machado, el acompañante su hermano José.
El poeta, sevillano de nacimiento, que describió como nadie el paisaje castellano, un hombre fiel a unos ideales, vapuleados por otros, tuvo que abandonar España porque no es difícil adivinar las consecuencias si cae en manos de los llamados buenos españoles. Es fácil ponerse en la situación de don Antonio, en aquellos días, lejos de su tierra mientras le llegaban noticias del avance de las tropas franquistas y las arengas radiofónicas de los facciosos. ¿Qué pensaría don Antonio al escuchar hablar de España, de patria, de honor y de orgullo nacional? No es difícil suponerlo.
He recordado este pasaje de la vida del poeta, no por similitudes actuales, evidentemente, sino por algo leído en este periódico hace unos días referente al discurso de la alcaldesa en la entrega de insignias, en la que hace referencia al paseo de la bandera y al mismo tiempo el orgullo de ser hijo o habitante de Alzira.
Vamos a ver ¿qué significa sentirse orgulloso por haber nacido, o vivir, en Alzira? Sinceramente es algo que no sé. Porque a mí me preguntan de dónde soy y digo que soy de Alzira, sin más. No expreso ninguna otra emoción que se salga del coloquio. Es posible que para sentir ese orgullo (por cierto el orgullo es uno de los siete pecados capitales…), haya que pasear la bandera, y quizá nos impregnemos de esa esencia que hace que se produzca en el interior una mutación que confiera ciertas cualidades, no sé, físicas, intelectuales, yo que sé. Así que el que quiera convertirse en un súper alzireño, aún a riesgo de pecar, que se dé un paseíto por toda Alzira con el estandarte. Yo me siento alzireño igualmente tomándome un café en el forn de Carrascosa que mirando la torre Eiffel; mi sentimiento de alzireño es el mismo en ambos sentidos y, casualmente, en ambos lugares tengo que pagar. ¿Será cuestión de banderas? ¿Darán un carnet a los verdaderos alzireños y no me habré enterado?
Tampoco entiendo que tiene que ver la entrada pacífica de Jaime I en Alzira con reforzar la identidad valenciana, mediterránea (ya puestos europea) y por qué eso nos hace tan singulares en nuestro carácter, en forma de expresarnos cultural y socialmente ¿qué tiene que ver una cosa con otra? ¿Cuál es esa identidad? Últimamente cuando digo que soy valenciano, casi siempre sale a relucir el dichoso caso Gürtel y el nombre de Carlos Fabra, cosas que muchos no se explican. Por desgracia, eso es lo que predomina en nuestra sociedad actual y por lo que más somos nombrados. Atrás han quedado los tiempos de grandes valencianos como Blasco Ibáñez, Benlliure o Sorolla que sí que tenían una identidad valenciana, hoy lamentablemente, mancillada y pisoteada.
“El nacionalismo es una enfermedad que se cura viajando”
Por último, no deja de resultarme curiosa la frase “celebremos la ciudad que somos y trabajemos por merecer llamarnos hijos de este pueblo”.
En un artículo anterior dije una frase de Unamuno, y que suscribo, “El nacionalismo es una enfermedad que se cura viajando”. Como he dicho anteriormente he nacido en Alzira, en el hospital de Santa Lucía (ya ahorro trabajo a los que me investiguen) y desde ese momento soy alzireño por haber nacido aquí. Yo no tengo que hacer nada porque el título de alzireño ya me viene impuesto desde el momento en que mi madre me ha parido, a no ser que me lo tengan que otorgar por sorteo, o cobren por ello. Es algo que no he elegido yo, el nacer en un sitio o en otro. Tampoco me hace falta llevar una camiseta, ni nada por el estilo para reafirmar mi origen. No se es ni más alzireño, ni menos, por eso ¿o acaso hay algún tipo de termómetro de la nacionalidad? ¿Quién puede decir que es más alzireño que yo o yo puedo decirlo de alguien habiendo nacido en este lugar? En estos tiempos donde, para algunos, España se rompe, no deja de ser curioso cómo se ensalza un nacionalismo difuminado con ciertos valores ¿o también hay que pasar alguna prueba para saber si se es alzireño de pura cepa? Hay mucha gente que vive y trabaja fuera de Alzira y merece ser llamada “hijos de este pueblo”, tanto como el que vive y trabaja en la ciudad de forma permanente.
“Vosotros, los que pedís el compromiso, delante de nosotros”
Es curioso, pero esto me recuerda al discurso de Nochebuena del rey de 2.008, cuando dijo eso de “tirar del carro”. Sí, que los discursos populistas y baños de masa van muy bien… pero es que algunos ya estamos un poco cansados de demagogia y de que pidan compromiso cuando no tenemos ni su posición política, ni su poder de decisión. Pero no hay problema, haremos un penúltimo esfuerzo. Si así nos lo piden, tiraremos del carro y trabajaremos para merecer títulos que se suponían de nacimiento, por lo tanto, seguiremos aguantando la crisis como podamos, soportando políticos corruptos, pagando los desmanes económicos mediante impuestos abusivos, sonriendo con los regalos fiscales que se hacen a los banqueros mientras al pueblo se le incrementan los impuestos, sonriendo cuando se derrochan millones de euros sin sentido en subvenciones para amiguetes y gastos innecesarios. Yo, el jodido trabajador de la calle, que mantiene a una familia real que no para de crecer y a una casta política con sueldos desorbitados, estoy dispuesto a seguir tirando del carro y trabajando para merecer un título de origen, aun a pesar de que me suban la hipoteca, la gasolina, los alimentos, el recibo de la luz y todo lo básico para vivir.
Solamente pido una condición para todo esto. Que todos trabajen igual, que se aprieten el cinturón, como nosotros, y que tiren también con las mismas condiciones. Hablando para que nos entendamos: “Vosotros, los que pedís el compromiso, delante de nosotros”.
En fin, y si ese trabajo da sus frutos, cuando nazca un bebé en Alzira, en lugar de decir si es niño o niña se dirá, es alzireño o alzireña, con todos los honores, privilegios y ventajas que eso conlleva. De nosotros depende que así sea... "Cosas veredes, amigo Sancho".
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Como siempre te digo: Eres un Crack Marino Baler.
Buen articulo,muy buen puestos los puntos sobre las is.
Solo hay que darse una vuelta por Alzira, sus calles sus poligonos y su termino,te daras cuenta de que hay que sentirse orgulloso.
Mi más sincera enhorabuena Marino. Tines toda la razón. Artículo para enmarcar. Un saludo
Ok, Marino. Al respecto decía Blasco Ibañez: "El hombre no es de donde nace, sino de donde pace"
Mariano
Hace poco que leo el Seisdoble. No te conozco ni habia leido ningun otro artículo de opinión tuyo. Después de leer detenidamente este que nos ocupa, he de decirte que yo ahora me siento más alzireño y, lo que es más importante, menos solo.
Yo ni siquiera nací en Alzira, aunque vivo aqui desde mi infancia, aqui pago mis impuestos, aqui tengo mis amigos, aquí tengo a mi familia, mi trabajo, mi vida. Hasta ahora, he buscado la forma de acreditar mi condición de alzireño, mejor dicho, he pensado mucho sobre el tema de esta acreditación. Porque, la verdad, me siento feliz siendo alzireño, aunque en absoluto orgulloso de ello, por lo menos no más orgulloso que de vivir en cualquier otra parte. Vivo aquí, porque aquí estoy cómodo. Pago aquí mis impuestos, porque así son las reglas. Y en definitiva, aquí es donde vomito, cuando la nausea que me provocan nuestros gobernantes me hacen insoportable aguantar la bilis.
Un abrazo Mariano, y, salud y fuerza para seguir sintiendote alzireño.
Disculpa Marino, como he comentado, no te conocía y he añadido una "a" a tu nombre.
Salud
De acuerdo, Motosppeaker, es que se trata de eso, Eres del sitio donde te encuentras, lo que dice Vadebo. Hay un origen pero realmente es el lugar donde vives el que hace que estés cómodo o no. Adaptarte a su idiosincrasia te hará partícipe de él. Por eso no entiendo esa frase de "orgullo de ser alzireño" o lo que es más irrisorio "trabajar para merecer ser llamados hijos de este pueblo". Diré que me parece una sublime tontería por no usar una palabra que empieza por g, acaba en z y tiene un ll en el medio ¿qué significa eso? ¿Dan algún tipo de subvención por ello? ¿Algún diploma? Es que ya va siendo hora que los políticos se dejen de discursitos populistas y digan las cosas como son. El discurso de la alcaldesa me parece eso, un discurso trasnochado trufado con cierto nacionalismo de otros tiempos, de exaltación a la Patria y a los buenos españoles. Ahora bien, todos los alzireños que vivan en Alzira, y sigan las reglas de lo que tú has dicho que vayan a pedirle a la alcaldesa un puesto de trabajo, si no lo tienen, o una ayuda para cualquier cosa, amparándose en que ellos "son hijos de Alzira". Veremos, entonces, si ese orgullo o el merecer ser hijo de Alzira sirve para algo.
Yo, insisto en que me siento alzireño porque nací allí, aunque viva en otro lugar, igual que muchos otros alzireños, ni más ni menos, y no creo que nadie me tenga que decir lo que merezco, o no, o si tengo que trabajar por ello. Al menos podría haber dicho los requisitos para obtener esa honorífica titulación, espero que eso lo deje para el discursito del año que viene. Habrá que estar atento. Un saludo.
Me gustó el articulo, yo soc alceño, de raices, de padres abuelos, tiós y toda el parentesco que recuerdo, el hambre de los sesenta me trajo a México y mi tragedia es que estando en este país azteca, me siento alcerño a madres, como se dcie aquí, y cuando he estado en la querida alcira me siento mexicano con deseos de comer el picante sabroso de la cocinan azteca. Creo que es posible senytirese ambivalente. Felicidades por el articulo...
"Vadebo", creo que la frase es de Camilo José Cela
Yo, cuando he estado fuera si que he sentido algo dentro, algo muy entrañable. ¿Cómo se llama esto? Es que no acabo de entender el artículo.
Buenas yo no soi de Alzira, pero vivo aqui desde hace 11 años, no soi de ningun sitio,pero vivo en Alzira.Y reconozco que aqui por lo menos en Alzira el que vive mejor es el extranjero,a el no se le exigen impuestos altisimos como a mi, el no paga por su negocio mas impuestos yo si.........y me podria alargar y extender mucho,el tema ayudas escolares ni lo nombro,pero entonces tendria que oir eso de Joder que racista eres.......no no lo soi,solo soi realista.
No te preocupes Cabreada; eso que tu dices no es racismo. A lo que tu tienes se le llama xenofobia.
Hola HayacK, sigo pensando que soi realista.Lo que veo injusto son las situaciones actuales.......o me vas a decir que a todos nos va bien??? pedimos ayudas y nos las dan?? Nos perdonan las impuestos?? creo que no, al contrario nos aprietan mas.Y hace 40 años cuando mis abuelos emigraban a la vendimia iban con sus papeles y sus contratos y al finalizar "pa fuera.Y ahora.......??? sere xenefoba o racista, me da igual como lo quieras llamar,pero tambien realista. :)
Pues que yo recuerde muchos emigrantes españoles salieron de España sin saber muy bien adonde iban; solo con la perspectiva de trabajar en lo que saliera para poder llevar algo de dinero a su tierra. Muchos de los que han llegado a estas tierras llegan con la misma perspectiva. Otros llegan desahuciados de sus tierras movidos por la desesperación. Sufren ya de por sí una situación injusta. Desde mi punto de vista estas personas requieren una atención por parte de la sociedad de igual forma que cualquier nativo en una situación difícil.
Bien, supongamos que estoy de acuerdo contigo. Tu como nativa estás (o crees estar) en desventaja con respecto al inmigrante. ¿Que hacemos? ¿Como yo no puedo comer que el vecino tampoco pueda? ¿No sería mejor luchar para que esas prestaciones lleguen a todos por igual y no nos tengamos que dejar el sueldo en libros? Yo hago bachiller, y los libros me cuestan una pasta. Podrían ser gratuitos, como podría ser gratuita de verdad la educación (y si ya fuera de calidad seria la repera) Se debe luchar para avanzar, no para retroceder. Luchar por los demás y no contra los demás.
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