

Artículo de opinión de Xavier Cantera
Esperemos que este problema postelectoral no cumpla el refrán de "lo que mal empieza, acaba peor"
Una opinión más
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Xavier Cantera
Para comenzar el año os sirvo una ensalada de refranes. Dice uno de ellos: "lo que bien empieza, bien acaba"; pero a mí me gusta más la versión de "quien bien empieza, bien acaba"; porque en esta frase existe un sujeto activo y responsable que es quien debe actuar y, por lo tanto, no se deja el resultado de una empresa en manos del azar, ni de la suerte, el destino y la providencia.
Da la casualidad que este sujeto o muchos sujetos activos y responsables pueden superar el pesimismo fatalista de "lo que mal empieza, mal acaba" y, por tanto, podemos corregir el mal comienzo si es que ha sido así. Efectivamente, me refiero al mal comienzo que ha tenido el tiempo postelectoral y las iniciativas para conformar un gobierno progresista.
Viene bien recordar otro proverbio que aconseja lo siguiente: "empieza por lo necesario y posible para conseguir también lo imposible", o lo que parece imposible. También es muy cierto otro refrán que dice "lo que no se empieza, no se acaba" pero, creo, es más importante buscar la calidad desde el principio y "empezar como quieres terminar", bien.
A pesar de todo, sigo apostando por la voluntad de la persona humana representada en el proverbio llamado del mecánico: "lo que mal empieza, bien acaba". Una situación rota, estropeada o deteriorada se puede arreglar, reparar o recuperar para bien, si se cuenta con la maestría eficiente de un buen mecánico, sobre todo para evitar que este problema postelectoral cumpla el refrán de "lo que mal empieza, acaba peor", con un gobierno neoliberal y conservador en la Moncloa, por ejemplo. Está difícil la coalición progresista, pero como dice otro refrán: " quien bien tiene y mal escoge, si sale mal que no se enoje". Claro que algunas dificultades de esta posible coalición son consecuencia de haber actuado en contra de otro proverbio sabio que dice: "quien bien siembra, bien coge".
Desde luego no defiendo aquello que en la comedia de William Shakespeare se resume en "a buen fin no hay mal principio", o su simplificación de "bien está lo que bien acaba", como queriendo defender que "el fin justifica los medios" y menos cuando estos son los más detestables de la conducta humana como la traición, la incoherencia, el engaño y la corrupción. Y si al final no es posible, que los afiliados elijan y que los electores voten. Como debimos hacer en aquel nefasto día del 23 de agosto de 2011 en el que "la gran coalición" votó la corrección del Artículo 135 de nuestra Constitución, estableciendo el concepto de la estabilidad presupuestaria y que el pago de la deuda pública fuese lo primero a pagar frente a cualquier otro gasto del Estado en los presupuestos generales, sin enmienda o modificación posible.
Esperemos que no lo vuelvan a repetir, porque "quien siembra vientos, recoge tempestades". Sería preferible convocar elecciones y que el pueblo hable. Si es verdad que la soberanía reside en el pueblo, como decía Castelao: "El pueblo es soberano, sobre todo el día de las elecciones". Cuando vota.
El Seis Doble no corrige los escritos que recibe. La reproducción de este texto es literal; fiel a las palabras, redacción, ortografía y sentido del autor/es.
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Vaya! Esto debe ser lo que se llama hacerse la picha un lío con tanto refrán. Pero, en resumen, hay quien quiere una coalición PSOE, con los populistas de extrema izquierda de Podemos, sus marcas blancas Compromis, Ara en Comú, y demás, Bildu, separatistas y todo el que pase por allí. Hay qui n quiere el modelo de Grecia, o el de Venezuela. Pues muy bien. Parece que no es lo que desea la mayoría del PSOE, ni la mayoría de españoles. Y es que cualquier cosa mala, es susceptible de empeorar, como diría alguien dado a los refranes
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