

Artículo de opinión de Xavier Cantera
"No me están gustando nada las cavilaciones y las reflexiones en voz alta que algunos líderes del progresismo están haciendo"
Una opinión más
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Año nuevo, legislatura nueva, parlamento nuevo, correlación de fuerzas políticas nueva, nuevas presencias en el arco parlamentario, ¿También nuevo gobierno progresista? Todos lo estrenamos todo, pero quiero destacar a los inocentes, a los que nada tuvimos que ver con la estafa económica, con la corrupción y con quienes tomaron la decisión de que fuéramos, los inocentes, quienes pagáramos los platos rotos.
De esta amarga experiencia, nace la voluntad manifestada en las urnas de dar un cambiazo o rumbo NUEVO a la gobernanza de esta sociedad. Estoy seguro. La derecha se supo unir y ponerse de acuerdo para gobernar y conseguir sus intereses. Nosotros hemos sido las víctimas inocentes de la unidad del capitalismo especulativo, de los bancos y de los gobiernos neoliberales. Ellos no pensaron ni piensan en las persona sino en sus intereses. Ahora, ¿no será capaz todo el progresismo de unirse para gobernar, pensando en las personas y no en sus estrategias e intereses partidistas? Digo todo el progresismo, del rosa al morado, pasando por el verde, el granate y el rojo brillante, todos. Si los elegidos progresistas no son capaces de unirse en base a un programa de mínimos, fundamentalmente pensados para rescatar a las personas que hemos sufrido los ataques, como inocentes, del Herodes sin escrúpulos, no nos extrañemos que la gente vuelva votar a la derecha vestida del color que sea, de azul, naranja o magenta. O que se incline por otra derecha más expedita, contundente y negra, como ya está pasando en algunos países europeos.
No me están gustando nada las cavilaciones y las reflexiones en voz alta que algunos líderes del progresismo están haciendo, de norte a sur y de este a oeste, solo pensando en futuras elecciones o en situarse mejor ante posibles cambios para seguir mandando en la economía neoliberal. Espero que estén jugando a esconder la decisión final para sacarle la mayor SOLUCIÓN a la misma. Pero si no vemos, pronto, criterios basados en programas concretos en favor de los inocentes, nos veremos obligados a volver a la calle y a las plazas como un nuevo 15 M, pero con más rabia.
Rescatemos a las personas y después ya arreglaremos las autonomías, solucionemos las necesidades más urgentes que tiene la gente empobrecida y después ya discutiremos sobre reformas constitucionales, suprimamos las desigualdades y después ya estudiaremos los temas del funcionamiento de las Cámaras, suprimamos la corrupción y más tarde ya veremos cómo suprimimos el senado y las diputaciones. No hace falta ir a otras elecciones para unir al progresismo si, de verdad, se tiene voluntad de solucionar los problemas de las personas que han sido castigadas durante estos últimos años y desde siempre. Y en este encuentro deseado por la ciudadanía, tiene más responsabilidad quien más votos ha conseguido entre los progresistas y quien más años de experiencia guarda en su historia.
El Seis Doble no corrige los escritos que recibe. La reproducción de este texto es literal; fiel a las palabras, redacción, ortografía y sentido del autor/es.
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Las cosas no suceden por casualidad. Los últimos resultados electorales son consecuencia de un anquilosamiento de los partidos tradicionales que han sido incapaces de conectar con el pueblo. No han tenido, tampoco, la capacidad de limpiar su patio de corruptos, cediendo a las presiones de baronías y demás aristocracia de su aparato político. A todo ello hay que sumar una crisis global que se ha cebado, como suele ocurrir, con los débiles.
Pero todos sabemos que los milagros no existen. Que ni se solucionará el problema desde esa ultraderecha negra que sobrevuela Europa ni lo hará tampoco desde esa ultraizquierda negra que nos visita con piel de cordero.
La campaña de los radicales ha sido a la contra. Han atacado la gestión del PP pero sobre todo han atacado al PSOE. Las verdaderas propuestas económicas que persiguen el bienestar social han sido cantos de sirena, como lo fueron las de Syriza, que ha acabado bajando las pensiones griegas un 20% y que tuvo a los griegos haciendo colas en los cajeros para sacar un máximo de 60 euros de su propio dinero.
El desencanto de la juventud y el hartazgo de otros muchos votantes han hecho el resto. Y no viene mal ese toque de atención. Pero España necesita ser gobernada por la moderación. Necesita partidos políticos modernos en su estructura con los anticuerpos necesarios para no consentir ninguna infección más. Partidos que sean capaces, de una vez por todas, de mirar por el bien común y no el del partido. Partidos que sepan sentarse a dialogar y consensuar leyes tan elementales como la de educación o la ley electoral con listas abiertas y votaciones en segundas vueltas.
¿Sabrán hacerlo?
Los progresistas son todos los que están contra el PP. 1)El PSOE, que llevó a España a los seis millones de parados, a vaciar las arcas del Estado y a ponernos al borde del rescate de la Unión Europea, lo que nos habría llevado a una situación como Grecia, también gobernada por los que Xavier llama progresistas. 2) Podemos, partido populista, cuyos dirigentes provienen de la extrema izquierda, admiradores de Castro y Maduro, al que no critican ni cuando encarcela opositores por el hecho de serlo. Muy progresista, como vemos. 3) Izquierda Unida, cada vez más desunida y con menos votos. 4) Nacionalistas de ERC y del partido de Más, cuyo único objetivo es romper España.
Union de los que algunos llaman progresistas, y que lo que proponen es volver a la línea de salida de la crisis y al autoritarismo.
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