'Nuestro cerebro es muy vago, debemos ejercitarlo. Tiene suficiente para subsistir'
Empecé a leer a Peio H. Riaño en "El Confidencial" y hoy lo sigo en "El Español". Sus artículos son una bocanada de oxigeno cultural que contrarresta el empalago político diario. Con Peio adquiero un grado de complicidad que él desconoce, como suele ocurrir cuando el emisor y el receptor se encuentran en puntos y situaciones distantes.
Hace unos días firmaba Riaño un escrito en "El Español" bajo el título "Rajoy, el único capaz de ver al Barça y leer a la vez"; en él se trataba una anécdota del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la que contestaba, a través de una emisora de radio, al aventurero Jesús Calleja lo siguiente: “Ahora estoy haciendo a la vez tres cosas: viendo un partido de fútbol, Barcelona-Rayo Vallecano, a la vez leyendo un libro de Dolores Redondo, que te lo recomiendo, eh, y en tercer lugar estoy hablando con vosotros”.
Peio H. Riaño aprovecha este arrebato multifuncional del presidente para dar unos datos bastantes negativos de la comprensión lectora entre la población española.
¿Puede una persona que esté haciendo varias cosas a la vez, una de ellas leer, entender y relacionar el texto con el significado de las palabras? El alzireño Josep A. Fluixà nos da las claves en el mismo artículo.
“El contexto óptimo para leer es la clave de la lectura. Debemos hacerlo en un lugar cómodo donde abstraernos de todo. El sofá de casa, en silencio o con una música de fondo que no distraiga”, explica a este periódico Josep A. Fluixà, presidente de la Fundación Bromera, institución que trabaja en la creación y el fomento de los lectores y las lecturas. La playa, el tren y la cama son otros lugares compatibles. Pero deja claro que, en principio, “cualquier actividad es incompatible con la lectura”. “Ver un partido de fútbol es incompatible con la lectura, pero ser entusiasta del fútbol no quiere decir que no te guste la lectura. Pirri era un gran lector, Guardiola, Valdano, Pardeza también. Pero ver un partido de fútbol es incompatible con otras actividades. El fútbol sólo admite las palomitas”, asegura el experto.
Dice Josep A. Fluixà, presidente de la Fundación Bromera, que lo incompatible con la lectura es la pereza. “Nuestro cerebro es muy vago, debemos ejercitarlo. Tiene suficiente para subsistir”. El déficit de atención lectora viene por ahí, personas a las que les cuesta prestar atención y comprender lo que están leyendo. Estén delante del fútbol o hablando con Calleja.
Ramón Alfil
Todos los "Aequo animo", aquí
Entrevista a Josep Antoni Fluixà, aquí
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