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El tradicional recorrido por algunas calles de la localidad albergó a miles de personas
La procesión del Santo Entierro congregó ayer, Viernes Santo, a las veinte hermandades y cofradías que integran la Semana Santa de Alzira. Hermanos, cofrades, imágenes, pasos, cruces, bandas de música, tambores, autoridades eclesiásticas, miembros de la corporación municipal… ‘procesionaron’ en el tradicional recorrido por algunas calles de la localidad que albergaron, como cada año, a miles de personas.
Un hecho acostumbrado se volvió a repetir como cada Viernes Santo en nuestra ciudad, a partir de las 17:00 horas. Los pasos fueron subiendo hasta la Plaza Santa María y final de la Avenida Luis Suñer, junto al puente de hierro, lugar de reunión habitual, unos acompañados por las bandas de música y otros con los tambores y timbales.
La pasión y muerte de Jesús marca el orden de las hermandades y cofradías en el cortejo: la Hermandad de la Santa Cena fue la primera en desfilar; a continuación el Santo Cáliz; Oración en el Huerto; Prendimiento del Señor y Nuestra Señora de la Esperanza; Cristo en la Columna; Coronación de Espinas; Ecce-Homo; Jesús Nazareno, a hombros de los costaleros, y la Virgen del Sufragio, que eran acompañados por camareras y una gran cantidad de fieles devotos detrás del paso; Santa Faz; Santo Expolio y la Virgen del Perdón y la Crucifixión.
Siguió el Cristo de la Agonía, uno de los pasos que su traslado a hombros causa más respeto, con tambores de sonido sordo, antorchas encendidas, las siete palabras y doce hermanos en cada turno que fueron alternando todo el trayecto para llevar el paso.
A continuación fue el turno de María Madre y el ‘Pas del Poble’. La Cofradía del Descendimiento también llevó en volandas a su imagen; los costaleros ataviados con blusón negro, faja y guantes blancos, cargaron sobre sus hombros el dolor y la desesperación de María viendo muerto a su hijo.
Sin pausa, la Virgen de los Dolores desfiló también a hombros de sus costaleros su pena en la procesión del Santo Entierro, que continuó con la figura solitaria de María Magdalena Camino del Sepulcro del Señor.
El final se presentía, tambores y cientos de cofrades acompañaron el Santo Sepulcro, llevado a hombros; a su paso, la gente mostró su respeto, puesta en pie, al igual que lo hizo con el Cristo en la Agonía.
La Virgen de la Soledad, un año más, lloró lágrimas de desesperación en su solitario recorrido. Al final del cortejo, el último paso, la Santa Cruz, con la representación de la Junta de Hermandades y Cofradías; Isabel Garés y Antonio Mata, Clavarios Mayores de Alzira y las autoridades municipales presididas por Elena Bastidas, alcaldesa de Alzira. Cerró la procesión la Banda de la Societat Musical de Alzira.
Texto: Miguel Ángel Martínez
Fotos: Hayack
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Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Un any més concentració de FARISEUS , en el Sant Enterrament .
Vaig assistir després de molts anys ara que vixc a Londres i, com sempre, em vaig emocionar. I amic Pomponio, fariseus n'hi ha a tots els puestos, crec que anar a la processó no és un acte reprobable, tot lo contrari.
T'has emocionat, clar ..però serà pel temps transcorregut fora, i el que has sentit és recordar anys passats. Però dubte molt que la gran majoria no van per amor a Crist i per fer el bé. És més per aparentar i deixar-se veure.
Els mateixos que avui adoren a Crist li hagueren aplicat la Llei Mordaza fa 2000 anys per atemptar contra les institucions romanes.
Unos breves apuntes .
El símbolo que llevan los procesionantes del Santo Sepulcro es el VICTOR, el símbolo de la victoria de Franco.
Las Hermandades de Caballeros, donde se excluye a personas por el simple hecho de ser mujer, son un tanto anacrónicas así como injustas y desde luego completamente contrarias al espíritu cristiano.
La exclusión de gente por raza o cultura tambien es discriminatorio. El espíritu que debía reclamarse es la tolerancia, el respeto y la igualdad, base de las creencias cristianas. Nadie pidió el carnet al Cireneo, que ni siquiera era apóstol. Nadie nace musulmán, cristiano, ateo o budista. Es el ejemplo que ofrecemos con nuestras acciones e intenciones el que nos aporta carisma y respeto. No las acciones que realizamos embozados. Uno profesa lo que su conciencia le dicta y si es justo en su juicio, intenta aplicar los principios que es lo que a todos nos une, frente a las túnicas y los embozos.
El emboce de las caras, los rostros, principales atributos identificativos y la inclusión en el anonimato siempre son peligrosos. Son contrarios a la claridad de los hechos, la veracidad y la transparencia.
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