

Crónica de Aureliano J. Lairón Pla
La vinculación del monarca con nuestra ciudad está fuera de dudas. En Alzira enfermó y acabó prácticamente sus días
El pasado 27 de julio se cumplió el 720 aniversario de la muerte de Jaime I de Aragón. La fecha, altamente significativa, pasó prácticamente desapercibida entre los historiadores y sólo algún medio de comunicación se hizo eco.
La vinculación del monarca, natural de Montpellier, con nuestra ciudad está fuera de dudas. Y aunque aquella pudo iniciarse incluso momentos antes de la propia conquista de las tierras valencianas se mantuvo hasta prácticamente su fallecimiento, pues en Alzira es donde el rey enfermó y donde acabó prácticamente sus días, renunciado a la corona y abdicando a favor de su hijo, el futuro Pedro III de Aragón.
Cada año, el 30 de diciembre, “vespra del benaventurat Sant Silvestre”, la histórica Al-Gezira rinde homenaje al soberano que la incorporó a la civilización cristiano-occidental. Una procesión cívica con el traslado de la bandera de la ciudad al templo de Santa Catalina, rememora el hecho.
Independientemente de la conquista o de la probable muerte en nuestra población, (esto último en consonancia con la tradición local, con lo que afirma algún que otro historiador, caso de Pedro Tomich (siglo XV), y con la interpretación que hacen algunos del desarrollo de los acontecimientos cercanos al óbito), lo bien cierto es que la predilección del rey por la musulmana Al-yazirat está fuera de dudas.
En Alzira celebró el monarca Cortes, en Alzira intervino tomando decisiones y solucionando conflictos que se originaban entre vencedores y vencidos, a Alzira concedió infinidad de privilegios, dio, en propiedad, las aguas de la Acequia Real y pasó el monarca largas temporadas. Su presencia en la villa, la constata el investigador Joaquín Miret Sanz, doctor en Derecho Civil y Canónico, en su obra “Itinerari de Jaume I el Conqueridor”, publicada en 1918.
Una ruta jaimina en nuestra ciudad incluiría, necesariamente, los siguientes lugares: Casa de l’Olivera , Cruz Cubierta, rector del templo de Santa María, pileta del martirio de San Bernardo y sus hermanas, murallas, jardín del instituto de bachillerato Rey don Jaime, plaza de Casasús y Archivo Municipal.
La Casa de l’Olivera residencia habitual donde se hospedaba Jaume I durante sus estancias en la villa, por ser el lugar donde, según la tradición, falleció el monarca. El ruinoso edificio que se levantó donde estuvo aquel -historiado en su día por don Vicente Pelufo Corts- señala la circunstancia en una mayólica colocada hace no demasiados años por un grupo de alzireños amantes de tradiciones.
La Cruz Cubierta, en el antiguo camino de Alzira a Valencia, circunvalada actualmente por la autovía que une la capital de la Ribera con la vecina Algemesí, por ser igualmente, según la tradición, otro de los posibles lugares donde pudo ver la luz por última vez el rey. Este monumento civil no es en realidad sino una de las tantas cruces levantadas por nuestros antepasados como testimonio de una fe. Asociarlo con la circunstancia del tránsito del monarca o es sino una leyenda.
El templo de Santa María, del que apenas si subsisten unos restos pregonando su existencia, fue, probable, la mezquita de la alcazaba de la que tratan diversos estudiosos. Sin duda fue la primera iglesia abierta al culto tras la entrada en la población del rey. En consonancia con la costumbre, el monarca la dedicó a la Virgen. Y en ella, según la crónica del propio rey, dispuso el Conquistador fueran depositados sus restos, encargándolo al obispo de Huesca que le acompañaba, caso de producirse su fallecimiento en Alzira.
La pileta del martirio de los Santos Patrones (el actual monolito apenas si se asemeja al interior que conocemos por el documento gráfico publicado en 1935 en un suplemento del periódico “El Debate”) en la huerta, junto a las instalaciones de Hidroeléctrica Española, en las inmediaciones del Santuario levantado hace unos años en el lugar que ocupaba hasta su abandono en el siglo XVIII el antiguo convento de los padres trinitarios, rememora la presencia jaimina en la tradición de que fue el propio rey, noticioso del martirio de los tres santos hermanos, el que una tarde “no sin manifiestas señales del Cielo” hizo buscar sus cuerpos, que fueron hallados y donde el monarca mandó construir una capilla.
Las murallas son testimonio cierto de la presencia en la villa del rey, y lo son por existir en el momento de su entrada y porque a ellas hizo referencia Jaime I en las capitulaciones previas a la entrega.
Aureliano J. Lairón Pla, 4 de agosto de 1996
Cronista Oficial de la Ciudad de Alzira
Con autorización del autor para EL SEIS DOBLE. Texto publicado en Las Provincias en agosto de 1996 y en el libro “Alzira, ayer y hoy” editado por la Falla Plaça Major en 2003.
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
¿Hay algún documento que verifique que Jaime I murió en Alzira? Creo que solo son suposiciones.
Querida o querido Vicen: que yo sepa, no existe documentación alguna sobre el fallecimiento de Jaime I. Mi opinión, muy particupar, puesto que no estoy en posesión de la verdad ¿? es que una persona, rei, importantísima, si viene a Alzira muy enfermo en el mes de julio de 1276, cansado de batallar además de contgar con 68 años, que el índice de mortandad por aquella época era de unos 40 años; hace testamento, cede la corona a su hijo, Pedro I de Valencia; se prepara para el último momento siendo confesado por siete u ocho obsipos, renuncia a la corona, como ya hemos apuntado y vrestiduras reales, viste el hábito del Císter en memoria de Sanr Bernardo Mártir de Alzira... ¿por qé tenía que ser trasladado a la capital, en el estado en que se hallaba? portado en una carreta cuando no había autopistas, sino caminos de tierra y con muchkos baches. Le sugiero que lea "Alzira al Cor" que dejó escrita nuestro querido historiador Eduardo Soler y Estruch -cuya onomástica precisamente es hoy dia 13- donde podrá leer la opinión de su personal pluma, en la que dice que "El rei Jaume morí al seu llit al palau reial a la casa de l'Olivera, lo que s'enportaren a València, fou el seu cadaver". Yo opino que no existe documentación de este hecho, lo mismo que tampoco que falleciera en Valencia, pero se "cae por su peso", respetando, claro, la opinión de cada cual, La mia es esta. Un cordial saludo.
Añadir un comentario