Un Halloween sin miedo a la muerte
“Acá en México no hay mucho dolor ese día”
Buenos días, soy Eduardo Mascarell, un alzireño que vive desde hace muchos años en México y lector de El Seis Doble. Deseo reforzar un texto de Rosa María de Dios con la siguiente información. Como Ud. sabe, en México la fiesta del Día de los Muertos supera a la del Halloween y tiene sus características que la hacen única. Acá no hay mucho dolor ese día. Los altares en honor a los difuntos se erigen en casas e instituciones y en ellos se recuerda a las almas que se suponen han obtenido permiso en el Mictlan (lugar de muertos) para visitar a los vivos. Estos los reciben con sus comidas y bebidas predilectas, aparte se les ilumina el camino y pasada la noche del día 2 se comen lo que se supone han dejado los muertos en el altar (en realidad se completa porque lo del altar, comida, es simbólico). Pero lo curioso es que se adorna con esqueletos, calaveras les llaman acá, sonrientes y danzantes. No se le tiene miedo a la muerte. A mí me regalaron una calaverita de dulce con mi nombre.
Aparte he encontrado esta plegaria indígena, perteneciente al pueblo ‘seri’, (com-cak se denominan ellos) los cuales habitan las islas Tiburón y San Esteban, en el denominado mar de Cortés, entre Baja California y Sonora Mex, lo que viene reforzar las creencias de Rosa María.
“No te acerques a mi tumba sollozando. No estoy allí. No duermo ahí. Soy como mil vientos soplando. Soy como un diamenta en la nieve, brillando. Soy la lluvia gentil del otoño esperado, cuando despiertas en la tranquila mañana. Soy la bandada de pájaros que trina. Soy las estrellas que titilan, mientras cae la noche en tu ventana. Por eso no te acerques a mi tumba sollozando. No estoy ahí. Yo no morí”.
Espero haber aportado un conocimiento más de esta tradición en la cultura mexicana que he resumido en estas líneas, ya que el festival y las creencias prehispánicas son sumamente ricas.
El Seis Doble no corrige los escritos que recibe. La reproducción de este texto es literal; fiel a las palabras, redacción, ortografía y sentido del autor/es.
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Eduardo no es que sean malos las tradiciones o ritos. Pero son innecesarios, porque cuando hay vida en un ser humano hay que amarlo, con sus errores, con sus defectos, y perdonarlo. Y en gran mayoría mueren sin hablarse y sin perdonarse. Después les han visitado en el cementerio y flores les han llevado. Yo conozco así a muchas familias. De nada sirven después de muerto esas tradiciones, su alma ha subido al Padre y allí en los cementerios solo hay tumbas vacías. En mi hogar tengo fotografías de mis fallecidos padres, y ni siquiera les pongo una flor, lo veo una tontería, matar a una flor para ponerla delante de una fotografía, ella no habla, ella no te mira y ella no puede oler ese perfume de esa flor, en vida hay que tratarlos con respeto y mucho amor. Desde México nos lees en esta magnifica web, me alegra porque al llegar esta magnifica página a esa tierra alejada de España y al ser alzireño y valenciano no pierdes de tu tierra el contacto.
Un abrazo hermano y cuidate
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