Artículo de opinión de Xavier Cantera
“La venganza democrática del voto es lo más eficaz”
Una opinión más
Nos insultaban y se burlaban cada vez que nos decían: "Habéis vivido por encima de vuestras posibilidades", para que nos sintiéramos culpables de esta estafa económica. Nos insultaban cada vez que nos decían: "No hay presupuesto para pagar todo lo que las mareas exigen en la calle": la sanidad, la educación pública, la investigación, la dependencia, el paro juvenil...Nos insultaban cada vez que por escrito nos decían: "Su proyecto social no puede ser subvencionado por la Fundación dado que no hay partida presupuestaria suficiente para cubrir todas las peticiones". Nos insultaban cada vez que nos ponían dificultades para conceder una póliza de crédito a una asociación de personas con discapacidad para financiar la atención que reciben en su centro. Nos insultaban cada vez que nos cobraban unos intereses tan altos por el préstamo que las cajas nos daban para suplir las ayudas oficiales. Nos insultaban cada vez que desahuciaban a una familia por no pagar la hipoteca. Nos insultaban, nos mentían y al final del día, entre copas, buena mesa, caprichos y lencería fina, hasta se burlaban de los pobres infelices que ahorrábamos para financiar sus tarjetas en negro. ¿Alguien puede imaginar una degradación más miserable que la de estos individuos, auténticos ejemplares del capitalismo más salvaje y explotador de los pobres, a quienes chupaban la sangre, el sudor y las lágrimas vertidas para conseguir un poco de felicidad? Está claro que ninguno de ellos, militara donde militara, era antisistema o anticapitalista. Todo lo contrario, disfrutaban y gozaban de las ventajas de ser "la casta de la casta del sistema". No se puede esperar nada bueno de este sistema que es capaz de producir estos engendros de seres sin escrúpulos, capaces de vivir tirando de lujos y caprichos mientras los empobrecidos, los dependientes, los parados, los desahuciados se lamían las heridas producidas por la estafa injusta y gestionada de forma aún más injusta. Y con la cara más dura que el cemento armado nos decían: "Si ayudamos a los bancos y a las cajas a cubrir sus déficits es para asegurar vuestros ahorros depositados en ellos". Mientras nos robaban a los empobrecidos de la clase media, ellos disfrutaban de toda clase de lujos y caprichos a costa de privarnos a nosotros del pan, de la vivienda, de los libros de texto, de un medicamento necesario, de un cuidador de... Porque el dinero puesto para salvar a bancos y cajas, era el necesario para cubrir los derechos reconocidos en la Constitución. No perdonemos este insulto, esta burla y este descaro. Debemos sentirnos ofendidos por toda la corrupción pero sobre todo por estas tarjetas en negro y en blanco. Hay quienes viven empobrecidos por que otros viven enriquecidos con nuestros ahorros. No olvidemos esta ofensa, esta burla y recordémosla siempre viva en nuestra memoria hasta el día que pongamos el voto en la urna. La venganza democrática del voto es lo más eficaz. Aunque se recupere el dinero, se merecen el castigo de los votos y que se publique la lista con sus nombres y fotos para que, aunque tarde la justicia en emitir sentencia, reciban el desprecio de los pobres y currantes.
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