Artículo de opinión de José Palacios Boquera
Hoy deseo respeten la temática de este primer artículo de la nueva etapa para que lo dedique, como es lógico, a manifestar mi reconocimiento a cuantos me atendieron, preocuparon y solidarizaron con mi persona y familia
Transcurrido un largo periodo de ausencia, debido al accidente inesperado que sufrí con todas las consecuencias que conllevó, de nuevo estoy con todos los buenos amigos que tuvieron la delicadeza de leer mis artículos dominicales. Hoy iniciamos una nueva etapa gracias a la generosidad del periódico Las Provincias, detalle que agradezco, así como a los lectores, incluso pacientes y sus familiares en el Hospital Universitario de La Ribera que se interesaron por mi estado de salud animando a recuperarme y manifestando su deseo de poder participar de la lectura de mis columnas semanales. Mi sincero reconocimiento y gratitud.
Hoy deseo respeten la temática de este primer artículo de la nueva etapa para que lo dedique, como es lógico, a manifestar mi reconocimiento a cuantos me atendieron, preocuparon y solidarizaron con mi persona y familia. Con cierta frecuencia, algunos todavía me comentan que he sufrido un "Annus horribilis", pero mi respuesta siempre ha sido, es y será, que ha sido un regalo de Dios, por cuanto he percibido la auténtica amistad y vivido intensamente la humanidad que, a pesar del ambiente tan enrarecido y crispado en el que vivimos, existen todavía grandes valores y no en pocas personas. Gracias por la atención espiritual, humana y hospitalaria recibida, tanto en el periodo de mi estancia en el centro sanitario, como durante la recuperación en mi hogar. A las autoridades de diversa tendencia política, sacerdotes, amigos, amistades, asociaciones religiosas, culturales y deportivas y, de modo especial, a los niños de la catequesis y ¡cómo no! a los padres, madres y abuelos del Colegio García Lorca que, a diario, se ofrecían y se sentían muy cercanos y todo ello me obligaba a superarme, a la vez que me llenaba de satisfacción al verme tan arropado. Gracias, aunque debo manifestar que no esperaba menos de vosotras y vosotros, porque siempre me he sentido como un amigo más que, sin distinción alguna, os aprecia y mucho, por cuanto desde el primer momento que acompañé a mi nieto Pablo al "cole" me aceptasteis con afecto, a pesar de mis defectos y deficiencias.
No puedo ni debo olvidar el interés y preparación de los facultativos, enfermeras y auxiliares del Hospital Universitario de La Ribera que, en las diversas ocasiones en las que precisé de sus servicios, bien en urgencias, bien hospitalizado, se volcaron tanto en compañeros de habitación, como en mi persona; así como, cuando intervenido quirúrgicamente, me mantuvieron una tanto aislado. No puedo ni debo olvidar, y valga la redundancia, cuando en el mes de noviembre último y a medianoche, ingresé en urgencias y tras nuevas pruebas diagnosticaron que era necesaria e inmediata la intervención para eliminar el coágulo de sangre, producto de la caída. La rapidez de actuación del doctor Llácer todavía con el personal de urgencias, y ya en la planta cuarta con el apoyo de los doctores Riesgo y Avellana y el excelente equipo de enfermeras y auxiliares, hoy puedo manifestar que aquella caída y sus consecuencias son para mí y mi familia un recuerdo y ello lo significo por el buen estado de salud del que hoy disfruto. Mi gratitud al director-gerente doctor Manuel Marín, al director médico, a los coordinadores/as, facultativos, enfermeras, auxiliares y a todo el personal porque, en poco tiempo, les he visitado mucho y no para felicitarles, sino para plantearles problemas y no sencillos.
Hoy puedo afirmar, por experiencia propia, que todos los ribereños debemos estar satisfechos de que en nuestra Alzira exista el Hospital Universitario de la Ribera, reconocido nacional e internacionalmente, a pesar de los errores y deficiencias propios de todo centro sanitario; y que no tengamos, incluso con gran intranquilidad como muchos lo hemos sufrido, la necesidad de grandes desplazamientos, bien por situaciones graves familiares, bien por la consulta con especialista. Hoy el Hospital Universitario de la Ribera está muy cercano y con auténticos profesionales que se desvelan por sus pacientes; aunque, en ocasiones, no se quiera reconocer por algunos.
José Palacios Boquera
Publicado con autorización de LAS PROVINCIAS, delegación de la Ribera.
https://www.lasprovincias.es/valencia/local/ribera/
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Bueno pues me alegro de leerte, además de que tornes a estar al frente de la archicofradia de Sant Bernat. Felicitats
Le deseo una pronta y satisfactoria recuperación.
Gracias a todos por el interés mostrado y por la comprensión por la demora en contestar. Amo y mucho a mi tierra natal y a todo lo alzireño. Gracias
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