Artículo de opinión de Pedro Domínguez Gento
“Resulta increíble que en pleno siglo XXI aún estemos así, destruyendo la naturaleza y matándonos entre nosotros”
He pasado una semana en el Pirineo aragonés y la verdad es que he disfrutado caminando por aquellas sendas, subiendo por las laderas de unas montañas pobladas de robles, pinos, bojes, hayas, tilos, abedules, avellanos y demás especies vegetales; con unos ríos y arroyos de aguas cristalinas, heladas, que discurren por el fondo de los valles, deslizándose o cayendo de roca en roca; con la nieve en las cumbres y alguna rapaz planeando por aquellos aires límpidos y saludables. Una maravilla natural y un gozo para los sentidos, embotados como los tenemos normalmente con tanta máquina, consumismo y ajetreo.
Estando por allí me llegó la noticia de que se quemaba parte de la Casella, con las imágenes dantescas del incendio. Árboles que tardan 30 años en hacerse adultos y bosquecillos que necesitan 100 años para desarrollarse desaparecen bajo el fuego en cuestión de horas, un desastre. Las causas no están claras todavía, tal vez fue un pirómano o el descuido de alguien, ayudado por la desidia y los recortes de los responsables de cuidar el monte, agravado todo ello por el calor seco del estío, que va aumentando con el calentamiento global. Son situaciones que se repiten año tras año, aquí y en otras muchas zonas de la Península, desastres ecológicos que nos arrastran poco a poco hacia la desertización.
Otra mala noticia que inundaba los medios y las redes durante estos días eran los bombardeos del ejército israelí sobre la franja de Gaza, una carnicería desatada sobre la población civil, porque aquello no es una guerra entre dos ejércitos, es una masacre de un ejército contra un pueblo prácticamente desarmado, un genocidio; aparte de los negocios oscuros que pueden estar moviendo los hilos políticos en aquella castigada región. Seguramente que los de Hamás no son unos angelitos pero ellos no tienen ni la centésima parte de capacidad bélica, criminal, que tiene el ejército judío y es una auténtica e injustificable canallada que éste dispare sobre la población civil, causando ya más de 1000 muertos inocentes, niños incluidos. Resulta vergonzoso que ni la ONU, ni la UE, ni nuestro país hayan reaccionado como era necesario contra el Estado terrorista de Israel, por mucho menos han invadido otros países y a éste lo excusan y le siguen vendiendo armas... Lo que está ocurriendo en Palestina es comparable a los asesinatos que cometieron los nazis durante la II Guerra Mundial; de hecho, los sionistas se parecen cada vez más a los nazis que asesinaron con premeditación y alevosía a millones de judíos, disidentes, minusválidos, minorías, etc. Si los pobres judíos del Holocausto pudieran ver lo que están haciendo ahora sus bisnietos, sin duda sentirían horror y vergüenza.
Resulta increíble que en pleno siglo XXI aún estemos así, destruyendo la naturaleza y matándonos entre nosotros. ¿Homo sapiens?
Y curiosamente las grandes barbaridades que hacemos parecen ocurrir más durante los veranos. Por ejemplo el golpe de Estado que provocó nuestra trágica guerra civil, en 1936, comenzó precisamente un 18 de julio, en pleno verano; la I Guerra Mundial estalló el 28 de julio de 1914 y la II el 1 de septiembre de 1939, también en verano. ¿Serán simples casualidades o es que realmente el calor nos vuelve más locos?
Tal vez nos ocurre como a los sistemas físicos, cuyo movimiento de partículas aumenta proporcionalmente con la temperatura. ¿A nosotros también nos activan más, nos vuelven más picajosos e insoportables las temperaturas altas del verano? Como a las avispas, ¿nos hace más agresivos el calor estival?
A ciencia cierta no lo sé, lo que sí sé es que ya va siendo hora de que aprendamos a controlarnos, a respetarnos entre nosotros y a cuidar el medio ambiente que nos mantiene. Porque como no aprendamos esto y sigan subiendo las temperaturas, mal lo vamos a pasar, en todos los aspectos...
Pedro Domínguez Gento
El Seis Doble no corrige los escritos que recibe. La reproducción de este texto es literal; fiel a las palabras, redacción, ortografía y sentido del autor/es.
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Nada, enhorabuena por sus vacaciones en uno de los pocos lugares que aún nos regala la naturaleza aquí en España. Bueno, de lo que hemos dejado que nos regale.
La verdad es que no creo que tenga que ver el estío con las guerras y nuestro espíritu bélico, seguro que existen miles de ejemplos de guerras comenzadas en invierno, pero sí que es verdad que es una verguenza para todo el mundo que aún se resuelvan los problemas entre los pueblos matando a inocentes.
Yo tengo siempre un compromiso con los débiles en todo conflicto y mi corazón está con esos cientos de niños palestinos, inocentes en todo, salvo en una cosa, a los ojos de los sionistas, precisamente por lo que son, NIÑOS.
Existe el miedo (infundido o nó) por parte de Israel de que el crecimiento demográfico de la población palestina, unido al deficiente incremento por parte judía, busca ser el instrumento para, en un futuro, recolonizar Israel por las ordas palestinas. Ese miedo lleva al malvado criterio sionista a masacrar padres,madres e hijos, a los que también consideran una herramienta bélica.
Esto es una opinión personal, pero permítanme pensar... ¿qué otra cosa puede justificar matar 300 niños inocentes?
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