

Artículo de opinión de Xavier Cantera
“¿Por qué se buscan las novedades electorales y se rechazan las formaciones tradicionales locales?”
Una opinión más
Xavier Cantera
Parece que es más propio del verano intercambiar entre los amigos algún chismorreo político que una reflexión seria, para la cual ya tendremos ocasión durante el otoño caliente que se avecina. Dice el diccionario que "chismorrear" es contarse chismes entre varias personas, y chisme es "una noticia verdadera o falsa o comentario con que generalmente se pretende indisponer a unas personas contra otra o se murmura de alguna". Como mi intención no es "indisponer a unas personas contra otras" o contra mí ni murmurar de nadie, no diré nombres, aunque con ello le quite chispa al chismorreo. No me interesa tanto las personas protagonistas como el hecho oportunista de cambio de filas. Un significado militante socialista se ha dado de alta o por lo menos, me han dicho, que le vieron con el "escapulario" electoral de UPyD en las europeas y otro militante del PSOE de Alzira está arrimándose a Podemos. Mi reflexión es: Primero, ¿Por qué se buscan las novedades electorales y se rechazan las formaciones tradicionales locales? Porque conocen a fondo a sus antiguos compañeros y porque saben que con los de siempre ya no se puede ser ni cabeza de ratón o porque el nivel de exigencia, que imponen las organizaciones locales de la izquierda, es muy alto y comprometido. Segundo: ¿Por qué Alzira iba a ser diferente y no tener entre sus ciudadanos socialistas algunos que se deslizaran hacia las modas? Sus mensajes son atractivos o, quizá, le ponen los ataques que la derecha lanza contra Podemos. ¿Por qué la derecha alaba a Sánchez y ataca a Iglesias? Por cierto, utiliza, ahora, las mismas descalificaciones de siempre para desacreditar a los militantes de la izquierda o a cualquier activista que pudiera arrebatarles algo de poder o romper su paz dominadora. Sin esconder que algunas personas progresistas pueden estar decepcionadas del tradicional y gran partido de la izquierda, no por ser grande ni por tener su historia sino por gobernar, en ocasiones, en contra de sus principios, cuando pensábamos que la militancia política era solo para los profesionales del aparato, resulta que los movimientos sociales y ciudadanos se han organizado y presentan su alternativa partidaria. Puede ser, en esta época de absoluto paro, una forma de trabajarse una concejalía y, en los partidos con trayectoria, ya están todas copadas por meritocracia o veteranía; también puede ser que el cambio de filas signifique una vuelta a la autenticidad de la izquierda revolucionaria, antisistema, razón que también incomoda a algnos dirigentes de la desmembrada izquierda existente en los ayuntamientos, en les Corts o en el Congreso, por acentuar el peligro de trocearla aún más; puede ser porque la consigna del neoliberalismo reinante, mediante sus ataques productores de mártires mediáticos, sea atomizar a la izquierda aún más para que la unidad de la derecha sea cada día la más numerosa aunque pierda votos por la corrupción, por las promesas incumplidas y porque algunos versos sueltos se extremen aún más. De hecho, para no perder el poder, la derecha está dispuesta a cambiar la ley electoral, reducir los escaños para que manden sólo los adinerados y que sea alcalde el más votado, sin opción a la segunda vuelta. Ante esta desfachatez antidemocratica, es una alegría democrática que cada día hayan más personas preparadas militando en partidos políticos progresistas, aunque no sean bajo las siglas de siempre. Pero también puede ser que, deslumbrados por la pureza virginal de los mensajes, sin estrenar en decisiones de gobierno, algunos se conviertan en fundadores o reformadores de chiringuitos personales y egocéntricos, como venganza con los que otros se han montado en los partidos tradicionales. Ni unos ni otros ayudan al cambio progresista de la sociedad.
El Seis Doble no corrige los escritos que recibe. La reproducción de este texto es literal; fiel a las palabras, redacción, ortografía y sentido del autor/es.
Añadir un comentario