

Artículo de opinión de Xavier Cantera
“Tanto insistir a nuestros hijos para que estudiaran y ahora resulta que el 50% de los jóvenes parados están sobre cualificados”
Una opinión más
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Xavier Cantera
Así como hay personas que tienen costumbre de volver a recorrer ciertos trayectos para recordar vivencias agradables como por ejemplo, una playa, una senda de montaña y otras, por devoción religiosa, suelen subir a la montañeta recorriendo el vía crucis, yo acostumbro, aunque estoy jubilado, a recorrer el “caminito del paro” con alguna frecuencia. Tengo que reconocer que algunos árboles del camino del paro crecen rectos pero con poco riego de subsidio y otros los han cortado de base, como sucede con el 20% de los mayores de 55 años sin subsidio por desempleo. Pero en mi último paso por nuestro caminito, he observado que vuelve a estar abandonado, sobre todo en uno de sus tramos. Casualmente el que coincide con el lateral del Instituto.
Esta es la primera reflexión que me entretiene en mi paseo: Tanto insistir a nuestros hijos para que estudiaran y ahora resulta que el 50% de los jóvenes parados están sobre cualificados. Claro que le es más difícil encontrar trabajo al millón de jóvenes prados que no lograron terminar la secundaria obligatoria y por eso no entiendo que el Ayuntamiento quiera cambiar el emplazamiento de la Escuela de Adultos que tan bien funciona y además se argumente que, preocuparse por preparar un local para la formación de los adultos, no es tarea del Ayuntamiento. La nueva Racionalización de las entidades locales, diseñada por el PP, quiere vaciar a los ayuntamientos de estas responsabilidades de proximidad y de mejoras concretas para la ciudadanía.
Pero el “caminito del paro” tiene otras muestras de abandono. Sigue existiendo el pequeño zoo alambrado donde, entre suciedad y hojarasca, frecuentan el lugar, roedores que debe ser de la misma familia de los que salen nocturnamente del local del antiguo restaurante “El Cocodrilo”. El tramo del caminito que transcurre bajo un árbol frondoso, creo que es una morera, es un verdadero peligro para los que van hacia el paro por existir la posibilidad de resbalarse al pisar las moras blancas que caen sobre la acera y fracturarse un hueso o hacerse un esguince. Además de parado, apaleado, aunque para otros ya estemos saliendo de la crisis.
Pero algo pintoresco hay en ese “caminito del paro”. La madre naturaleza, en un alarde de interiorismo, ha decorado la verja moderna del campo, donde en algún tiempo se pensó edificar un centro de formación ocupacional, con unas cortinillas de tela de araña que cuando el sol de la tarde intenta atravesarlas, se convierten en unos sensuales visillos plateados que animan a los parados a soñar qué puede haber detrás de ellos. ¡Venga ya, con poesía y cuentos a los parados! Eso es lo que deben pensar muchos de ellos cuando escuchan, en los medios, al Gobierno del PP decir que estamos remontando la situación y que el año que viene veremos la luz de la solución. Están parados pero no tarados.
El Seis Doble no corrige los escritos que recibe. La reproducción de este texto es literal; fiel a las palabras, redacción, ortografía y sentido del autor/es.
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