Poema de María Fernández
Siento dentro de mi alma una tremenda tristeza,
por esos hombres valientes que abandonando su tierra
se aventuran a buscarse una vida digna y buena,
arriesgando cuanto tienen en una débil patera,
atravesando los mares para huir de la miseria.
Si África tiene recursos que pródiga da la tierra,
¿cómo no les llega a todos y unos pocos se los quedan?
¿No es verdad que hay suficiente en el mundo en que vivimos,
si con justicia estuviera todo mejor repartido?
Quizá alguno de nosotros, emigrante en país extraño,
comprenderemos lo duro que es vivirlo y recordarlo.
Pues sintamos el problema en la carne del hermano,
de ese que viene a nosotros y que ilegal le llamamos.
Difícil y árdua tarea la de la Guardia Civil;
han de guardar la frontera pero dejarles venir.
Si Ceuta y Melilla son, ambas la puerta de Europa,
¿por qué Europa no las guarda y sólo a España le toca?
Ojalá que cada uno pueda en su tierra vivir
con todo lo necesario que le permita existir,
como cualquier ser humano con decoro y con decencia,
pues los Derechos Humanos este apartado contemplan;
y ojalá que estén las cosas de modo que cada uno
pueda sentirse sin trabas, un ciudadano del mundo.
El Seis Doble no corrige los escritos que recibe. La reproducción de este texto es literal; fiel a las palabras, redacción, ortografía y sentido del autor/es.
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Es una vergüenza y una verdadera pena que campen a sus anchas los mafiosos que les sacan todo lo que tienen a esa pobre gente que arriesgan todo por buascarse una subsistencia digna. ¿Dónde está la juaticia que permite enriquecerse a unos a costa de la vida de los más débiles? Posiblemente ya no sólo está ciega sino muerta del todo.
Añadir un comentario