

Para personas con discapacidad intelectual severa o profunda del IVAS
El Instituto Valenciano de Acción Social cuenta con 2 salas multisensoriales 'Snoezelen'. Una en la Residencia 'L’Almara' de Burjassot y la otra en la Residencia 'Carmen Picó' ubicada en Alzira. En ellas se realizan terapias de estimulación y relajación a un total de 90 usuarios, personas con discapacidad intelectual grave o severa.
El IVAS es la entidad pública referente en la atención a personas con discapacidad intelectual en la Comunitat Valenciana. Está adscrita a la Conselleria de Bienestar Social y dispone de una red de centros con un total de 31 recursos distribuidos en las tres provincias.
De éstos, 10 son Centros Ocupacionales, 8 Residencias, 3 Centros de Día, un Centro Especial de Empleo, 6 Viviendas Tuteladas; además de 1 Centro de Día para personas con daño cerebral sobrevenido y otro CD para mayores dependientes.
Además, cuenta con una Agencia de Colocación y un Servicio de Programas de Inserción para personas con discapacidad y personas en riesgo de exclusión o parados de larga duración. Este servicio gestiona también proyectos europeos dirigidos a la inserción sociolaboral de las personas con discapacidad intelectual.
Se trata de un espacio para estimular los sentidos de las personas con discapacidad intelectual. Es una herramienta que se utiliza en terapias donde se trabaja la expresión de los sentimientos contenidos y donde se enseña al usuario a descubrir sensaciones nuevas (motivación, relajación, satisfacción y diversión). El objetivo es abrir los cinco sentidos a todo tipo de experiencias nuevas, así como mejorar las relaciones interpersonales y con el entorno.
Las salas 'Snoezelen' rompen con la manera tradicional de atender a las personas con discapacidad intelectual severa o profunda. De hecho, ocupan un lugar casi excepcional en los manuales especializados y abren un campo nuevo a la investigación de los profesionales.
En la sala no caben teorías rígidas y nada se predetermina, pues las reacciones de cada persona son imprevisibles. El trato humano es muy importante dentro de una sala en la que los terapeutas introducen continuos cambios, sean de temperatura, iluminación, aroma o sonido ambiental.
El concepto nace en Holanda en los años 70, a partir del trabajo de profesionales de hospitales o residencias educativas con personas con muy baja o nula capacidad para comunicarse.
La palabra holandesa “snoezelen” surge de la contracción de otras dos: Snuffelen (oler o impregnarse) y Doezelen (somnolencia).
El ser humano entra en contacto con la realidad a través de la percepción sensorial, que difiere en cada persona y conforma la subjetividad. Por ello, en las salas 'Snoezelen' se busca estimular la vista, el oído, olfato, gusto y el tacto de personas con discapacidad intelectual severa o profunda.
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